Pasen y vean cómo, en su afán por auto blanquearse, la alcaldesa Susana P. Quislant roza el ridículo apuntándose a la procesión del Corpus Christi, cuando ni se le vio ni se le esperaba. Ay…
El domingo pasado, en Pozuelo, se celebró el Corpus Christi, ese día en el que “que Dios a cuerpo se echa a la calle”, como cantaba el inolvidable Carlos Cano.
Tengo entendido que tan alta celebración cristiana tuvo lugar en las principales iglesias de la villa pero con especial significación en la procesión que se llevó a cabo en la iglesia Asunción de Nuestra Señora.
Un acto al que asistieron el Primer Teniente de Alcalde Eduardo Oria y el Tercer Teniente de Alcalde Pablo Gil. Y hay que decir, en honor de la verdad, que fue muy concurrido y emotivo…
Sin embargo, faltó la alcaldesa Susana Pérez Quislant pese a estar en plena campaña de blanqueamiento de imagen… Y esta era una ocasión pintiparada…
Pero la mancha de la mora con otra verde se quita y, sin encomendarse a Dios ni al Diablo, publicó este mensaje en una de sus Redes Sociales…
Ahí lo tienen…
Alucino…
Ni corta ni perezosa juega al equívoco de que, incluso, podía haberlo organizado ella y se lanza, contando de oídas, a agradecer (mal escrito sintácticamente como siempre) a párrocos, organizaciones y todo lo que se le ocurría… ¿Todo?
No. Todo, no. Faltaron organizadores y pozueleros en general que se dejaron la piel colaborando en el Día de la Juncia…
Pero es lo que tiene hablar de oídas… Y lo que tiene buscar como sea aparecer como una nueva alcaldesa, intentando que olvidemos el pasado y volvamos al amor de la gran Marie Laforêt …
Qué cosas…
Juan Manuel Sánchez