Primeras consideraciones sobre la Junta Local de Afiliados del PP, a la que asistí, solo para que sepan lo que pasó los que no fueron. A saber: Susana, Félix, Paloma, Yolanda, Adrados, Gil y gente de Génova 13
Tendría que haber hecho caso a mi mujer. Con su silencio me recomendaba que no acudiera a la cita convocada por Enrique. Un silencio eterno que me decía que “no”·. “No vayas”. “¿Para qué?”.
Y, como siempre, ella lleva razón. No me acostumbro a hablar de ella en pasado. Es mi presente y seguiré contando con ella. Echándola de menos y preguntándole si debo hacer esto o lo otro.
Y nada cambia. Ella siempre. Cauta y razonable. Me aconseja lo que debo o no debo hacer. Y yo, como el viejo roquero que soy, inconformista y rebelde por naturaleza, con mis más de setenta cumplidos, haciendo lo contrario. Mi corazón pepero tiene razones que la razón no entiene.
“Querida, ¡que razón tienes!”.
Y fui al acto convocado para gloria de Enrique Ruiz Escudero. Mi amigo y yo fuimos a escondidas de la mujer de mi amigo ya que, según ella, “no soporta a Quique” pero queríamos oírlo.
Es incomprensible escuchar a otros amigos de mi partido, a los que nunca he visto en momentos difíciles, hablar de Enrique como un auténtico desconocido. “Un tipo muy majo, muy educado. Muy… muy…” “Muy sibilino”, contesté a uno y me marché.
Porque si algo es Enrique es sibilino. Los que no le conocen hablan así de él. Es un lobo con piel de cordero. Pero, como en el famoso cuento de los Tres cerditos, cuando la piel de cordero se levanta… aparece el lobo.
Un lobo hambriento de venganza. De soberbia. De ambición desmedida. Un lobo sin capacidad de argumentar. Un lobo mentiroso. Adulador y cínico. Y un lobo que es capaz de vender sus principios por tener un puesto asegurado.
Hace tiempo un amigo que militó en el PADE de Pozuelo me describió a Enrique como un aspirante eterno a lo que nunca será. Inteligente y político. Y que aún utilizando todos los “medios” a su alcance (familiares y empresariales) jamás lo conseguirá. No es líder. Y nunca lo será.
El martes llegamos a esa sede con caras desconocidas para nosotros. Y nos sentamos sin hacer mucho ruido. Los de siempre no estaban. ¿Dónde estaba Pablo Gil? Lo busqué entre la gente.
Mi amigo me llamó la atención. La alcaldesa, muy amiga de tiempo atrás de Enrique, tampoco estaba. Ni muchos concejales. Otros, si. No debería enumerarlos porque creo que salvo a la hermanísima y por temas nada claros e inmorales, no son conocidos en Pozuelo. Así que, para publicidad, que paguen a otros.
Pues eso. Que llegamos y lo primero que nos dijeron es que no nos marcháramos porque al terminar el presidente, tomaríamos todos unos pinchitos. “Vaya”, le dije a mi amigo. “Ya sabemos en qué se gasta el dinero de nuestras cuotas Ruiz Escudero”. Los dos nos reímos.
Y empezó el discurso de marras. Que sin saber muy bien ni cómo, lo primero que hizo el “presidente” fue deleitarnos con un vídeo de los 100 días de Pablo Casado.
Sinceramente no sabía muy bien dónde estaba: Si en Pozuelo o en Génova. Aunque tratándose del susodicho presidente, mejor en Sol. Ya me entenderéis más adelante.
Y allí estuvimos. Todos escuchando y mal viendo un vídeo del Presidente Casado que no pegaba ni con cola en un acto que, presuntamente, era para dar cuenta de su gestión. La de Enrique, como presidente durante un año.
Aplausos a Casado y palabritas impostadas del presidente del PP de Pozuelo.
¿Pero a quién pretende engañar? Si Enrique ha sido el fiel Escudero de Cospedal en esas primarias que perdieron Cospedal y él. A mi amigo y a mi nos pidieron el voto para Cospedal. Y como somos mayores, pero no tontos, nos callamos. Y dijimos. “Si buana” . Pero votamos a Pablo Casado, por principios y por un cambio en mi partido.
Al margen de que los que defendían a Casado en Pozuelo, los ganadores, además eran los que más se acercaban al cambio. Sobre Félix Alba siempre tendré la duda, porque me dijeron otros amigos que les había dicho que apoyaba a Cospedal. La verdad es que con Félix a veces no sé a qué juega, salvo a no mojarse nunca. “¡Es un figura! Y no cambia con los años, aunque me cae bien”.
Pero como decía, así empezaba el acto de rendición de cuentas de Ruiz Escudero. Con la foto de Pablo Casado. Este tipo no tiene vergüenza. Y ya no cumple los cincuenta. Un acto vergonzoso para el Partido Popular y para Pozuelo.
Y con grandes ausencias: La Alcaldesa, su gran valedora; el secretario General Pablo Gil. Los tres ganadores de las últimas elecciones en Pozuelo (Félix Alba, Yolanda Estrada y Paloma Lorenzo); la ex Alcaldesa y presidenta de la Asamblea Paloma Adrados. Demasiadas ausencias y ninguna explicación.
Pero ya iré desmenuzando esta reunión vergonzosa para que los afiliados que no acudieron, muchísimos, sepan cómo se las gasta Enrique Ruiz Escudero. O, tal vez por eso, porque saben cómo se las gasta. Simple y llanamente, no perdieron el tiempo. ¡Qué inteligentes!
Sorpresas que da la vida.
El viejo rockero JP.