Seis de cada diez pozueleños no confiaron en el PP de Quislant en las pasadas elecciones: ¿Qué es lo que no ha entendido la Oposición o, al final, de lo que se trataba era cosa de pasta-gansa?
Cuando la condición económica es el primer punto a tratar, sin duda, se convierte en el más importante- Luego, en otros, está la disciplina de partido… En el resto porque sin lo mío, difícilmente voy a “tragar” con plenos, desaires y veleidades que en el día a día de la legislatura, prácticamente, al conjunto de los electos les tocará asimilar.
Súmenles que hay que llegar a fin de mes y entenderán que arreglada la pasta y cobrados tantos favores políticos con los puestos de libre designación…, Pozuelo se pone en marcha…cangrejil y, si no, al tiempo.
En la hoja parroquial municipal, hagiografía del pepero Vive Pozuelo, el titular habla de más del 40 % que apoyan a los azules… Y no mienten, aunque al realizar el análisis, el punto de partida debe ser: de dónde se procedía y, lo suyo, informativamente hablando, sería destacar que, tras toda una vida de mayorías absolutas, el ciudadano cansado de tanta ineficiencia y chamarilerismo, mudó la papeleta y demandó el cambio buscando otro color.
La pena, como casi siempre, es que nuestros ilustres candidatos opositores haciendo caso omiso al requerimiento generado, no han sido capaces, salvo para obviar a Unai -precisamente la democracia consiste en procurar y defender las opciones minoritarias, como si fuesen la propia, esencia misma de la libertad-, de interpretar la exigencia del votante y acoplándose a la foto oficial, cargo y sueldo -algunos, pocos muy pocos, sin ninguna necesidad del mismo- se ponen desde el inicio a las “órdenes” de Susana y vengan días y caigan sueldos que garanticen la manduca familiar…
La fiebre de los emolumentos no es patrimonio de Pozuelo ni del PP. No hay más que ver lo hecho por la corporación mostoleña, por proximidad (lo mismo ha ocurrido en Málaga, Sevilla…), con regidora socialista en esta ocasión, en la que se suben los sueldos -82,000€ para la alcaldesa y todos los partidos de acuerdo… ¿verdad que les recuerda a algo? – un 10,60 % . Eso sí, han sido prudentes porque como ellos mismos indican: no se ha aplicado todo el incremento que permitía la legalidad por lo que los vecinos de Móstoles tendrán que darles las gracias por tamaña austeridad, imagina uno.
Aunque realmente, lo que me tranquiliza como ciudadano es el por qué real de tan “frugal” subida en la vecina villa, que muy bien podrían apropiarse nuestros electos locales: “para que los portavoces, alcaldesa y concejales puedan realizar su trabajo con dignidad”. Ergo, no era el caso de la Corporación anterior que al igual que en Pozuelo contaban con la misma regidora.
Como podemos observar, un hecho común afecta a muchas de las nuevas Corporaciones Municipales y no es otro que el de la parte crematística, cuando aún no han hecho absolutamente nada de nada y todo está por empezar.
Dado que algunos de los “ocupantes” de tantos nuevos gobiernos municipales, dizque son empresarios, sería muy de agradecer nos explicaran si es el proceder normal en sus empresas, porque nos faltaría tiempo para aprovechar tal oportunidad laboral con el consiguiente rendimiento económico para cada uno de los contratados (subidas de más del 10 % ).
Aunque me temo que, entre predicar y dar trigo, en los cargos municipales: primero la nómina, dado que al no saber cómo será la cosecha, resultado presupuestario del municipio, no está el campo -municipal- para estos riesgos.
Disfrutaremos, visto como ha salido el primero, de Plenos insulsos y llenos de hastío; de laissez faire y en los que el bastón de mando, en manos de Quislant, servirá de recordatorio para las muchas bocas agradecidas que tendrán que reclinar cabeza e ideas por mor de un punto de partida exclusivo del PP de Pozuelo, pero con la colaboración suficiente y necesaria, en esta legislatura, de las otras tres fuerzas que posibilitarían el cambio: C’S, PSOE y VOX que ya no tienen disculpa.
No les voy a recordar que en nuestros votos estará, porque estaba hace quince días y ahora nos quedan cuatro años de pesar.
A. Nogueiro