Con gran dolor por el PP, doy la cara para decir que la dimisión de Cifuentes debe servirnos para reflexionar, reaccionar y salir a la calle a defender los valores que siempre defendimos

Siempre he dicho y escrito, tirad de hemeroteca, que una de las peores corrupciones de un político es la mentira. Todos somos testigos de mentiras día sí y día también. Y, sin embargo, algunos justifican esas mentiras o pasan de puntillas sobre ellas. Se les perdona todo.
El tema de hoy no deja lugar a dudas. Es una realidad. No es ninguna mentira. Ni nadie ha tratado de que lo sea. Ni siquiera ella. Cristina Cifuentes. Y… Cristina ha dimitido.
Muchos afiliados del PP de Madrid ayer hemos sentido dolor. Dolor por las formas. Dolor por su final político. Y dolor porque hay cosas que podrían haberse evitado.
Pero este dolor es sentimental. Hoy habrá otro Presidente/a. Y pasado, otro. Y ese dolor, en muchos casos, quedará olvidado. E, incluso, aquellos que aplaudían con rabia y señalaban a otros por no hacerlo, le darán la espalda a Cristina Cifuentes.
Cristina se ha equivocado. SIN DUDA ALGUNA. No hay justificación. Pero creo que la decisión podría haberla adelantado y evitarse este enorme sin sentido. Este dolor. Sobre todo por ella y por su familia.
Por supuesto que yo jamás le he pedido su dimisión desde mi Rincón. Las dimisiones son decisiones personales. Y no me sentía con la verdad absoluta para exigírsela en un asunto como el famoso Máster.
Pero Cifuentes ha tomado una decisión. Y el PP de Madrid hoy está con un gran desasosiego.
Algunos podrán pensar qué hago yo escribiendo estas palabras cuando nunca apoyaron mi candidatura para presidir el PP de Pozuelo. O cuando ni siquiera se mantuvieron al margen de esas elecciones internas. Ya imagino los mensajes. Os pido que os lo ahorréis, por favor. Entonces y ahora actúo y actuaré con lealtad a mi partido.
A mi partido. El Partido Popular. Un partido político que, a pesar de cometer muchos errores, muchos, ha acertado en muchas acciones y elecciones. Y, sobre todo, porque representa con absoluta claridad, los principios y valores que yo defiendo.
Me gusta el Partido Popular. Sí. Y sus afiliados, muchísimo más. No creo en el oportunismo político de algunos, que también los hay en mi partido. Que cuando uno está arriba, todos le aplauden. Ellos los primeros. Y cuando ese uno cae, ellos, los primeros, lo pisotean.
Jamás lo he hecho y jamás lo haré.
Así que no esperéis de mi una sola palabra de reproche contra Cifuentes en mi reflexión. Ya está. Se ha responsabilizado de sus propios actos “privados” y ha dimitido. Punto.
Sin embargo, voy a reconocer en mi Rincón su empuje y fuerza hacia un camino diferente. Desde el punto de vista político, la Comunidad de Madrid y su gestión es pionera en España. Tiene los mejores resultados económicos y de empleo de toda nuestra nación. Me quedo con esto.
El Partido Popular debe reaccionar. Sin duda. Necesitamos a un buen capitán que respete las siglas de nuestro partido. Que respete a los afiliados. Que respete nuestros principios. Que se olvide de amiguismos. De clientelismos. Y de los medios de comunicación.
Mariano Rajoy es ese capitán que a veces tiene que llevar un barco llamado España con numerosas tormentas. Suyas y ajenas. Para que todos lleguemos a buen puerto. Y día a día, lo consigue.
Ahora en el PP de Madrid y sedes locales necesitamos reflexionar, unirnos todos, mirar hacia delante, sacar todo lo positivo de las gestiones del PP en la Comunidad y municipios gobernados por el PP. Y salir a la calle a defender no solo a las personas, sino también y sin olvidarlo, nuestros valores y principios. Y, sobre todo, nuestra gestión.
Nunca he bajado la cara por nada en mi vida. Aunque algunos lo hubieran pretendido. Y por eso escribo estas palabras con la cabeza bien alta.
Cristina Cifuentes debe seguir adelante con su vida. Con todo mi cariño y con todo mi respeto. Con el de todos.
Lo dije hace muchos años. En política no todo vale. Lo he repetido hasta la saciedad. Y hoy se lo he escuchado a Cifuentes. Pues eso. En política no todo vale. Pero eso es una mentira, amigos.
Mucha suerte Cristina y gracias por todo lo que has hecho por Madrid y los madrileños.
Muchas gracias.
Yolanda Estrada