En memoria del pozuelero Manolo Remiro CANTÁN, un hombre bueno en el buen sentido de la palabra bueno y un ejemplo de lucha y de ilusión. ‘Sit tibi terra levis’. Descansa en paz, amigo

El jueves pasado Pozuelo amaneció de luto aunque no doblaron las campanas.
Fue un día triste, un día en el que nos pensamos si merece la pena sufrir por los pequeños detalles tontos que tanto nos amargan nuestra vida.
Fue un día para recordar a los que se han ido y para encontrarnos con los que tan cerca viven, pero tan lejos están en el día a día.
El jueves pasado, Manolo se nos fue con el alba. Falleció Manolo Cantán y Pozuelo se fue regando de lágrimas cuando, poco a poco, nos fuimos enterando. Malhaya la hora.
Dicen que Dios quiere a su lado a los mejores. Y este, sin ninguna duda, es uno de ellos pero no es justo.
Escúchame, Manolo… Aunque ya no vuelvas a desayunar con nosotros unos huevos fritos; aunque ya no nos cuentes lo que estabas leyendo; aunque ya no nos hables de la última conferencia a la que habías asistido, siento decirte que siempre vas a estar con nosotros. No te puedes ir sin más.
Nunca podremos olvidar, Manolo, la lección de vida que nos has dado. Tú has sido un ejemplo de lucha y de ilusión. Y, querido amigo, allí donde estés, solo pido que puedas escuchar el sentimiento de agradecimiento de todos aquellos a los que nos enseñaste a no lamentarnos y a ver la vida con optimismo y alegría.
Muchas gracias, CANTÁN.
Muchas gracias, AMIGO…
Tus vecinos y amigos de Pozuelo