Diario apócrifo de los concejales del Gobierno de Pozuelo (1×1) en el momento más complicado de su vida política ya que todos pueden pasar directamente al paro. Y eso es duro: Hoy, Gerardo Sampedro

Querido diario:
(Tic tac tic tac… Espera que voy a alejar el reloj, no quiero que me moleste. Su tic, tac me recuerda que me queda poco en el “viejo convento” y ya se sabe aquello: Para lo que me queda en el convento, me c… dentro. Y no sigo que me puedo parecer a Susana y esa boquita de “pescatera” que le ha dado Dios… O su educación, que es lo más probable… Y no quiero)
Lo que quiero hoy es decirte lo que pienso de Susana Pérez Quislant y las ganas de perderla de vista que tengo también. Qué ganas tengo de salir de aquí. Y ya que estamos en el convento, por mi culpa. Por mi gran culpa. Por no haber mandado a esta alcaldesa a donde se merece hace varios años…
He sido concejal 16 años (ya sé lo que dice el viejo de los que llevamos cuatro legislaturas) pero por eso puedo decir que jamás he tenido tantas ganas de perder a alguien de vista como tengo ahora mismo.
Esta señora no le llegas ni a la suela de los zapatos a Sepúlveda. ¿A Aguado? Gonzalo era demasiado cobarde, pero jamás faltó al respeto a nadie como hace Quislant. Paloma Adrados tenía un carácter complicado, es verdad, pero era trabajadora y coherente.
Esta alcaldesa es solo una pesadilla. La pesadilla de Pozuelo y, por supuesto, de cualquier trabajador.
¿Cómo ha sido posible que el PP haya nombrado candidata a esta incalificable mujer?
Querida enemiga, como dice El Barrio, que te vaya bonito. Yo me piro, vampiro. No creas que me vas a echar, no. Me voy yo. Y, lo que nunca pensé que haría, pido a todos los pozueleros que no te voten. Quiero que se demuestre que eres una incompetente, una arribista y oportunista y que, debajo de esa sonrisa falsa, que a veces tenemos que tragar, solo hay un persona terrible. Mala. Muy mala. Diabólica.
Como a mí me ha tocado bailar con la más fea que, en Pozuelo, es la inseguridad ciudadana, quiero, querido diario y a través tuyo, pedir perdón a todos los vecinos de Pozuelo. Sobre todo a aquellos que han sufrido robos o intentos de robo. O varios. Me muero de vergüenza cuando oigo a Quislant negar lo evidente. Me lo debió notar por eso no me invitaba a las reuniones de la Junta de Seguridad.
Pero que nadie se lleve a engaño. Yo estoy aquí desde hace 16 años dando lo mejor de mí hasta que ella ha provocado esta insostenible situación. Ella no sabe nada de nada. No tiene ideas pero, si se las das, te mira con recelo y te fulmina.
Es una incompetente. Y los pozueleros lo van a pagar. A mí, y vuelvo a pedir perdón, incluso me ha ninguneado y puenteado con una Intendente de la policía municipal que no sabe nada de nada tampoco pero que le sonríe…
Yo solo soy gestor. No soy político. Sé de seguridad. Pero comprobar el nivel político de Quislant me ha llevado a entender que aquí todo vale. Y yo eso no lo compro.
Esta mujer es tan malvada que, incluso, se ha dedicado a hacer cosas contra propios compañeros de su partido. Que yo lo sé todo, querido diario. Todo. Créeme.
¿Quieres que te cuente lo del Diario de Pozuelo?
¿O lo de Almudena y su vivienda de alquiler?
¿O lo del Centro Dionisia Plaza?
¿O lo de Susana García Cereceda?
¿O aquello del Mc Donalds?
Qué ganas tengo de salir de aquí y largarlo todo. Aunque a veces piense que no vale la pena…
Puedo contar todo lo que ha ocurrido en esta legislatura con pelos y señales… Pero ya veremos…
Lo que lamento es que mi pobre amigo Pablo Gil tenga que quedarse. Y lo lamento por lo que tendrá que tragar de nuevo. Con las horas que hemos charlado pidiendo el milagro de que Quislant se largara. Pero ha sido inútil. Y ahora Pablo tendrá que quedarse con ella. Le volverá a traicionar como tantas veces.
Pero así es la vida… Hay que tragar mucho para mantener a la familia. Pero es tan repugnante todo…
Sólo espero y deseo que todo acabe cuanto antes. Y que Susana y Enrique y Almudena, juntos sean capaces de tapar todo lo que hay. Porque si no son capaces, todo les estallará en la cara. Y por el PP, no me gustará que pasase. Ellos se merecen que todo reviente pero confío en que alguien ponga antes remedio y el “Pacto de Sueldos” no salte por los aires.
En cualquier caso, a mí ya me da igual… Pero deben tener claro que aunque puedo ser un nombre gris, aún no he llegado al negro y tengo memoria… Y pruebas…
Gerardo S.