Acojonante: El Gobierno de Sánchez pide a la Iglesia Católica que acoja a 350 refugiados que rechazan Manuela Carmena, Ada Colau y Pedro Santisteve

El Papa Francisco ha sido la voz ahogada de los refugiados, el grito que muchos de ellos no han conseguido pronunciar. Durante todo su Pontificado rogó por su ayuda y las congregaciones españolas respondieron. Lo hicieron por «responsabilidad y conciencia humanitaria», también por «coherencia». Así fue, explica Javier Poveda, director del departamento de cooperación internacional de Escuelas Católicas, cómo atendieron a la llamada «de necesidad y urgencia» de Consuelo Rumí, secretaria de Estado de Migraciones, para ceder «recursos habitacionales» ante el vertiginoso incremento de solicitudes de protección internacional en España.
Solo el año pasado se alcanzaron las 55.668 peticiones, cifra récord que sitúa a nuestro país como el quinto de la Unión Europea en cuanto a número de solicitudes.
«Nos lo pidió la secretaria de Estado ante una situación de desbordamiento. Nos trasladaron la urgencia y la necesidad de ayuda, y nosotros hemos buscado congregación por congregación espacios libres que se pudieran destinar a la acogida», detalla Poveda.
Para hacer frente a la falta de plazas de acogida la Secretaría de Estado de Migraciones no solo recurrió a la Iglesia, también pidió ayuda a ayuntamientos y organizaciones. Pero la respuesta que encontraron fuera de la Iglesia fue muy distinta. Según ha podido saber ABC, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (Ahora Madrid), envió una carta al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social en la que les requería que se liberen los albergues de transeúntes y les buscaran una nueva ubicación a los refugiados.
«No basta con decir que se quiere ser un ayuntamiento de acogida, sino que hay que poner los medios necesarios teniendo en cuenta además que estos son financiados por el Gobierno de España», se limitó a contestar Rumí sobre esta cuestión. En concreto, emplazó a este periódico a preguntarle a la alcaldesa. ABC contactó con el Ayuntamiento de Madrid pero no obtuvo ninguna aclaración al respecto.
La alcaldesa que ahora no dispone de espacio para acoger refugiados es la misma que en septiembre de 2015 hizo colgar una pancarta de ocho metros en la fachada del Ayuntamiento de la capital en la que se leía la frase «Refugees Welcome».
Lo hicieron para mostrar cómo desde los municipios se puede colaborar en este tipo de crisis «desde el afecto y el compromiso con las víctimas de los conflictos bélicos», señalaron entonces. Este periódico también ha podido saber que otros de los llamados «ayuntamientos del cambio», como Barcelona y Zaragoza, así como la corporación de Tres Cantos en Madrid, también se negaron a colaborar con la petición de acogida de refugiados.
Desde el consistorio aragonés se ha negado esta información y se asegura que, por el contrario, han pedido a la Secretaría de Estado gestionar ellos mismos las plazas de las que habitualmente se encargan entidades sin ánimo de lucro especializadas y financiadas por el Estado como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Cruz Roja o Accem.
Un portavoz del Ayuntamiento de Barcelona también aseguró a este periódico que no les consta ninguna petición de acogida. Además, dicen, las solicitudes de protección internacional «son competencia del Estado español».