Quislant sigue cargándose votantes del PP de Pozuelo: La reunión que tuvo el jueves pasado sobre seguridad ciudadana también terminó enfadando a los votantes de las grandes urbanizaciones
(Como todos los años en Agosto, hay que recordar lo que ha sucedido en la temporada político-pozuelera. Para ello, vamos a repetir algunos artículos que se han ido publicando a lo largo del año. Hoy, un artículo publicado el 15 de enero de 2018)
En los manuales del buen político municipal, en todos, se exponen dos máximas inalterables e inamovibles: El Gobierno municipal debe estar basado en la Cercanía y la Confianza y todo lo que vaya en contra de esos dos principios está terminantemente prohibido porque finalizará siendo un fracaso total.
Pero la alcaldesa de Pozuelo de Alarcón Susana Pérez Quislant no ha debido leer ninguno de esos manuales y como, además, la mujer va por la vida de sabidilla, no para de cometer errores.
La reunión del pasado jueves con los representantes de las grandes urbanizaciones y colonias de esta villa para hablar de seguridad ciudadana fue un claro ejemplo. No hizo caso a los clásicos y, claro, se columpió.
La pregunta del millón de dólares es: ¿Por qué, entonces, la alcaldesa Quislant convocó a las Urbanizaciones y Colonias para hablarles de los problemas de seguridad que tiene Pozuelo si les iba a decir que en esta ciudad no pasa nada y que, si los hay, ella no puede hacer nada?
Puf…
Vayamos por partes que diría Jack el Destripador…
Como nadie tiene respuesta para esa pregunta, hay que empezar diciendo que en Pozuelo sí hay problemas de seguridad.
Los hay. Vaya, si los hay. Y ella lo sabe. De sobra. Y por eso convocó la reunión.
El problema es que la alcaldesa Quislant no sabe cómo solucionarlos y ahí es donde empieza la gran cadena de errores de una política principiante y torpe.
Y el primer error fue convertir la reunión en un mitin y pensar que con su encanto personal iba a tranquilizar a los afectados porque, a fin de cuenta, son gente de derechas.
Desgraciadamente, Quislant no valoró que, posiblemente, eran de derechas pero las circunstancias eran distintas y, como siempre, nadie le dijo que lo hiciese. Los allí reunidos no fueron a escuchar un mitin ni era tiempo de elecciones. La gente estaba allí en busca de soluciones a los graves problemas que tienen.
Cada uno de los que estaban en la reunión llegó con sus problemas particulares y exigía una solución particular. Personalizada. Cercanía para crear Confianza. Una solución que la alcaldesa debería abordado con cada uno de ellos. Cuando uno es maltratado por delincuentes lo mínimo que quiere es apoyo personal y soluciones rápidas de las autoridades pero Quislant no lo hizo. No le gusta.
La alcaldesa de Pozuelo sabe de sus limitaciones empáticas y no quiere ningún “face to face”, que diría Ulecia. A ella le gusta hablar al grupo, para sentirse arropada por sus palmeros. Siempre ha sido así. De hecho, algunos estaban entre el público. En su torpeza política, Quislant les llamaba por su nombre de pila. A estilo compadre. Buscando complicidad pero el horno no estaba para bollos.
El segundo error de la alcaldesa de Pozuelo fue no valorar que le estaba hablando a personas afectadas por la seguridad ciudadana y que ese era, sin lugar a dudas, su gran problema. No eran votantes del PP. Era gente asustada y cabreada. Un problema, alcaldesa, que no tiene ideología y que, por lo tanto, los que allí estaban solo buscaban soluciones. Solo eso. Pero la alcaldesa creyó que estaba en la sede del PP, hablándole a los sumisos peperos.
El tercer desliz de Susana Pérez Quislant fue decirles a los que estaban sufriendo graves problemas de seguridad (algunos de los que allí estaban habían sido atacados ya dos veces en el plazo de dos meses), que no existía tal problema. O, al menos, no más que otras veces. Y que el problema no era para tanto.
Una afirmación que hizo, además, desde la mentira. Hablando de estadísticas que no existen o solo corresponden al primer semestre del año 2017, con lo que trataba de ‘tolilis’ a los allí reunidos. Eso nunca debe hacerse, alcaldesa. Lógicamente, los cabreó.
Y el cuarto error de la alcaldesa fue echar balones fuera. Como hace en el Pleno del Ayuntamiento. Con ese leitmotiv que viene caracterizando su legislatura cuando la Oposición le plantea un problema: “No tenemos competencia”. Balones fuera.
Pero si tiene competencias. Y los allí presentes no salían de su asombro. La alcaldesa de Pozuelo dice que no tiene competencias pero se presenta en la reunión con la jefa de la policía municipal y con la jefa de la policía nacional. Es acojonante.
Esta señora no sabe que la policía municipal, aquella que tenía su cuartelillo detrás del Ayuntamiento en la Carretera de Carabanchel, y aquella otra policía nacional que estaban en la calle de la Iglesia, en tiempos de Martín Crespo, resolvieron graves problemas de seguridad ciudadana que padecía Pozuelo. Que los padecía. Pero, claro, esta señora no sabe nada… Qué más le da…
Lógicamente, ante el gran número de errores cometidos en algo tan sensible, aparte de demostrar su escasa capacidad política ante los allí reunidos, no creo que le vayan a dar su voto cuando lleguen las elecciones…
Eso si la dejan entrar a pedirlo porque la única solución que deja a las urbanizaciones es auto blindarse y a las colonias crear un somatén en cada uno de ellos…
Pero la culpa no es del todo suya… La culpa es de quien la mantiene en un puesto para el que no se la votó y para el que ha demostrado no estar preparada…
En el PP de Madrid no deben saber que los votantes se ganan de uno en uno y se pierden de cien en cien…
El Capitán Possuelo