Ninguno de los concejales del PP, alcaldesa incluida, es merecedor de repetir en las elecciones municipales de Pozuelo. Se necesita un cambio real de imagen, de personas, de proyecto y de partido
Y volvimos de nuestro descanso navideño. ¡Qué gusto da alejarte unos días de tu entorno cotidiano para compartir otros momentos con familiares y amigos! A veces la lejanía hace que veas las cosas de una manera diferente y añorar tu pueblo. Si. Añorar tu pueblo. Mi pueblo. Pozuelo.
Cuando volvimos, Luis juró en hebreo por obras mal señalizadas y por cortes de calles sin explicación. Tuvimos que intuir. “Será la Cabalgata”, dijo mi marido un poco enfadado. Volvimos a la desazón de un pueblo en manos de políticos de medio pelo. Y esa desazón me ha llevado de nuevo a mi taller. Con Tobby. Y mi Singer.
De la Cabalgata de Pozuelo poco o nada puedo contar, salvo que me esperaba otra cosa. Los niños, como cada año, disfrutaron. Pero no por lo bueno de la Cabalgata, sino por la ilusión de que esa noche venían los Reyes. Pero a mi me disgustó comprobar que un año más el Gobierno actual de Pozuelo es un paquete de sinrazones para mantenerles a todos en sus cómodos y acaudalados puestos.
Ha empezado un Año nuevo. 2019. Y con él llega un cambio político necesario en Pozuelo. No sé si político, pero si de políticos. Le decía a mis tíos que me costaría votar a otra opción que no fuese el PP, pero que, si me lo ponen complicado, no caería en el error de la última vez que deposité mi voto (con la nariz tapada) a favor de la candidata del PP Paloma Adrados. A mí me engañan una vez. Pero dos, no. Bajo ningún concepto.
Queda despejar la duda de quién será el candidato del PP en mi pueblo. Y su nombre será la demostración de que Génova querrá un cambio o apostará por seguir perdiendo apoyos entre los vecinos.
Los otros partidos tampoco me despiertan gran simpatía. El PSOE tiene a Pedro Sánchez como el peor defensor de nuestro voto a su partido. A pesar de Ángel Bascuñana. Buena gente. Pero representante de un presidente que no hemos votado los españoles. Un caradura que ha llegado a la Moncloa pactando con lo peor del espectro político español.
¿Ciudadanos? Ha sido una farsa, al menos en Pozuelo. Ahora se están matando entre ellos porque ni siquiera el partido de Rivera cumple con sus normas de regeneración. Habrá dedazo. Y eso me repatea. Sólo van a lo que van. Y, ¿Pozuelo? No les importa. Ahora a repartirse los sueldos.
VOX es la gran amenaza para el PP. Un partido que en Pozuelo nunca han hecho nada ni han propuesto nada para mejorar nuestra vida. Sólo agitan banderas que bordean el odio y el extremismo contra otros. No quiero una opción política que no aporta nada y que sólo cuenta con la rabia de los ciudadanos. Al margen de esperar a valorar al candidato que presenten. Candidatos que espero y deseo no sean aquellos que abandonen el PP porque los peperos no cuenten con ellos.
De Somos Pozuelo poco tengo que decir. Si los extremos no me gustan. Los de izquierdas, tampoco.
Y así empezará el año político más convulso para mi pueblo. Con una mezcla de esperanza, de expectación y de pánico ante un resultado electoral que puede cargarse el pueblo que tanto quiero.
¿Responsables? Sin duda los dirigentes del PP de Pozuelo. Me avergüenza que unos y otros anden preocupados sólo por salvarse ellos. Ellos y sus cómodas vidas.
Será interesante hacer una apuesta electoral para saber quiénes se quedarán finalmente en el barco político del PP en mi pueblo.
Hablaré con el Capitán. Tengo muchas ganas de hacer mi propia apuesta. Vamos a ver quién sobrevivirán en la próxima lista electoral. Si hay supervivientes, claro.
Pero si Génova leyera mi modesta notita, debería tomar nota. Ninguno de los que están. Ninguno. Es merecedor de representar al PP en las municipales de Pozuelo. Se necesita un cambio real de imagen, de personas, de proyecto, de partido. Eso es lo que necesita Pozuelo.
Sira Q.