Pequeña elegía en Memoria de Ana, la gran enfermera del Ayuntamiento de Pozuelo que tanto nos enseñó a los profesionales de la medicina, por su dulzura con los pacientes. DEP

Dicen, y puede que sea verdad, que los médicos estamos acostumbrados a ver la muerte de cerca. Que no nos afecta. Que casi la tratamos como a un colega.
Pero la realidad es otra bien distinta.
Es cierto que estamos acostumbrados a ver la muerte de cerca pero también es cierto que, a veces, el dios de la medicina nos sacude de lleno con la muerte de un ser querido y, entonces, es como si nos reseteasemos… Y, en ese momento, se nos parte el corazón como a cualquier mortal… Fuera corazas.
Cuando ayer, de sopetón, me enteré de la muerte de Ana, la enfermera del Ayuntamiento de Pozuelo desde hace 20 años, no me lo creía… Incluso, mentalmente, lo rechacé… No podía ser… Tenía que ser mentira… Las buenas personas no se mueren… Era imposible…
Pero era verdad.
Dicen, y puede que también sea verdad, que el dios de la medicina es bastante egoísta y, a veces, reclama a los buenos profesionales antes de tiempo.
Ana es (me niego a ponerla en pasado aún) una mujer dulce. Buena en el buen sentido de la palabra buena.
Siempre tiene una sonrisa y siempre una palabra amable.
Sabe escuchar, que es el primer mandamiento de los profesionales de la medicina aunque es el mandamiento más difícil de cumplir porque esta profesión tiene tendencia a desarrollar el ego. Somos los que salvamos vidas…
Pero Ana, no es así. Su relación con los trabajadores del Ayuntamiento va más allá de lo profesional.
Es una amiga para muchos de ellos. Se involucra en sus problemas. Es su paño de lágrimas.
Ahora, me dicen que se ha ido… Que la han reclamado a destiempo… Se ve que es verdad que en el cielo de la medicina siempre quieren tener a los mejores…
Anda con dios, Ana…
Aunque yo me quejaré a quien corresponda… Nos dejas desamparados…
Félix Alba, Doctor en Medicina
Hasta siempre Ana
Muchas gracias por su participación. Saludos
Muy buena profesional, se implicaba a fondo en atender los pequeños contratiempos con los que acudías a su consulta, muy buena persona, alegre, paciente…una pena. Descansa en paz Ana, te echaremos de menos.
Muchas gracias por su participación. Saludos
Ana, …te has ido y nos has dejado sin tu amor y sin tu cariño, sentimientos y afectos que nadie jamas sabrá volver a dar en este ayuntamiento. Al menos a mí me quedara para siempre tu recuerdo de bondad y de profesionalidad, de la persona alegre e inconformista que fuiste siempre, sin que una cosa excluyera nunca a la otra. Siento, de verdad, que te hayas ido tan pronto.
Muchas gracias por su participación. Saludos
Humanidad, Ana para mi es humanidad y bondad, me recibió con todo el cariño del mundo ganándose mi confianza desde el primer momento, siendo muy importante ese acogimiento que te hacia sentir.
Desde luego que los mejores son los elegidos, porque del jardín siempre se cortan las mejores flores, pero duele y duele mucho su partida.
Te echaremos mucho de menos.
Muchas gracias por su participación. Saludos