Las aguas de Ciudadanos Pozuelo bajan revueltas entre silencios clamorosos de la Junta Directiva (nunca tienen nada que decir) y el proyecto naranja se hunde irremisiblemente

Estimado Capitán, le escribo para comentarle lo revuelta que bajan las aguas por la Agrupación de Ciudadanos en Pozuelo por si fuera de su interés.
Verá usted:
Los mediocres resultados obtenidos en las últimas elecciones municipales después de una campaña electoral desastrosa, un candidato impuesto por la dirección sin conocimiento de la localidad y mandado directamente desde la sede en Madrid, la inexistencia de elecciones primarias para los puestos de concejal, la elección a dedo de los asesores del grupo municipal sin contar con nadie de la agrupación local y el entreguismo de la Junta Directiva bajo falsas promesas de cargos en el partido, han conformado una olla a presión donde la gota que ha colmado el vaso de la paciencia o de la credulidad de los afiliados ha sido la inexplicable decisión de votar a favor de ceder una parcela de unos 3 millones de euros de valor de titularidad pública a la Iglesia de Caná (bueno al Arzobispado de Madrid) para unos supuestos fines sociales.
Los afiliados han intentado pedir explicaciones al grupo municipal sobre esta increíble decisión y solo han encontrado el desdén y el silencio por respuesta, lo cual ha soliviantado a numerosos militantes que no entienden este hermetismo y esta prepotencia.
Los chats de los simpatizantes andan calientes y se han producido varias expulsiones de los mismos teniendo que intervenir tanto el coordinador de zona de comunicación como el coordinador de organización, auténtico comisario de censura política para intentar mantener la disciplina.
Y es que, director, después de cuatro meses de rodaje, existe mucha desconfianza hacia el grupo municipal y hacía el “Clan Macías“ y sobre todo se duda de la eficacia de la estrategia de entreguismo y no confrontación con el PP que se está siguiendo y que muchos opinan que llevará al partido a la irrelevancia local.
El nerviosismo no hace más que aumentar según se acercan las próximas elecciones generales donde la desilusión y la desmovilización de las bases es notoria entre los afiliados, así como su pesimismo sobre los resultados que se puedan obtener en España y, particularmente, en Pozuelo donde creen que, en la actualidad, no hay ni rumbo ni dirección.
Este pasado viernes se celebró la asamblea de afiliados a cara de perro. No había ninguna buena noticia que comunicar, los escasos veinte afiliados que se acercaron mostraron su desaliento por la situación del partido tanto a nivel nacional como local, pero allí nadie dio explicaciones. Me cuentan que hasta el coordinador de organización de la zona salió corriendo a la hora de empezar la reunión “no fuera que le tocara algo”.
Entre silencios clamorosos de la Junta Directiva y broncas entre los afiliados trascurrió la más triste asamblea del partido que decía regeneraría la política. La reunión acabo con la orquesta del Titanic, que decían ayer en su periódico, tocando y tocando mientras el barco se inclina hacia su destino electoral.
Pero tranquilos, Macias y sus chicos hace tiempo que fueron puestos a salvo en el primer bote salvavidas hacia un cómodo destino durante cuatro años. Una pena que lo paguemos entre todos los contribuyentes de Pozuelo.
Muchas gracias.
Juan Pozuelo