Un lazo amarillo en la solapa de un majadero, aunque sea un gran entrenador de fútbol, como ejemplo de la diferencia, la segregación y el populismo
No puede ser fácil, en los tiempos que corren, educar a un hijo, pues, más allá de las firmes convicciones paternas y de los denodados esfuerzos por hacer valer ideas y consejos, por parte de los progenitores, un tuit, vale más que mil palabras. ¡Qué digo! Y que toda la enciclopedia Álvarez, capaz de formar y cualificar a tantos de los que manejan las grandes empresas que en el Ibex hay.
Luchar contra internet se convierte, a la hora de educar, en una situación compleja y de difícil gestión, pues, al anonimato de tantas de las nuevas que por el mismo llegan, se junta a la célebre frase, actualizada pero eterna del: ”algo habrá hecho…, si lo dicen” y en algún momento, cuarta más, cuarta menos acabaremos comiendo por las orejas, que ya se sabe cómo podemos ser a la hora de interpretar y, por supuesto, exagerar.
Sigo pensando que – ahí están las huestes, ayer comunistas, hoy populistas como ejemplo vivo- es a través de la educación como mejor y de manera más fácil se puede manipular al colectivo. Además, el enfrentamiento generacional con sus padres, achacable, finalmente, a la edad y a la rebeldía propia de la adolescencia, añaden argumentos “objetivos” para alcanzar el éxito final; en este caso iniciados con el “Expaña nos roba” y ahora continuados con la existencia de los presos político, no por no poder hablar y decir, sino por no cumplir las leyes aunque, claramente, la interpretación, visto lo visto, para todos los encausados no parece igual.
Si además le añades medios de comunicación masivos y personajes públicos de reconocida identidad nacionalista -lo del prestigio, es como el valor en la mili… se le supone-. Terreno abonado y para qué más.
Me llama la atención como el actual entrenador del equipo azul de Manchester, hermano de la “exembajadora danesa de la Cataluña… explotada”, desarrolla todo un entramado teatral, gracias a su mediático puesto, coronado con su lacito amarillo, para advertir al mundo que los que se han saltado la ley son presos políticos. Y no digo yo que no lo crea así, ni mucho menos, pero lo hubiese hecho más convincente si, aprovechando su estancia en la pérfida Albión, hubiese defendido los derechos de los escoceses, éstos sí, independientes hasta que optaron por sumarse a la Gran Bretaña (Acta de la Unión, 1707) y ahora, en parte, arrepentidos.
Como no lo he visto defendiendo, tampoco, ni preocupado por las amenazas y pintadas a los padres de Rivera en su humilde negocio, ni por supuesto a los que rotulan en castellano…,del que quemaron bandera y piso por ser rojigualda la enseña en el balcón, mutis por el foro y de las chicas agredidas por el pecado de un stand de la Selección Española, de la que tanto chupó y cobró… En el recuerdo los tahúres, con sus aires de caballeros, del Mississippi en el lejano Oeste, tan próximos a la realidad catalana actual.
Con el asesinato de Víctor Laínez, tienes una oportunidad de redimirte, al menos estéticamente, un lazo negro y solidaridad con tu vecino de Barcelona, afincado en Zaragoza. Prueba de democracia y, lo más importante, de valores.
No sé si te multarán, José -como te llaman en casa- pero no dudo que son los personajes como tú, los que inoculan y dan vida a la gran mentira que nos toca sufrir a todos los españoles y que segrega, transformando una sociedad rica y en armonía, en una dictadura, cual ejemplo nacionalsocialista, incluso en el color amarillo, aunque en esta ocasión, sustituyendo estrella por lazo y víctimas por victimarios; eso sí, con la anuencia estatal.
Pep, lo bueno de la cultura y el conocimiento EN LIBERTAD es que, conociendo el pasado, siempre hay una posibilidad de no volver a repetirlo y bueno sería que recordaras el discurso de Tarradellas:
“Ciudadanos de Cataluña, ¡ya estoy aquí! … La Generalitat, si España no «marcha», no nos sirve para nada” (23 / 10 / 77).
Sin duda, tú eres mucho, mucho más listo y, además, con lazo amarillo.
A. Nogueiro