Por una vez y en vida, el Gobierno del Ayuntamiento de Pozuelo acierta con el callejero y homenajea al célebre Antonio el Quiosquero, dándole su nombre a una rotonda principal

En unos tiempos en que la noticia recorre el universo a golpe de tweet y lo de menos es su reflejo o no de lo acontecido; en unos momentos en que cualquier… individuo es capaz de conocer lo que ocurre al otro lado del planeta, desconociendo, eso sí, lo que acontece con su vecino de al lado.
En estos tiempos, digo, salta la liebre en Pozuelo y, casi coincidente con la partida del genial Forges que nos acompaña desde el cielo, a su vecino y amigo, que también reflejó en célebre viñeta, nuestro ilustre Ayuntamiento de Pozuelo lo hace eterno y bendice a Antonio el Quiosquero con una rotonda para la historia.
Hoy con todo a golpe de clic y de youtube a los más jóvenes se les hará difícil entender que aquellas hojas en blanco, luego dibujadas por escritura fácil y digerible: entendible para todos, significaban la única oportunidad de discernir noticias, conocer situaciones e interpretar los acontecimientos que nos rodeaban.
No era tarea fácil para Antonio y los suyos pero todos los días estaban antes que las calles se pusiesen, sin importar niebla, hielo, escarcha o calima. Cualquier época del año a todos nos acompañaba en La Estación, viandantes, motoristas, conductores con prisa, jóvenes, niños y mayores para todos y cada uno oportunidad y servicio, saludo y comentario. Así era/es Antonio.
Es imposible entender la Plaza del Gobernador sin su quiosco, sin alguien al ir o de vuelta del tren, portando bajo el brazo, diario, revista, sin saludar a Antonio porque estaba antes del alba y retornaba a su hogar con las luces de la noche.
Hoy, lo he visto, nuevamente, parece que no ha pasado el tiempo desde aquel lejano 1992 cuando recién llegado al barrio bajaba a por El Mundo y comentábamos el día a día.
Sigue siendo genio y figura, ahora con nietos, pero reconozco que felicitar a una leyenda viva de nuestro villa, me llenó de orgullo y me hizo recordar, una vez más, que son las personas las que ennoblecen los trabajos, él que pudo ser uno más, tras el frontal de su quiosco, ennobleció y dio vida a la bella profesión que traslada a través de la lectura el conocimiento de lo que en el mundo ocurre.
Gracias, Antonio, y que te sigamos compartiendo en tu/nuestro quiosco.
A. Nogueiro