Entre Cristina Cifuentes e Íñigo Henríquez de Luna para la Presidencia Regional del PP, elijo a Cristina y mis razones para ello son apabullantes
Un compromiso, es eso. Un compromiso. Y yo, cumplo. Y hoy toca hablar de dos dirigentes de mi partido. Cristina Cifuentes e Íñigo Henríquez de Luna.
En algunas ocasiones escribir es difícil pues una intenta defender en libertad su opinión manteniendo el respeto de las personas a las que alude y otros intentan leer en esas mismas palabras un posicionamiento “bélico” inexistente o una aceptación de todo, sin cuestión. Es difícil, amigos.
Pero, lo dicho. Cristina o Íñigo. Esa es la cuestión precongresual que ha acaparado interés mediático y de algunos afiliados/dirigentes de mi partido. Y hoy yo me comprometí a posicionarme.
Antes de nada quiero empezar rompiendo una lanza a favor de aquellos que defienden sus posturas libremente. Llámese Íñigo, llámese Cristina o llámese “x”. Me parece que defender tus ideas es lo que te hace diferente a aquellos que no las tienen o si las tienen, temen defenderlas. Y optan por el silencio. Diferencia que no te hace mejor. Pero sí más apto para estar en política. Porque de eso trata también la política. Fundamentalmente. Defender ideas. Proyectos.
Por eso Cristina Cifuentes siempre me ha gustado. Y ya empiezo a inclinarme por uno de ellos. Cifuentes desde que la conozco, hace años, y siendo ella responsable de área territorial del partido en Madrid siempre ha defendido sus ideas. La recuerdo defendiendo siempre el respeto a todos los que, entonces, nos encontrábamos bajo su responsabilidad, como en mi caso, por ser cargo público. La recuerdo en su gestión de partido escuchando a todos e intentando llegar a acuerdos con todos. Y a mí, como afiliada, me traía recuerdos agradables de una etapa anterior, la etapa de Pío García Escudero.
Íñigo no se quedó atrás y defendió en 2008, en el Congreso Nacional, las primarias. Y ahí empezó su trayectoria reivindicativa en el ámbito nacional de mi partido. Sin embargo, desde el punto de vista Regional, de Madrid, jamás le oí defender esa propuesta basada en la participación de los afiliados ni para la elección de los candidatos a encabezar listas ni para respetar las autonomías de las sedes locales/distrito. Por supuesto, tampoco recuerdo que solicitara la celebración asamblearia del Congreso Regional del PP de Madrid en el año 2012 tal y como se podía hacer con nuestros Estatutos en la mano. Un militante, un voto. No. No lo hizo. Tampoco recuerdo que Henríquez de Luna saliera en la prensa poniendo en duda la designación de Gestoras “alargadas en el tiempo” en algunas sedes de la Comunidad. Y, tampoco. Lo siento, quizá tenga mala memoria. Tampoco recuerdo que alegase que los plazos para convocar asambleas en sedes de distrito y locales deberían de notificarse fehacientemente con tiempo suficiente para que pudiese presentarse quien quisiera a ser candidato a la presidencia en su sede. No. Y los afiliados recibíamos con poco más de cinco días de antelación la carta (vía postal y con suerte si abrías el buzón) para convocarnos a unas elecciones con sólo un candidato. El oficial. El elegido. Nadie más podía presentarse. Había transcurrido el plazo establecido por el Reglamento.
Por eso me sorprende ahora todo este “barullo” que ha montado. Y todo contraponiendo sus palabras a los hechos de una gestora presidida por Cristina Cifuentes. Palabras que quedan bien en un titular. Frente a los hechos actuales que han alentado. Motivado y devuelto la ilusión a muchísimos afiliados del PP. Al margen de todas aquellas personas que han decidido confiar otra vez en el PP, sumándose a nuestro partido.
