El fantasma de don Agustín, con su coña habitual, cree que la alcaldesa Quislant, como en “Bienvenido Mister Marshall”, nos debe una explicación sobre la venta de patrimonio

Ya se recoge en el Evangelio:
¡Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra!
Porque han sido muchos quienes han criticado, y con razón, aquella frase de Carmen Calvo, a la sazón ministra socialista, que recogía aquello tan conocido de que: “el dinero público no era de nadie”
Aquí, en Pozuelo sin ir más lejos, la mencionada frase ha sido utilizada en numerosas ocasiones por miembros del equipo de gobierno, incluida la primera edil, como recurso dialéctico para contestar a interpelaciones de miembros de la oposición de grupos situados en la izquierda política.
Hasta aquí, no hay nada que objetar.
El problema surge cuando hay quienes se empeñan en ver la paja en el ojo ajeno, pero no son capaces de ver la viga en el propio”.
Traigo esto a cuento debido a la descapitalización, que está suponiendo para esta villa, la venta de parcelas pertenecientes al patrimonio municipal.
Porque ese patrimonio municipal, que es público, lejos de no ser de nadie si tiene dueño.
Y el propietario en ningún caso es quién se encarga de la gestión municipal. A él, o a ella, lo único que le corresponde es velar por su correcto mantenimiento.
Los verdaderos propietarios de ese patrimonio municipal no son otros que todos y cada uno de los vecinos. A ellos, en su conjunto, pertenecen esos bienes.
Hasta yo llego a entender que cuando las cuentas resultan difíciles, cuando no imposibles, de cuadrar, la tentación de vender para salir del atolladero se puede volver casi irresistible.
Pero, si al final se opta por esa dudosa solución, lo menos que cabe es dar una explicación a los propietarios, que son los que, en definitiva, ven mermado, por la gestión de otros, su capital.
Ese “dar cuenta”, ante los accionistas, de la gestión llevada a cabo, que es algo imprescindible en las empresas privadas, parece que no se acostumbra a realizar en las instituciones públicas y, en las que creo, resulta mucho más necesario.
Una actuación como esa sí constituiría un ejercicio de gobierno transparente.
De momento, la explicación no se ha producido. Quizás se está esperando, para hacerlo, al inminente debate anual sobre la situación política del municipio. Aunque albergo muchas dudas al respecto.
Aquí, como también sucede en la conocida película “Bienvenido Mister Marshall”, lo único que queda claro es que la alcaldesa nos debe a los pozueleros una explicación, y que como alcaldesa nos la tiene que dar.
Esperaremos a que así sea.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”