El escándalo político de la Avenida de Carlos III y las extrañas mesas que el nuevo PP de Pozuelo montó el sábado con forasteros y que rectificó el domingo, ya con la presencia de Enrique

El sábado fuimos a la Avenida de Europa. Nos hablaron de la Feria food trucks y llevamos a los niños a comer una hamburguesa. Jugar y divertirse un rato. Hacía un día estupendo.
Y así, nos calzamos deportivas y empezamos a caminar. Como llevo unos día recibiendo mails y whatssapp en relación a la Avenida de Carlos II, a la altura de la calle San Jaime, le dije a Luis que siguiera con los niños. Que yo tardaría una hora. Quería darme una vuelta. Quería llegar a esa avenida tan importante para el barrio de la Estación.
Luis torció un poco el “morro”, pero Paqui y Sebastián nos esperaban en la feria y eso le divertía. Así que cada uno tiramos por un camino diferente.
Hay que reconocer que pasear por determinadas calles de mi pueblo llega a ser una experiencia única. Aceras estrechas. Calzadas mal pavimentadas. Raíces de árboles que invaden tu espacio peatonal. Baja una cuesta. Súbela. Vete a la derecha. No, a la izquierda. Pero al final del paseo, La Avenida Comunidad de Madrid. Por fin. Y giré a la izquierda. Y ahí estaba la vía pública que ha estado cortada casi dos meses. Podría parecer la canción de Ana Belen y Víctor Manuel. Ahí está la puerta de Alcalá. Quizás por el recuerdo a Carlos III, en ambos casos. Pero esta vez, ahí estaba. Y qué pena ver su estado.
La Avenida Carlos III es el nexo de unión natural entre esa zona de la Avenida de Europa y la Estación o Aravaca/Madrid. Y, ¡cómo está! Lo que más me llamó la atención es ver tantas veces repetido el nombre de Dragados. Empresa privada. Y ver que es la misma empresa que está ejecutando las obras privadas de unas viviendas ¿Alguien ha querido beneficiar a esta empresa o estos promotores a costa de todos los pozueleros?
Alguien debería explicar por qué se ha permitido este corte de tráfico durante tanto tiempo. Por qué han permitido abrir esta vía en el estado que se encuentra. ¿Qué ha recibido el municipio a cambio de esta limitación impuesta? Paqui me dijo que era cosa de obras, luego de Policía y finalmente de Movilidad. Me da igual que afecte a Pablo Gil, a Gerardo Sampedro o a la mostoleña Paloma Tejero. A los técnicos de todas esas áreas o a ninguno. Alguien tiene que explicar por qué se tomó esa decisión y a qué precio.
Subía pensando en ello cuando volvía por Comunidad de Madrid, cuando al girar en la rotonda, entre el súper conocido y una farmacia, me encontré una mesa del PP de Pozuelo. Del nuevo PP pozuelero. Mi corazón empezó a palpitar con mucha fuerza. ¡Iba a ver a Enrique trabajando! ¿Estará Yolanda? Pablo Gil? Félix? Los concejales?
Así que me acerqué para ver qué estaban dando. Era una mesa bastante cutre y destartalada. Parecía todo muy improvisado ¡y no conocí a nadie! Me sonó la cara de Bernardo. Luego lo comenté con Sebastián. Si, es el nuevo tesorero del PP de Pozuelo. Persona de confianza de la Alcaldesa. Su cuota, me dijo Sebastián. Pero me indicó que también estaba Cristina Sánchez Masa, la ex concejala de Pozuelo y de Boadilla del Monte, vecina de Boadilla y con fama de “relajada” en el Ayuntamiento y muy amiga de Ángel Garrido. Por cierto, y del nuevo equipo de Enrique Ruiz Escudero. ¡Qué barbaridad! De lo mejorcito.
No me lo podía creer. Eduardo Oria se dejó ver para la foto. Tenía prisa para volver a su pueblo, aunque viva del nuestro. Y Elena Méndez Leite, esa concejala que va y vuelve al PP según si tiene o no sueldo, también estaba. Pero ni uno más conocía. ¿Esta gente de dónde ha salido? Alguna cara me suena de las fotos que colgaba Paloma. Una señora, quizás dos…y los demás?
Sebastián me informó que Yolanda no estaría porque Enrique, en su soberbia natural, ha decidido no integrar a nadie de la candidatura que obtuvo más de cien votos de los afiliados del PP de Pozuelo. Por el contrario ha nombrado a personas que no son vecinos de Pozuelo pero son muy afines a Enrique en la Comunidad. Ah! Y al primo de Carlos Ulecia. Enrique, por el momento, está pagando los favores, por alzarse con la presidencia.
Yolanda Estrada y su gente habrán decidido no aportar más después del desprecio a los afiliados de Pozuelo. Me quedé pensativa. No me parece que ella sea así. La llamaré. Y antes de llegar al aparcamiento del ESIC, me encontré con la carpa de Ciudadanos. Todo muy bien montado. Una imagen impecable. Estaba Miguel Ángel Berzal. Y, a pesar de sus divisiones internas, he de reconocer que todo fue amabilidad y sonrisas.
Enrique siempre ha sido el gran ausente del PP de Pozuelo. El sábado estaba más que justificada la ausencia de la Alcaldesa y, hoy, por respeto, ni una palabra diré sobre ella. Pero no entenderé por qué no había afiliados del PP de Pozuelo en la mesa. Si. Esos que conocemos los de aquí. Me da la sensación que algunos han decidido por promesas o esperanzas de futuro, encontrar aquí su futuro laboral. Y empezarán a ser conocidos y reconocidos.
Por la tarde me dijeron que la concentración de la plaza estuvo pobre y que ni el PP ni Ciudadanos estuvieron a la altura de las circunstancias. Tendrían que haber estado en la plaza. Pero, como siempre, estos políticos pozueleros son unos mediocres. Falta visión política. Demasiada. Tanta, que hará perder al PP de Madrid la joya de La Corona.
Llame a Yolanda. Me dijo que estaba en Majadahonda apoyando al PP de allí que tenían una carpa en la plaza del Ayuntamiento. No sabía que habían puesto una mesa el PP de Pozuelo. Y le mandé una foto de la de Ciudadanos.
El domingo me escribió. Estuvo en la carpa del PP de Pozuelo en la Avenida de Europa. Y me informó, Enrique también estaba. Y Adrados. Y afiliados de Pozuelo.
Algo pasó entre el sábado y el domingo. Ya le dije a Sebastián que me extrañaría que Yolanda no estuviera porque Enrique no contase con su gente. Estrada no es así. Es pepera hasta la médula.
Otra cosa muy diferente hubiera sido si Enrique no hubiera ganado. ¿Estaría apoyando al PP de Pozuelo?
Sebastián casi se atraganta de la risa. “No digas bobadas, Sira”. Y entre risas, hamburguesas, perritos, música y juegos infantiles. Pasamos un sábado muy divertido.
Ojalá la semana sea, al menos, igual. Aunque me temo que no.
Sira Q.