El Medio Ambiente y los vecinos de Pozuelo
Andan inmersos, desde la capital de España y otras ilustres ciudades, en defenestrar al automóvil, causante de todos los males y alergias que nos rodean. Es curioso que el uso y disfrute del coche oficial, no sé muy bien por qué, acaba siendo siempre objeto de crítica por parte de los beneficiados y en contra de los ciudadanos que gracias a los impuestos que de los mismos se generan, soportan la mayor parte de los nada desdeñables sueldos de los que dicen querer procurarnos un futuro mejor y que, por si acaso, empiezan primero por ellos, no sea que cambie el viento y se encuentren con nada.
No sé porque les llaman ecologistas , cuando los define mejor la palabra autofobia y, si, sin duda tenemos que buscar soluciones a la contaminación, al ruido, a las horas perdidas en los atascos…, pero, curiosamente, casi nadie destaca que el automóvil además de procurarnos el 10 % del PIB, supone, sobre esa boina que unas veces nos cubre y otras no: el 10 % de las emisiones contaminantes; pero ¿quién es el que se atreve a apagarnos la calefacción?…
Todo el mundo apunta soluciones que, básicamente, restringen nuestros derechos como ciudadanos y se recrean en penalizar por criterios de antigüedad y/o tipo de combustible, favoreciendo determinadas energías limpias, que hoy en día por inversión, autonomía o ambas aún no están al alcance de la mayoría y no dan respuesta a la totalidad de las necesidades del contribuyente. No voy a entrar en las que limitan la velocidad en nuestras carreteras de circunvalación que supondrán, mayor consumo, más contaminación y al añadir más tiempo real de circulación, posiblemente, mayor riesgo de siniestralidad.
Son síntomas, más cercanos a soluciones populistas de gran impacto y calado mediático que de búsqueda obligada y necesaria a un complejo problema en el que todos debemos sumar para encontrar la mejor solución que dé respuesta al problema global: auto – soluciones medio ambientales – libertades individuales – viabilidad económica: satisfacción general del ciudadano sin más impuestos…
No será una solución fácil, ni inmediata, tendrá, en ocasiones que modularse y el prueba – error, seguramente, tendrá que ser partícipe necesario, pero en el corto plazo y vistas las veleidades de nuestros políticos obliga, también a un plan por parte de nuestro Ayuntamiento, que ante las respuestas intempestivas del gobierno madrileño, nos garantice a los Pozueleños la garantía de poder acceder a la capital, punto de encuentro, de trabajo, estudio o asueto en tantas ocasiones.
Ese es un objetivo primordial para nuestro insigne equipo de gobierno, garantizar los derechos individuales de sus ciudadanos entre ellos, el que nos permite circular y desplazarnos en libertad.
Estoy maravillado con las fuertes inversiones en parques y jardines que nos anticipan los Presupuestos Municipales de Pozuelo de Alarcón, sin duda necesarios, aunque casi medio millón de euros, no son pocas cosa; me congratulan los miles de árboles que disponemos y visualizamos todos los días y los miles que plantaremos pero, si además de lo que se puede solucionar con dinero – de todos, eso sí -y suena también a los oídos del contribuyente, observaran a su alrededor y sin alejarse del tono azul, para facilitar la ocasión, vieran lo hecho por el alcalde de Alcorcón, ante la jornada sin coches que repentinamente nos vimos obligados a padecer en los primeros días de Enero para defender los derechos de sus representados… Seguramente, algún pozuelero se vería representado y defendido, dado que solo pudimos que buscarnos la vida para llegar a Madrid y/o a nuestros puestos de trabajo.
Si, queridísima Alcaldesa y miembros de la Corporación, todos queremos dejar tras nuestro paso lo mejor a los que vienen detrás y rehabilitar parques y jardines es tarea noble, estética y vital, igual que lo es el cuidado de la foresta que nos rodea y nos garantiza un medio ambiente que proteja nuestra salud y futuro, pero está llegando el día que tomarán medidas que van a afectar a los ciudadanos que Vd dice representar y me temo que tras la mesa de su despacho y dentro de sus cajones no habrán previsto qué hacer y cómo garantizarles la obligada necesidad de poder acceder a sus derechos individuales de manera económica, realista y viable y nos volveremos a encontrar en la casilla de salida, que siempre es la misma : improvisación y sufrimiento para el contribuyente.
Ya vamos tarde y, aunque está muy bien oxigenarnos con los casi doscientos cincuenta mil árboles que rodean nuestra comunidad ( no vamos a recordar el bochornoso ejemplar traído del país de Bélgica, hoy fenecido ), adecentar los puntos de encuentro de nuestros niños…; todo ese esfuerzo será baldío, si cuando tengamos que dar el paso para acceder a nuestro puesto de trabajo, a disfrutar de nuestro ocio…, las opciones de comunicación nos están limitadas.
El coche no es el problema, es la oportunidad de encontrar nuevas soluciones a situaciones que nos obligan a todos y, por supuesto, una vez más exigen diálogo, anticipación y la colaboración de todos para alcanzar las soluciones sociales y medio ambientales que los ciudadanos demandamos.
A. Nogueiro