De cómo Garrido quiso castigar a Pozuelo enviando MENAS y de cómo la lucha de los vecinos de la Colonia de los Ángeles le obligó a llevarlos a Peñagrande, donde ahora sufren las consecuencias
A finales de 2018, el inefable Ángel Garrido con la anuencia de Enrique Ruiz Escudero (ambos andaban cabreados en aquella época porque ya sabían que ERE no iba a ser candidato a la alcaldía de Pozuelo), dio orden a un tal Alberto San Juan (entonces director de la Familia y el Menor y amigo de ERE también) para que trajese un grupo de 14 MENAS a Pozuelo. A la colonia de los Ángeles, concretamente.
Cuando los vecinos de dicho barrio pozuelero se enteraron lo denunciaron en las redes sociales sin que el Gobierno de Pozuelo quisiese darse por enterado. Susana Pérez Quislant no quería lío con Madrid porque los líos perjudicarían sus aspiraciones políticas (Siempre se ha movido así en política: Sin hacer ruido para no molestar).
Los partido políticos pozueleros tampoco hicieron nada. El PP estaba desconcertado con Garrido (uno de los suyos), C’s, como siempre, no sabía qué hacer (después se mojó) y el PSOE y Somos Pozuelo estaban a favor del establecimiento de los MENAS en la Colonia de los Ángeles aunque no lo dijeran públicamente. La izquierda es la izquierda en estos temas pero tampoco querían significarse habida cuenta de la proximidad de las elecciones.
Solo El Correo de Pozuelo (ninguna otra prensa pozuelera tocó el tema salvo de puntillas) abordó el tema editorialmente y empezó a publicar noticias sobre la llega de los MENAS a Pozuelo y a comentar las circunstancias políticas que rodeaban a la cacicada de Garrido y amiguetes.
Hicimos mucho ruido. Contábamos con la colaboración de los vecinos de la Colonia de los Ángeles que no querían a los MENAS en su barrio.
Visto el revuelo, la alcaldesa Quislant empezó a mover ficha. En Madrid no le hacían caso y tuvo que llevar el tema a los juzgados por el tema del uso indebido del chalet donde los MENAS estaban ubicados pero el juez desestimó su petición porque cambió el uso del inmueble para pedir el cese de la actividad del centro. Trampita que le descubrieron. Aquello era un aquelarre de necios.
(Si alguien quiere enterarse de verdad de lo que pasó, que busque en El Correo de Pozuelo. Basta con poner la palabra MENAS en el buscador)
Al final, y visto el escándalo que se había montado (Enrique Ruiz Escudero no dijo ni mu, acojonante) el inefable Garrido decidió sacarlos de la Colonia de los Ángeles de Pozuelo y llevarlos al barrio de Peñagrande de Madrid…
Y como denunció El Correo de Pozuelo, en Madrid ha pasado lo que podría haber pasado en Pozuelo… Y una ola de «terror» se ha desatado en el entorno de la calle Angelita Camarero, en el distrito de Fuencarral-el Pardo, puesto que, según explican los vecinos de Peñagrande, desde su llegada los MENAS han ido acumulando varias denuncias de los residentes de la zona, a raíz de los múltiples robos y delitos, creando un ambiente de inseguridad para todos los habitantes.
«Desde que llegaron hay muchísimos problemas en el barrio, se pasan el día robando y esnifando pegamento», aseguran los vecinos que son testigos de situaciones como esas a diario desde el pasado mayo.
(Para más información: Leer La Razón de hace unos días)
En ese reportaje se explican con todo lujo de detalle las fechorías de estos 14 muchachos.
El Correo de Pozuelo, como en muchas ocasiones, recibió la crítica de muchos. El buenismo y lo políticamente correcto se impusieron al sentido común. También en Pozuelo. Sólo un lector y vecino de la Colonia de los Ángeles nos agradeció el apoyo incondicional que este periódico ofreció al barrio…
Con ese pequeño mensaje de agradecimiento nos sentimos pagados. También con el reportaje que ha publicado La Razón y en el que se cumple todo lo que, en su día, predijimos.
El Capitán Possuelo
Fue gracias a su periódico el que muchos vecinos pudiéramos tener conocimiento de la inaudita apertura de un centro de MENAS dentro de una urbanización del municipio. En ningún otro periódico encontré la información que proporcionaron ustedes, sí que a posteriori lo hizo alguno, pero cuando el asunto ya había explotado. Seguro que no soy la única que sin vivir en la urbanización afectada (y poco agradecida) se suma al vecino que sí les dio las gracias, y les sigue con interés.
Muchas gracias por su consideración. NO sabe cómo se lo agradecemos. Saludos