La alcaldesa Quislant muestra a España una parte del potencial Medioambiental de Pozuelo, enseñando el “Hospital de Plantas”, pero sin saber qué hacer con él
(06-08-15) Siempre he dicho que Pozuelo de Alarcón debería dedicar gran parte de su esfuerzo presupuestario y político a dos temas muy concretos: La Cultura y el Medio Ambiente. Ambas disciplinas le darían ese prestigio del que carece y que debería buscar como principal objetivo político.
Pozuelo tiene todo para lo necesario para ser la ciudad referencia de España en estos dos temas, tan importantes, por cierto, en la sociedad actual.
Y como el movimiento se demuestra andando, ayer, la alcaldesa Quislant mostró parte de ese poderío medioambiental que tiene Pozuelo al enseñar el “Hospital de Plantas” a los medios de comunicación y aparecer en todos como algo extraordinario. Es una pena que esta acción de marketing haya sido en Agosto.
Y es que Pozuelo de Alarcón, aunque lo sepa muy poca gente, pozueleros incluidos, cuenta con un “Hospital de Plantas” en su Aula de Educación Ambiental de Húmera, que es la envidia de los ciudadanos inquietos por el Medio Ambiente. Y lo tiene desde hace muchos años. Se creó en 2003. Y, desde entonces, ha sido un centro pionero y único en España.
El “Hospital de Plantas” es algo extraordinario como concepto en sí mismo. Pero el Gobierno de la Olvidable no quiso saber nada de él durante la legislatura pasada o, tal vez, no sabía qué hacer con él porque era un gasto. Ni siquiera supo qué hacer la inefable Mónica García Molina, a la sazón concejala de Cultura (paradojas de la vida), que ayer acompañaba, increíblemente, a la alcaldesa Quislant como si siguiese siendo concejala de Medio Ambiente. Esta chica se apunta a un bombardeo. Sólo le gusta figurar.
El caso es que, tanto ayer como hoy, infinidad de medios de comunicación han repicado la noticia de que Pozuelo de Alarcón tiene un “Hospital de Plantas” e infinidad de españoles han descubierto que Pozuelo no es sólo la ciudad más rica de España sino que se interesa por el cuidado del medio ambiente.
Es una pena que se este fantástico centro se esté vendiendo como lugar donde se pueden dejar las plantas en verano. Una vulgaridad propia de un Gobierno vulgar sin imaginación alguna.
Un lugar tan original y extraordinario se debería vender como algo más que un lugar donde dejar las plantas para que te las rieguen en verano. Eso es muy pobre, señora Quislant. El “Hospital de Plantas” debería ser algo mucho más ambicioso que aspirase a ser algo referencial del Medio Ambiente en España. Y vuelvo de nuevo a mi vieja cantinela de la importancia que tiene el concepto político que, al parecer, en el Gobierno de Pozuelo suena a chino.
El “Hospital de Plantas”, señora, no debe servir sólo para que los vecinos dejen las plantas en verano cuando se van de vacaciones o para que lleven sus plantas a que las recuperen de alguna enfermedad. Ni siquiera para que vayan los escolares a recibir clases prácticas. Yo hablo de concepto político, insisto. Hablo de la creación de un grupo de investigación en ese hospital de plantas como complemento de una gran filosofía política medioambiental en esta ciudad
Hablo de algo que va más allá más del hecho de que unos expertos en el cuidado de las plantas las cuidan con esmero en un centro de Húmera. Hablo de investigación del mundo de las plantas domésticas para que Pozuelo sea un referente en ese mundo.
Y si no se puede montar un centro de investigación en el propio Aula Medioambiental, que se financie a un grupo de investigadores en alguna facultad o escuela de Medio Ambiente de Madrid o que se den importantes becas para que jóvenes posgraduados vayan a estudiar a los centros medioambientales del mundo para que vuelvan a Pozuelo con la experiencia y los conocimientos necesarios para qué la ciudad crezca en esta disciplina tan original e importante en la sociedad actual.
Pero no creo que este Gobierno haga nada. No lo ha hecho ni lo hará. Pozuelo de Alarcón lo tiene todo menos voluntad política de sus dirigentes para hacer cosas. Creo que la alcaldesa Quislant era la primera vez que iba a ese “Hospital de Plantas” y creo que lo ha hecho porque no tenía otra cosa mejor qué hacer. Y volvió a sonar la flauta.
Dice la nota de prensa del Gobierno del Ayuntamiento que éste seguirá fomentando y desarrollando diferentes iniciativas en el Aula de Educación Ambiental, encaminadas a la mejora del medio ambiente. Bla, bla, bla, bla. Siempre hablan de espacios comunes y manoseados. De hecho se asegura que, para el próximo curso, el Gobierno destinará 99.324 euros a las actividades, talleres e iniciativas de concienciación y conservación medio ambiental que se desarrollen en este espacio. Y, a mí, casi se me saltan las lágrimas.
Al “Hospital de Plantas”, algo que causa admiración en toda España, el Gobierno de la ciudad más rica de España, y con 18 millones de euros de superávit, le va a dedicar menos de cien mil. A un tema que le daría un montón de prestigio en el mundo le va a destinar cuatro perras mientras que le va a dedicar un millón doscientos mil euros a sustituir unas farolas por otras farolas, en una acción gastosa y absolutamente innecesaria, pero que va a llevar a cabo para gastar. Gastar por gastar.
Sin duda, Dios da pañuelo a quien no tiene nariz.
El Capitán Possuelo