Como no se debe mezclar la política con la religión, hoy solo toca hablar de la Virgen, Señora, Patrona y Alcaldesa de la Consolación. De convicciones. Ya hablaré de Política tras las Fiestas
Un año más, se reinicia el curso laboral y político, y Pozuelo está de fiestas.
Se respira a fiestas en las calles del pueblo.
Se escuchan las comparsas alegres por las Plazas y alrededores.
Se brinda con amigos, nos abrazamos unos a otros. Y adoramos a nuestra Virgen. Señora. Patrona y Alcaldesa. De la Consolación.
Desde que llegué a Pozuelo. Allá por el año 2001. Siempre admiré la devoción que sentían los pozueleros por la Virgen. Yo sentía esa misma devoción por la Virgen de la Fuensanta. Y, sólo por eso, lo respetaba. Y empecé a mirarla con otros ojos.
Ante la lejanía de mi Virgen, empecé a refugiarme en Ella. En Nuestra Señora de la Consolación. En esos momentos en los que la vida te brinda la oportunidad de dar gracias por todo lo que tienes. Ahí estaba ella. Y me escuchaba, ante la timidez de decirlo en alto, vaya que un día se escapase. Y un día, se marchó. Y necesité el apoyo de esa madre que ya no está a mi lado. En momentos que pasé complicados. Y Ella me dio ese consuelo. En un momento muy difícil de mi vida. Y también estuvo. A mi lado.
¡Señora y Madre mía!
Decía Don Mario en la misa del viernes pasado, en la novena a la Virgen, que ella es la fuente de vida. Y yo así la concibo. Como una fuente que un día me acompañó y nunca me ha abandonado.
Pozuelo me ha dado muchas cosas. Buenas y malas. Muchos momentos. Amigos. Enemigos. Pero si hay algo que tuviera que elegir de entre todas esas cosas. Sin duda. Me quedo con el amor que siento por esta imagen que representa la humildad, la bondad, el consuelo y el amor.
Gracias a Nuestra Patrona vivo la vida mucho más feliz. Con los míos. Defendiendo mis ideas, en libertad. Con respeto. En armonía. Con convicción. Desde la moderación. Y aceptando que cada uno de nosotros, siendo diferentes, todos sufrimos y necesitamos consuelo de la misma manera. No hay tanta distancia, amigos.
Empiezo el curso político con unas reflexiones íntimas. Religiosas. De convicciones. De fe. Algo inusual en mí, ya que yo suelo escribir sobre política. Y la política debe estar al margen de lo religioso. Sin embargo, que las tradiciones y los valores de nuestro pueblo se sigan respetando y se siga apostando por educar a nuestros jóvenes en los valores cristianos, es un deber de los cargos políticos y públicos. Y creo firmemente. En ello.
En la religión. Se cree. En política se debe convencer. Y, por eso, algunos no quieren mezclar los términos. Yo no quiero hacerlo. Sin embargo creo en la libertad de poder enaltecerlos cuando quienes creemos lo hacemos sobre una base de principios y valores humanos. De defensa de la vida. De ayuda al necesitado. De igualdad.
Principios y valores que en política, por desgracia, están de capa caída.
Pozuelo está de fiestas en honor a nuestra Virgen. Nuestra Alcaldesa. Nuestra Patrona. Y el pueblo se rinde ante su imagen. Y todos los partidos políticos. También.
Algo tendrá nuestra Madre cuando todos nos unimos en un cante de Aleluya ante Ella.
¡VIVA LA VIRGEN DE LA CONSOLACIÓN! Y ¡VIVA POZUELO!
Gracias.
Yolanda Estrada