No lo entiendo, amigos. Salvo que Íñigo quiera ser candidato a la Presidencia del PP de Madrid. Que está en su legítimo derecho. Aunque ya ha dicho públicamente que no. Que no será candidato. Sinceramente, pienso que se equivoca. Creo que tiene la obligación moral de presentarse. No me gustaría que se repitiera la “escenografía” de 2008. “Tiro la piedra y escondo la mano”. Si no le convence el proyecto de Cifuentes, en caso de que ella decida presentarse, que dé un paso al frente. Que defienda su proyecto. Sus ideas. Y así no sólo fomentará más si cabe la participación que con tanto orgullo ahora defiende, sino que tendrá que aceptar, como todos, el resultado de esa participación siendo él uno de los protagonistas.
Así es la democracia. Y en democracia los debates se resuelven votando. Eligiendo.
Amigos. Yo no sé si Cristina decidirá presentarse. Tampoco sé si habrá un candidato, dos o cinco. No lo sé. Pero si sé que si Cifuentes decide hacerlo, tendrá mi apoyo. Y mis motivos no son la necesidad. Tampoco la idolatría. Menos aún el revanchismo. Y mucho menos el oportunismo. Y de ninguna de las maneras porque esté en contra de las bicefalias, que incluso, considero que es bueno. Ninguno de esos motivos me alentará a apoyar a Cifuentes.
Si ella decide dar ese paso. Yo como afiliada de base que votará en el próximo congreso porque, entre otras cosas, ella lo ha prometido y así se hará, todos podremos votar. Depositaré su nombre en la urna correspondiente porque me parece la persona idónea. Con capacidad suficiente y méritos más que demostrados para ello.
1º.- Ha presidido la Gestora de Madrid porque quien era su presidenta decidió, unilateralmente y de forma motivada, dimitir de su cargo. Y sólo por ese motivo, el PP, tuvo que buscar una solución prevista en Estatutos para dar continuidad a la vida del Partido. Y ella es la Presidenta de la Comunidad. Un buen motivo para pilotar el partido, ¿no?
2º.- Ha fomentado el debate y la participación interna como no había pasado desde hacía años en la sede regional del PP. Todos los afiliados que hemos querido opinar, participar, criticar, proponer. Lo hemos hecho. Por una lado, a través de los Foros que la Gestora ha fomentado y que ha supuesto la apertura de las puertas de Génova a los afiliados. Unas puertas cerradas durante mucho tiempo. Y, por otro lado, los miembros de la Gestora han ido, también, a escucharnos a nuestras sedes.
3º.- Ha demostrado su capacidad para llegar a acuerdos. Por eso gobierna. Ganó las elecciones con una mayoría no suficiente, pero pactó. Hoy gobierna. Y eso es beneficioso para todos los madrileños. Ha sabido ceder y la han respetado por ello. Yo la respeto. Hoy la izquierda no gobierna la Comunidad, quizá y digo, quizá, porque ella era la candidata.
4º.- Ha sido leal al partido y a su presidente. Cuando otros criticaban a Mariano Rajoy porque era el camino fácil, ella levantaba la voz para situarse a su lado. Y eso no ha impedido que siempre defendiera sus ideas políticas en cualquier Congreso. Y hoy, desde su posición, fomenta el debate de las ideas. Chapó.
Evidentemente no tengo que sentirme totalmente identificada con todo lo que defiende Cristina Cifuentes. Como siempre digo, el PP no es un partido de pensamiento único. Sin embargo, Cifuentes me ofrece la libertad que el proyecto, el ideario, los principios y valores de mi partido defiende. Sé que tiene un reto por delante y espero que lo haga. Que sea la candidata. Y espero y deseo que sume a su proyecto a todos. A aquellos que defienden, han defendido y defenderán el proyecto del PP. Independientemente de etapas. Pío, Esperanza o Cifuentes. Porque la grandeza del PP está en esa amplia base que nunca más debe ser olvidada. Y yo, confío, que Cristina será esa pieza clave que necesitaba el PP de Madrid.
Amigos. Yo lo tengo claro. Si en marzo tengo que elegir entre Íñigo y Cristina. Si ellos me dan la opción de escoger entre los dos. No tengo ninguna duda. Cristina Cifuentes será mi elegida.
Gracias.
Yolanda Estrada