Segundas consideraciones sobre la Junta Local de Afiliados del PP, a la que asistí, para que los que no fueron sepan lo que pasó allí para vergüenza de un PP de Pozuelo si es que aún la tiene
La semana pasada estuve glosando el “acto mi me conmigo” de Enrique Ruiz Escudero y compañía en la sede del PP de Pozuelo el día de la Junta Local de Afiliados. Y, claro, como quedaron muchos asuntos en el tintero y tengo poco quehacer en la vida, seguiré comentando lo que vi… Aún sigo sorprendido.
Como ya no había hecho caso a mi señora yendo a aquella reunión, me aprovecharé… Ella me hubiera dicho “¿Qué pensabas que pasaría? ¿Iba a dar, acaso, una sorpresa? ¿Iba a dimitir? ¿A dar explicaciones? ¿Iba a dejar a su hermana hablar para explicar su inmoralidad?” No.
Sabía que no. Pero la realidad era que no tenía otra cosa mejor que hacer y la política la entiendo desde la serenidad y sinceridad. Porque honestidad, lo que se dice honestidad hay poca…
El caso es que, volviendo a aquella reunión, mi amigo y yo estuvimos contemplando como un señor mayor sin vida hablaba. Estaba muerto. Parecía más mayor que nosotros. Demasiado mayor, escuché decir, para la edad que tiene. Moviéndose de un lado para otro. Y tocándose las manos. Siempre las manos.
¿Qué tendrá Enrique entre sus manos que tanto le gusta? ¿O le disgusta? No lo sé pero debe hacerle daño o molestarle.
Todo esto llegué a pensar en su aburrido monólogo que iré comentando…
Y, como decía, llegó el momento de rendir cuentas de Presidente. Las manos me sudaban. Me puse nervioso. Esperaba un acto honesto por su parte. Incluso, mi cuerpo se echó para adelante. Esperaba ansioso su mea culpa. Su asunción de responsabilidad. Su “lo siento, os he defraudado”.
Esperaba que reconociese que ni suma ni es el presidente que todos queremos. Y él lo sabe. Y todos lo saben. Ay, si hablasen aquellos que deben hablar. Cuántos cerrarían el pico y agacharían la cabeza. Y pedirían disculpas.
Pero ahí estaba Enrique. Explicándonos todas las actividades del PP de Pozuelo (muy pocas en las que él haya participado, este dato lo omitió) y cuestionando si esas actividades supondrían o no incremento de votos.
Como en casi todo lo que dice Ruiz Escudero, no entendí si se refería a que no compartía esa manera de hacer política o si considera que hay otra forma de ganar votos. No lo entendí. Y creo que no fui el único. Pero de una manera u otra, podría haber cambiado las cosas en un año, ¿no? Podría haber hecho otro tipo de política si la del PP no le convencía. Pero, no. Él está mejor diciendo nada y cuestionando todo. Ese es su estilo. Nunca ha tenido otro.
Y más tarde, al puro estilo Ruiz Escudero, reconoció que el acto de la bandera “cree” que está teniendo mucha aceptación por los vecinos de Pozuelo.
(Tras oírlo se me puso mal cuerpo… un tranquimazin me hubiera venido bien para entender cómo este señor ha llegado a ser Consejero y no morir en el intento).
Y llegó el momento de hablar de Pozuelo. Enrique siempre ha querido ser el Alcalde de Pozuelo. ¿Por qué? ¿Para qué? Se admiten apuestas. Pero me impresionó la manera de hablar de su municipio. De mi municipio. De mi pueblo. El solo decía “Pozuelo es un municipio”. Un municipio que para él no hay grandes asociaciones y ni grandes movilizaciones.
También habló de las mayorías absolutas del PP y se permitió decir que en clave municipal somos relativamente cortos, vamos, que los vecinos no votamos en clave municipal. Pero que es importante que los vecinos sepan que el PP está en Pozuelo.
Enrique con su ignorancia supina de Pozuelo ha hecho un flaco favor al PP. ¿Qué no hay asociaciones? ¿Qué no hay movilizaciones? Creo que a Ruiz Escudero, a la Familia entera, le pasa algo parecido. No viven en Pozuelo. Sólo duermen en Pozuelo.
Que Almudenita dijera que en Pozuelo no hay un problema para que los jóvenes accedieran a una vivienda. Que era un invento de la oposición. Y luego descubriéramos que disfrutó de una vivienda pública durante dos años cobrando más de 60.000€/año. No era una excepción en la saga familiar.
Y ahora Enrique ningunea el tejido asociativo de Pozuelo. Lo niega. O lo desconoce. Lo cual es mucho peor. Y afirma que no hay movilizaciones. Es decir, que nada nos inquieta a los vecinos de Pozuelo. Y que no nos mojamos ni cuando jarrea la lluvia.
Este hombre me desquició nadie se levantó para decirle las verdades del barquero y a mí ella no me lo perdonaría nunca… Ella era la discreción personificada… Me perdonó que estuviera allí pero no me perdonaría que me significase…
¡Enhorabuena Enrique! Conseguiste lo que querías. Aunque, una vez más, mostraste tu nivel.
Tú nivel para tu desgracia, claro. Mejor te hubiera ido mantenerte callado. Cuanto más hablaste, más vergüenza sentí. Y tu cobardía al evitar enfrentarte con tu realidad y tu mala gestión, me han hecho sentir con más fuerza que nunca que tienes que marcharte. No. Deben echarte. Como ya hicieron una vez.
Genoveses. Decid adiós a este señor que nos quitará los pocos votos que nos quedan. Si no, al tiempo.
Sorpresas que da la vida.
El viejo rockero JP.