¿Hubo conspiración en el PP de Pozuelo, con la anuencia de Génova, para montar una moción de censura a Susana Pérez Quislant antes de la dimisión de Félix Alba? Todo apunta a que sí
(Como todos los años en Agosto, hay que recordar lo que ha sucedido en la temporada político-pozuelera. Para ello, vamos a repetir algunos artículos que se han ido publicando a lo largo del año. Hoy, un artículo publicado el 23 de noviembre de 2017)
Lo que voy a escribir hoy ha podido ser verdad y no haber sucedido aunque me juran que ha sido cierto y, como tal, lo contaré.
Es la historia de una conspiración de concejales del Gobierno de Pozuelo, con la anuencia, consentimiento o beneplácito de la primera planta de Génova 13, y me aseguran que estuvo a punto de salir a delante. La conspiración tenía como objetivo sacar a Susana Pérez Quislant de la alcaldía de Pozuelo de Alarcón, dado que la situación política en Pozuelo es insostenible.
Todo empezó hace unas semanas, poco después de las convulsas elecciones a la Presidencia de la Agrupación de PP en Pozuelo que ganó Enrique Ruiz Escudero.
La alcaldesa Quislant, con sus papeles perdidos, se desparramó políticamente y a los caprichos con los que venía gobernando y que mantenía divididos a los concejales, se unió, no ya a ningunear a algunos, sino la humillación.
Lógicamente, las quejas de la insostenible situación llegaron a la primera planta de Génova 13. Tan mal vieron la situación pozuelera que alguien de esa dirección, más liberado de trabajo que hace unos meses, preguntó sobre las posibilidades que habría de montarle una moción de censura a la alcaldesa… Y había. Y hay. Era una sugerencia (estas cosas siempre se hacen así) pero suficiente para ponerla en marcha con toda la discreción del mundo… Bastaba con que cuatro concejales se ausentasen el día de la votación, como apuntó el otro día el maestro Domingo Domené….
Y, al parecer, no solo había cuatro concejales dispuestos a ausentarse. La política de Susana Pérez Quislant ha sido de tierra quemada en estos dos años y había y hay más de cuatro concejales de su gobierno dispuestos a hacer un “ulecia”.
Y así se le comunicó a la Regional pepera. Abro paréntesis. De todos es sabido la guerra que hay por el poder territorial en la sede del PP Regional. Y Pozuelo es muy importante, territorialmente como centro de poder. El hecho de que se eligiese a Enrique Ruiz Escudero como Presidente de la Agrupación pepera fue consecuencia de que uno de los contendientes en esa lucha bajó la guardia y fue aprovechado por el otro. Pero las circunstancias en política siempre son cambiantes. Cierro paréntesis.
La persona a la que se informó de la crítica situación pozuelera dijo, bien, continuemos a bingo. Hay que hablar con la oposición. Al menos, con Ciudadanos ya que daban por hecho que PSOE y Somos Pozuelo se sumarían sin demasiadas exigencias.
La única condición que se había puesto era que la alcaldía debería quedar en el PP (Félix Alba) y eso no estaba claro que lo cediese Ciudadanos sin un mínimo de contraprestaciones.
Así las cosas, se produjo el cambio de interlocutor en Ciudadanos y algunos concejales del PP empezaron a poner en tela de juicio la moción. La lealtad al partido había sido siempre su vida y comenzaron a dudar de la maniobra.
Pero no había que preocuparse, con la anuencia de Génova, era cuestión de esperar a que todo madurase lentamente. Para Navidad, tal vez. La cuestión era que Quislant no se comiera el turrón como alcaldesa.
Con lo que los conspiradores no contaban era con la reunión-comida de Susana-Enrique en la que decidieron poner a gente de Enrique en las concejalías para que se fueran haciendo con el tema y pensaron la distribución de algunas de las nuevas competencias de los concejales en la inminente crisis que debería y deberá hacer Susana. Y el problema se complicó cuando Quislant, para demostrar a los concejales, dijo que ella está con Enrique y que, por lo tanto, sigue mandando, lo contó en la reunión que hubo con los concejales, tras la comida con Enrique el martes pasado. Dicen que la alcaldesa es ahora el cabo de vara del consejero de Sanidad.
Tras esa reunión, la decepción de Félix Alba fue muy grande. Aparte de ver la traición de Enrique (y eso que le había hecho ganar las elecciones) se dio cuenta de que cambiar a Susana de la alcaldía daría igual porque el control del Gobierno ya era de Enrique y el desgaste que llevaría consigo la moción de censura ya no merecía la pena. Y dimitió. Y terminó con todo. Félix siempre le faltó capacidad de liderazgo y ahora, tras las azarosas elecciones a la presidencia del PP en Pozuelo estaba muy cansado.
Y colorín, colorado…
No sé si fue ese martes por la tarde o en la mañana del miércoles cuando alguien le dijo a Susana, una vez abortada la intentona, que se había estado montando una moción de censura para sacarla de la alcaldía…
Dicen que se quedó de piedra… Como se quedó Enrique… Y en esas estamos…
Seguiremos informando, como dice La Piraña, porque las conspiraciones, como las olas del mar, nunca vienen solas…
El Capitán Possuelo