El Milagro de la Navidad, rodea Pozuelo
La oportunidad de estas fechas para todos se muestra en la búsqueda del llamado “milagro navideño” que contrariamente a lo que creen desde nuestro Ayuntamiento, no es que les toque la Lotería a todos los vecinos de nuestra ciudad ¡ni mucho menos!. Es algo más sencillo y precisamente por eso y porque tiene que venir acompañado del raciocinio y del buen hacer, se aleja tanto de los que dicen preocuparse de nosotros.
En unos tiempos en que la Cruz es enemiga íntima de la progresía oficial, todo el empeño de los detractores de estas Fiestas, pasa por apartarlas del aire familiar y trasladarlas al ámbito mundano de lo civil, alejándolas del entorno religioso que las configura y la denominación de solsticio de invierno colma de universalidad a los piji-progres con piedra en la boca para mayor dificultad a la hora de entenderlos, aunque lo que dicen tenga tan poco interés cuando no mentira.
En nuestra ciudad capital de la excelencia económica y de la Renta per Capita por antonomasia, dentro de las consignas azules, optan, como todos los años por dos fotos de la Navidad: la cabalgata (capítulo aparte necesitará) y por supuesto… las luces de Navidad, verdadera joya del periodo festivo y única muestra real de que algo distinto está ocurriendo.
Y nuestras calles y aceras se llenan de colorido azul (¿casualidad?) que incluso algunos dicen que es repetición del año anterior, pero que no deja de ser muestra inequívoca de la decadencia de nuestros gestores que con dos velas y un mechero quieren dar calor y color a una oportunidad de unir a todos los vecinos, pero como los concejales quieren seguir (el sueldo no es malo y el trabajo no desgasta)y lo único que rota es la alcaldía…¿para qué hacer cosas nuevas que nos puedan criticar y perder las prebendas?
Para no poner ejemplos ajenos, bueno sería que copiaran algunas cosas buenas que otros colegas de ellos, gobernando en minoría, en capitales de provincia sin tantos recursos, pero con iniciativas e ideas, unas propias y otras de la oposición, pergeñan en estas fechas con el único objetivo de trasladar a niños, jóvenes, mayores y abuelos lo que estos días significa desde la tradición cristiana, desde la ilusión y la alegría, más allá de las luces y los colores y lo que siempre ha supuesto como símbolo de la unión familiar, aunque en el día a día… cada uno haga su vida.
Valga el ejemplo de mi Ourense natal, han procurado ubicaciones y espacios que animan a la visita, que favorecen las fotos, que ilusionan a grandes y pequeños y que tienen por objetivo trasladar la simbiosis de lo místico y lo festivo, sin mezclar, pero próximo, con un belén a escala humana que roba sonrisas, o unos camellos que invitan al recuerdo familiar… y promueven, en todos, el renacer del espíritu navideño y el conocimiento de los distintos espacios que la ciudad ofrece.
No, no es un problema de dinero, ni de presupuestos querida Quislant, es de iniciativa, de querer hacer, de proseguir con lo nuestro, de mostrar nuestra historia y hacerla llegar para que desde los más jóvenes, todos tengan la oportunidad de conocer primero y volver a vivir después, ilusión y esperanza por algo nuestro que nos une y que nos da la oportunidad de reencontrarnos.
Cuando nada se mueve, al final todo retrocede, y la obligación de tantos gestores, asesores, concejales…, es dignificar la ciudad y hacer partícipe de la misma a los que en ella vivimos, aportando conocimiento y cultura que nos ayuden a recuperar tradición y sueños y que nos refuercen como colectivo dignificando nuestra procedencia e historia.
La Navidad es cambio y tradición supone un tiempo nuevo y tendría, desde el Ayuntamiento, que servir para dar a conocer distintos sitios y lugares, de nuestra ciudad, con alegorías a la fecha y lo que representa de nuestro Pozuelo vital. Es la ocasión de unir y hacernos crecer como pozueleros desde un entorno festivo, vital y refrescante. El problema es que para que eso ocurra, no solo hay que ser de aquí, sino, lo más importante sentirse de aquí, y el mayor sentimiento de nuestros dirigentes es no perder los votos, que garantizan sus sueldos, pero nos diluyen a los demás.
No es muy difícil, ejemplos hay, incluso con sus mismos colores y sin recursos que nos muestran que las ciudades viven y sus habitantes las hacen respirar, escuchen a la Oposición, acompáñense de sus vecinos, convivan en sus calles y, al final, con un poco de sentido común y sin tirar los recursos públicos… podrán decir :” Feliz Navidad “.
Con los mejores deseos para todos y con la esperanza, siempre viva, de que todo puede cambiar…a mejor.
A. Nogueiro