Albert Rivera es sólo mercadotecnia con fecha de caducidad y su partido carece de entraña política y posición ideológica. Lo he calado. No me gusta

Que no. Que no me gusta Albert Ribera. Que sí, que es muy mono, que habla del tirón y sin atascos y que parece simpático y cercano, pero ¿qué hay cuándo rascas?
Miren, yo le escucho con muchísima atención, se lo prometo. Y la música no me suena mal. Además como es moderno, joven y atractivo, en resumen, encantador, pues una tiende a no entrar en el fondo de lo que dice. Y esa es su virtud justamente. Ha conseguido a base de apariencia y en un caldo de cultivo que ni pintado, hacernos creer que tiene algo que decir.
Pero párense a escucharle. Yo lo hago y siempre pienso: ahí va, ahora es cuando va a darnos la esencia de su pensamiento, aquí viene el mensaje clave de su discurso, llegamos al apogeo y… nada, cero, decepción y vacuidad.
Nos lleva, una y otra vez, a los lugares comunes. Es verdad que nos lleva allí dando un paseo muy agradable y casi como diciéndonos: te traigo aquí porque tú querías venir y ¿con quién ibas a venir mejor que conmigo?
Mira Albert, yo que he visto desde aquí pasar a muchos políticos, te he calado. No porque sea más lista, no, sino porque llevo ya mucho visto como para saber qué esperar de cada cual.
Tienes un ego inconmensurable y has aprovechado con acierto la lamentable situación política en la que nos encontramos.
Empezaste con un discurso nacional en Cataluña y, desde luego, cubriste bien un hueco dejado por la desidia y, sobre todo, por la falta de liderazgo de los dirigentes del Partido Popular y del Partido Socialista.
Has sabido venderte como nadie a pesar de tu bisoñez. Y has resultado ser un producto de marketing diseñado a la perfección. Pero, querido Albert, hace falta algo más para pretender gobernar un país o ser una opción seria para intentarlo y tú no lo eres.
Al margen de tu defensa de la unidad de España, dime ¿qué otras novedades presenta tu partido? ¿Por qué era necesario que llegaras tú a salvarnos? ¿Qué has aportado al panorama español? ¿Cuál es la posición ideológica que quieres ocupar?
Das soporte a dos gobiernos en dos comunidades autónomas importantes, Madrid y Andalucía, de signo contrario. En Madrid al PP y en Andalucía al PSOE y la actitud de tu partido en cada una de ellas es antagónica. Sólo por poner un ejemplo, pero que es bien significativo, en Madrid exiges la dimisión de cualquier investigado. En Andalucía consientes sin empacho la imputación de un consejero.
Apruebas con tu voto mociones que llevan al aumento exponencial del gasto público y predicas el cumplimiento del déficit. Defiendes la libertad en la educación y con las enmiendas que tu grupo parlamentario aprobó en Madrid redujiste la partida para la escuela concertada en casi 3 millones de euros. En Murcia eres partidario del trasvase del Ebro y en Valencia del ahorro del agua. Te eriges en adalid de la lucha contra la violencia de género y en tu programa electoral promueves la modificación de la Ley para acabar con la “asimetría” penal, y hasta el Tribunal Constitucional te ha dado un tirón de orejas.
Pero claro Albert, la ocasión la pintan calva, y ante el vacío de liderazgo de los tradicionales dijiste, esta es la mía. ¿Pero aparte de moverte como una túrmix qué más podemos esperar de ti?
Me parece que no mucho. Te durará aun un rato el efecto de tu mercadotecnia, pero el producto político Albert Ribera tiene fecha de caducidad, básicamente porque Ciudadanos carece de entraña política.
Pero eso sí, como eres un chico listo seguro que sabrás labrarte un porvenir en una de esas empresas del Ibex 35 con quienes tanto te reúnes.
Manuela Malasaña
Caballero, cualquier persona inteligente puede destilar de sus palabras que simplemente odia a Albert Rivera porque usted es así de limitado (con el argumento final del Ibex nos ha demostrado a todos su ‘Madurez’). Qué fácil calarlo, espero que otros periodistas lo pongan más difícil, si no… qué rollo. Usted debe ser del equipo de los bandos, de los que cree que o izquierda o derecha, o conmigo o contra mí, que no puede haber nada más, y a lo demás lo llama «carencia de entraña política y posición ideológica». Se llama buscar la sensatez, lo mejor de cada casa sin mirar de qué casa proviene. Ustedes, los que están tan en un borde que se van a caer al precipicio (y pretenden arrastrarnos), no entienden de eso.
Un cordial saludo.
Muchas gracias por su participación. Saludos cordiales.