Quislant le ve las orejas al lobo y cambia su política dislate sobre la reforma del ROP por una Comisión que nunca se pondrá de acuerdo sobre dicha reforma
No comento nunca las mociones que se presentan al Pleno del Ayuntamiento hasta un día antes de su celebración en una columna ‘previa’, que se ha convertido ya en un clásico de este periódico. Es una manía como otra cualquiera pero que le sirve de referencia a algunos lectores para seguir el desarrollo de dicho Pleno.
Pero, hoy, haré una excepción. Una excepción con una moción concreta. Con una sola. Con una de las mociones que presenta el Gobierno al Pleno de marzo. Las otras dos mociones gubernamentales y el resto de las de la Oposición las comentaré en la habitual ‘previa’. Lo de hoy es excepcional. Pero es que se trata también de una excepcional moción del Gobierno y no puedo dejar pasar la oportunidad.
La moción es tan extravagante que, cuando la leí, si tengo a mi lado un cuchillo de madera, me hago el harakiri . De madera, sí, para sufrir más. Puf. Y es que uno no está preparado para leer ciertas cosas después de la siesta.
Resulta que la alcaldesa Quislant, tras meterse en un charco de incalculables consecuencias políticas como fue la reforma del Reglamento Orgánico del Pleno (ROP) y enfrentarse por ella a la Oposición, a toda la clase política de Pozuelo y, por supuesto, a los medios de comunicación libres de esta ciudad (o sea a El Correo de Pozuelo), aprobar vergonzosamente esa reforma del ROP en el Pleno de Febrero, publicarla a toda pastilla en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid y dar el plazo de un mes para presentar alegaciones con vistas a aprobarla a toda milk, que diría Ulecia… Después de todo eso, digo, llega el Pleno de Marzo y esa misma alcaldesa Quislant presenta una moción en la que, después de exponer todo lo contrario que Alba defendió en el Pleno de Febrero, dice lo siguiente:
(Ay, Félix Alba… Jamás supuse que podías tener semejantes tragaderas…)
¿Qué ha pasado aquí para que se produzca un vuelco político tan tremendo?
¿Qué ha pasado en el Ayuntamiento de Pozuelo para que el incuestionable criterio político de alcaldesa haya dado un giro de 180º y haya pasado a ser cuestionable?
¿Quién o quienes la han hecho cambiar hasta el ridículo político?
¿Quién la ha hecho pasar del Laberinto al 30, como en el juego de La Oca, y sin caer en El Pozo oscuro de los malos políticos?
Y es que, si absurdo fue la apertura de este melón político de la reforma del ROP y caer en el Laberinto, ridículo es ahora intentar ir hasta la casilla 30 y que no pase nada.
¿Qué ha pasado aquí, insisto, para que Susana Pérez Quislant dé un vuelco político tan tremendo?
¿Rectificar es de sabios?
Decía el poeta británico Alexander Pope, que “errar es humano, perdonar es divino y rectificar es de sabios”. Pero, ojo, la rectificación sólo demuestra sabiduría cuando no es forzada por las circunstancias sino que es, intelectualmente, libre. Y yo estoy seguro de que esta rectificación de Quislant ha sido forzada. Huele raro.
No se cambia de la noche al día salvo que te obliguen a cambiar. Esta no es una rectificación de sabios. Esto no es una decisión intelectualmente libre. Aquí la alcaldesa Quislant, de alguna manera, le ha visto las orejas al lobo y se ha sentido forzada a cambiar.
¿Y de qué lobo eran las orejas que ha visto, se preguntarán ustedes, si ella gobierna sin asesores políticos porque no se fía de nadie?
Hay quien me asegura que las orejas eran de loba. No de lobo, sino de loba. Y las vio muy recientemente, por otra parte.
Hay quien me sopla que esa loba le ha hecho llegar un mensaje. Solo un mensaje y ni siquiera directamente. Como se hacen las cosas en política. Pero todo indica que ha causado un gran efecto y se ha buscado la vieja solución política napoleónica.
Tanto es así que me juego el bigote a que esa Comisión que se creará para “posible modificaciones” del ROP no conseguirá nunca llegar a un acuerdo sobre su reforma. Nunca.
En cualquier caso, bienvenida sea.
Era tal el dislate que ‘la primavera política en Pozuelo se ha adelantado y los ‘rosales’ han florecido antes de tiempo”.
El Capitán Possuelo