Mi más sentido pésame a la familia del Concejal de Pozuelo de Alarcón Manuel Allende, a sus amigos y a todo el Grupo Municipal del Partido Popular. Un artículo de Miguel Ángel Berzal

Con 42 años no se debería morir nadie y más cuando el finado tiene un hijo de cuatro años. Digo esto con todo el cariño hacia la persona del Concejal Manuel Allende, que nos ha dejado ayer después de varias semanas luchando en agonía contra la muerte.
Con Manuel he tenido siempre una relación muy cordial y fluida gracias, sobre todo, a mi vinculación con Bilbao, ciudad en la que nació Manuel y que suelo frecuentar porque allí residen algunos familiares míos.
Cuando nos encontrábamos en los pasillos o en el hall de entrada del Ayuntamiento, lo primero que me mostraba Manuel era una amplia sonrisa e inmediatamente después, me daba un abrazo y me decía unas palabras llenas de afecto y cariño.
Solíamos hablar de aquella tierra vasca, de su cultura, de los mejores sitios de tapeo o de cómo, en solo 20 años, el Guggenheim ha cambiado la vida de los vascos, ha contribuido a crear una ciudad abierta y cosmopolita y, en fin, ha transformado la ciudad y sus gentes.
Los 15 largos y últimos años de su vida que Manuel dedicó a nuestro Ayuntamiento como Asesor del Grupo Municipal del Partido Popular (excepto los últimos seis meses, que ha sido Concejal de Desarrollo Empresarial, Comercio y Urbanizaciones), suponen que llegó a nuestra ciudad con 27 años, un chaval. Aquí conoció a Loreto y aquí se casaron y tuvieron un hijo.
A Manuel Allende se le puede y se le debe considerar un hijo adoptivo de Pozuelo. Dejó en nuestra ciudad casi media vida. Su voluminoso cuerpo no ha sido compasivo con él, le ha maltratado hasta el punto de arrancarle la vida cuando más disfrutaba de ella.
Mi más sincero pésame a Loreto y a todo el Grupo Municipal del Partido Popular. Descanse en paz, Manuel Allende.
Miguel Ángel Berzal, Concejal del Grupo Municipal Ciudadanos