Consideraciones en torno al concejal Andrés Calvo Sotelo, “el figura” del Gobierno, que usa el Pleno de Pozuelo para contar lo que es incapaz de contar fuera de él. O sí, porque todo le importa un carajo
Quien iba a decirme que la pregunta 12.65 del Pleno de mi pueblo me iba a hacer aterrizar en la verdad más cruda de nuestra política local. Luis me aconsejó que antes de escuchar a Gerardo Sampedro y Andrés Calvo Sotelo, me tomara una tila. Sabía que me iba a indignar con la falta de respeto de ambos concejales con el puesto que representan. Y también que la expresión de la Alcaldesa, “es un figura”, iba a ser el preludio de un enfado por mi parte sin mucho éxito.
Sin mucho éxito, no iba a conseguir nada. Y mi marido llevaba razón. Que yo me enfade con el espectáculo dantesco que estamos manteniendo todos los pozueleros en la Casa, no va a suponer nada. No va a significar nada. Ni van a cambiar nada. Pero, al menos, tendré el derecho a escribir mi notita semanal para El Correo de Pozuelo.
¿Qué nos censura el PP de Pozuelo? No pasa nada. La verdad nos hará libres.
¿Que la accidental Alcaldesa de mi pueblo no nos da crédito? Mejor. La mejor publicidad.
¿Qué Andrés y Gerardo justifican sus suculentos sueldos con preguntas onanistas? Lo criticaremos. Sin duda.
Ay, Andrés! Qué bueno es ser descendiente de tan noble y digno apellido.
¿Qué hubiera sido de ti si te hubieras apellidado Pérez?
Creo que es algo que jamás te has planteado. Una situación que tu imaginación no es capaz de contemplar. Ni siquiera como argumento de películas, esas que tanto te gustan o disgustan y que parece que es lo único que es capaz de hacerte reflexionar. El cine.
Porque al señor Calvo Sotelo no le anima ni le espabila nada más que el cine. Bueno o malo. A cualquier hora. De cualquier género. Ahí siempre está presto para comentar. Para opinar. Qué buena vida le está ofreciendo la política, ¿verdad Andrés?
Como mi familia es de Asturias, me han contado, sobre todo mi tío Carlos, muchas anécdotas de la familia Calvo Sotelo. Algunas las usé para mantener una conversación con Andrés en nuestro Café Apócrifo. Ya que poco o nada iba a contarme el concejal del PP. Y la cosa funcionó bastante bien.
Recuerdo el sonido de su risa cuando le pregunté si era cierto que su padrino para entrar en las listas del PP de Pozuelo fue el mismísimo José María Aznar. Me respondió con gracia. Hay que reconocerlo. Y también cuando quise saber su opinión sobre apoyar a Enrique Ruiz Escudero cuando siempre estuvo contra Aznar. Le pregunté si se lo consultó al ex presidente. Silencio y risa histriónica. Entendí que no.
Calvo Sotelo cae bien. A mí también. Pero algunos no le perdonaron ser un cobarde cuando dimitió Sepúlveda y él se mantuvo de perfil en los dos años siguientes. Eso sí. Volvió al PP con fuerza llamando a la puerta de Paloma Adrados. Debe ser cierto eso que dice Pérez Quislant: “Es un figura”.
Amigo Andrés, pero, a pesar de ser un figura, debes asegurarte no hacer el ridículo más allá de lo imprescindible. La respuesta a la pregunta 12.65 sabes que no tenía cabida en el Pleno. De ninguna manera. Yo sé que tú no eres tonto. Simplemente has adoptado el papel más inteligente para que nada te afecte. Sin embargo, aquí, te has equivocado.
La información que vendiste a bombo y platillo en el Pleno sobre la Feria del Regalo y las tapas (dulces y saladas) no era objeto de Pleno. Ni el contenido ni la forma. Amigo mío, por esos 30 minutos que disfruté contigo en la Cruz Blanca, te voy a aconsejar, sin ánimo de parecer demasiado prepotente, que lo tuyo no es el Pleno. No. Tú eres un figura. Y los figuras necesitan darse publicidad. Y venderse. Y eso se hace en Política dando ruedas de prensa y respondiendo a periodistas.
Ahí sí. Ahí podrías haber hecho esas Gracietas. Y haber explicado que el arduo trabajo de comprar regalos es mucho más llevadero con una Tapita, Andrés. Ahí podrías haber hablado de nuestro pueblo. Nuestros comerciantes. Podrías haber demostrado ese interés tuyo por consumir en Pozuelo. Si es verdadero. Que yo lo dudo. Pero lo aceptaré.
Ahora bien, usar un órgano político que se supone que debe controlar o impulsar las acciones del gobierno municipal para sustituir ruedas de prensa, información municipal o usar minutos para el autobombo municipal, es simple y llanamente insultante.
Discutí con mi marido por culpa tuya. Él es un gran defensor tuyo. Y yo no lo entiendo. Pero Luis dice que para soportar lo que hay es mejor ser como tú. ¡Qué triste! Y qué caro nos cuesta a los pozueleros que tú seas feliz señor Calvo Sotelo.
Pero como dice Manolo, “Andrés y Oria son los más educados, al menos que no desaparezcan aún”.
Que se vayan pronto, pero con todos. De la manita y por su orden. Pero que se quede el figura. Vaya a ser que alguien piense que su papel debería desempeñarlo otro concejal.
¿Os imagináis de graciosilla a Almudena? ¿Mónica, Beatriz? ¿Y qué me decís de Pablo Gil? Paloma no se imagina en ese papel. Y Diego e Isa, no se ven. Ulecia puede planteárselo. Total, él es lo más. Según imagino a concejales, sin olvidarme de Elena Méndez Leite y David, se me ponen los pelos como escarpias.
Me quedo con Andrés, pero no digáis nada a mi marido. ¡Qué remedio!
Sira Q.