No, Unai Sanz: Ser y vivir en Pozuelo solo tiene que ser un primer aval, necesario, para ser concejal del Ayuntamiento. El problema está en que la mayoría dependerá de partido nacional
Llegados estos días, previos a las citas electorales, de sorpresas y anuncios, cual fiesta navideña, con fichajes relumbrantes y promesas por cumplir. Poco nos puede sorprender a los sufridos ciudadanos, salvo que nos garanticen, definitivamente, una paga por el mero hecho de ser y estar en la villa con la renta número 1 de Expaña.
No sé si sería buena idea, pero si garantizo que conllevaría al caos social y económico de esta nuestra ínclita ciudad.
Difícil se lo están poniendo al contribuyente con los cabezas de lista de los distintos partidos ya confirmados, todos con representación nacional, salvo Vecinos por Pozuelo, que tiene su origen y final en el contorno de la villa.
Destacaba nuestro diario la propuesta de Unai Sanz, de Somos Pozuelo: Listas al 100 % de personas que tengan su domicilio en la villa y, no diré que es mala cosa la citada demanda, siempre y cuando el análisis y las consecuencias del día a día de la labor municipal, no se vieran interrumpidas por la proximidad del Madrid y, por ende, de las políticas que sus hermanos mayores condicionan en nuestro quehacer diario.
¿Cómo podrán hablarnos de movilidad, los que nos cercenan en tantas ocasiones acceder a la capital del Reino?
¿Cómo fomentar el comercio local, cuando unos kilómetros más allá, Madrid Central penaliza al mismo?
¿Cómo hablar de medio ambiente, respeto y ecología, cuando las nubes aceitosas del local frontal a la Estación sirve de alimento a viandantes ajenos y a sufridos vecinos?
¿Cómo hablar de VPO, cuando cuatros años después, ni en la infografía de la Calle Ferrocarril aparecen las comprometidas?
¿Cómo hablar del mérito, en definitiva, cuando CumFraude, por ejemplo, sigue moviendo la cuna del partido?
Vivir en Pozuelo es una oportunidad, sin duda, de poder conocer mejor sus necesidades y prioridades, pero, curiosamente y tomando como ejemplo a la actual regidora y , nuevamente, candidata -que Santa Lucía le conserve la vista a Pablo Casado- del equipo azul, viviendo tan próxima a la Casa Consistorial, para no tener que esforzarse en demasía, para llegar a Plenos y desayunos con convecinos, no fue capaz de allegarse al incendio de Benigno Granizo, porque, tendrán que reconocerme, desde el aeropuerto cae peor.
No, Unai, la cuestión no está en “ser de aquí”, que también, sino, como en la Apuesta de Pascal, conocer todas y cada una de las calles, todos y cada uno de los pasajes y entresijos, más allá del nombre de calle o plaza, que una ciudad como la nuestra conlleva, para posibilitar las distintas soluciones que las diferentes personas que en ella convivimos tenemos como prioridad y necesidad. Sin ataduras partidistas, ni condicionantes ideológicos.
El problema nace en la influencia que, sobre las personas, a nivel local tienen los partidos de ámbito nacional para el futuro crecimiento dentro del organigrama propio y que conlleva, en tantas de las ocasiones, la mal llamada disciplina de partido, que no tiene por qué beneficiar al ciudadano, ni a su ciudad, pero sí al afiliado, con prebendas, en nuestro caso, como ir en la lista de la Asamblea o de candidato a alcaldías vecinas.
Y aún hay quién se pregunta el por qué de Vecinos…
Empieza la fiesta y con ella el baile y, como siempre, en nuestros votos está.
A. Nogueiro
Totalmente de acuerdo
Muchas gracias por su participación. Saludos