Con el despilfarro de energía del Gobierno de Pozuelo, se podrían cubrir las necesidades energéticas de 90 familias en un año. Pero les da igual
La foto ha sido tomada a las 06:45 hace unos días y el alumbrado se ha apagado a las 06:49. Lo triste es que al atardecer ocurre lo mismo.
Esa mañana, me levanté a las 6 pero es que perfectamente el alumbrado se podría haber desconectado sobre y veinte, cuando había una luz natural más que suficiente para poder andar por la calle con total seguridad. La cámara de mi móvil no es muy buena pero se ve claramente el “la dejadez energética” respecto a este tema.
Este ayuntamiento, que parece accionista de Iberdrola, da la impresión que le da igual gastar energía que podría evitarse perfectamente si el actual concejal de obras, Pablo Gil, se preocupara un poco e hiciera su trabajo. Incluso el anterior concejal, Andrés Calvo-Sotelo, tendría que haberlo solucionado en la anterior legislatura con este tema que muchos municipios por toda España debido a la crisis, comenzaron a buscar medidas sencillas para ahorrar por todos lados y en este caso, el alumbrado público.
En municipios pequeños, el alumbrado puede llegar a representar hasta el 70% del presupuesto. No es el caso de Pozuelo, que destina 5 millones en satisfacer sus necesidades energéticas, pero tampoco es excusa que, aunque tengamos superávit y la deuda se vaya a pagar, se tienen que eliminar todos los gastos superfluos.
Debido al proyecto Smart City que Pozuelo comenzó hace 2 años, el ayuntamiento va a invertir este año un millón de euros en ir cambiando poco a poco el alumbrado actual por iluminación LED, además de cambiar las actuales farolas por otras que iluminan exclusivamente hacia abajo, ayudando a reducir la contaminación lumínica.
Hasta aquí todo bien (aunque tampoco veo que se tenga que cambiar todas las farolas por ser un gasto innecesario pero sí las que son de tipo globo que iluminan hacia todos lados y el ayuntamiento a día de hoy sigue teniendo en algunos puntos del municipio) si no fuera porque el actual gobierno municipal, presume de la avanzada tecnología de telegestión en las nuevas farolas, cuando por otro lado, descuida la optimización de las farolas de toda la vida como las que vemos en la foto que podría ser solventada con pequeños ajustes.
Por lo que he podido averiguar en la web del ayuntamiento, la gran mayoría de las luminarias del municipio llevan un reloj astronómico que regula el encendido y apagado del alumbrado en función de las coordenadas geográficas. Esto debería ser la solución si no fuera porque parece que no está muy afinado por lo que todos los días se está iluminando entre 40 minutos y una hora de más. Y lo mismo ocurre con los reductores de flujo instalados (aparatos que hacen reducir la luminosidad del alumbrado a medida que va avanzando la noche para ahorrar energía), que deberían empezar a reducir la luminosidad una o incluso dos horas antes en algunas zonas y reducirse al mínimo ya que hay muchas calles en la periferia del municipio que parece como si se fuese a jugar un partido por la noche en el Bernabéu o Calderón. Y ya ni cuento las farolas que he visto por todo el municipio que podrían suprimirse directamente.
Animo a los lectores que empecéis a fijaros, a partir de ahora, cuando oscurezca y podréis comprobar que el alumbrado del municipio se enciende antes de tiempo y aún se puede estar sin iluminación artificial y lo mismo ocurre por las mañanas si os toca madrugar.
Señora Quislant: Haga el favor de decir a su concejal que solucione este problema cuanto antes, que el domingo 5 fue el día del medio ambiente y el alumbrado representa la segunda mayor fuente de emisiones de CO2 después del transporte. ¿Modelo a seguir? Berlín es la ciudad europea con menor contaminación lumínica de Europa.
Como dato curioso para acabar que no detallaré para no aburrir, he calculado que con las 14.000 farolas que hay en Pozuelo y la energía que se está despilfarrando en el precoz encendido y tardío apagado, se podría cubrir las necesidades energéticas de 90 familias del municipio en un año.
El Maquinista