El Gobierno de Pozuelo presenta tres mociones al Pleno del día 21 en las que muestra, de nuevo, una desidia inaudita aparte de ser absurdas e innecesarias. Toma nota, Augusto González
Empezaré diciendo que el Grupo Municipal Popular de Pozuelo ha recuperado dos viejas costumbres. Y eso está bien. A saber, ha vuelto a presentar tres mociones en el Pleno y ha vuelto a mandarnos las reseñas a este periódico. Sin explicación alguna dejaron de mandarnos sus noticias y dejaron de presentar tres mociones a las que tienen derecho en el Pleno y sin explicación alguna han vuelto a contar con El Correo de Pozuelo en sus repartos de noticias y han vuelto a presentar tres mociones al Pleno. Estuvieron en su derecho y están en su derecho.
Como soy biempensante y observador, achacaré esta nueva política a Augusto González, el nuevo y todopoderoso Coordinador General que ha sido recientemente fichado. Sea como fuere, bienvenida sea la sindéresis que tantas veces he reclamado en el Gobierno de Pozuelo. Apunto, Augusto. Si no es así, tampoco pasa nada.
Pero vayamos con las mociones que es lo que realmente interesa. Y vayamos por partes como decía Jack El Destripador.
En primer lugar y a simple vista, las tres mociones son declaraciones relativas al campo teórico de la política. Quiero decir con esto que no obligarán al Gobierno de Pozuelo a trabajar. Nada. Todo quedará en el Pleno y todo el trabajo que hará el Grupo Popular será que sus miembros levanten las manos durante tres segundos, el tiempo que necesita Campelo para contar los votos. Ninguna obliga después a sesudos estudios, reuniones y, nunca se sabe, si peligro de complicaciones de todo tipo. Con estas mociones, se empieza y se acaba en la sesión de Pleno. Apunta, Augusto. El Gobierno lleva toda la legislatura proponiendo mociones para no pegarle un palo al agua. Su desidia es proverbial. Cántale las cuarenta en bastos.
Por otra parte, las mociones que presenta el Grupo Municipal Popular a este Pleno habría que calificarlas de innecesarias, absurdas y prescindibles.
Porque innecesario es proponer, en este momento, un cambio de calles. Y hablo de política. Cuando estamos asistiendo a un enconado debate sobre el cambio de nombres de calles en Madrid, incluso, en la propia Aravaca, y en el que la acidez y el revanchismo de una izquierda sectaria quiere remover historias pasadas que no interesan a la mayoría de los madrileños, va el Gobierno de Pozuelo y le pega una patada al avispero.
No voy a cuestionar aquí que se le ponga una calle en Pozuelo de Alarcón a Miguel Ángel Blanco. Lejos de mí. Pero tal vez habría que haber esperado al mes de Julio, aniversario de su asesinato, para encontrar la percha adecuada. Algo que no fuese el cambio por el cambio en plan Carmena.
Tampoco voy a cuestionar que a una calle de Pozuelo se le ponga el nombre de Benedicto XVI. En Pozuelo se ha homenajeado a los últimos Papas con calles principales y parece ya una tradición, pero ¿en qué percha colgamos este cambio? Se pudo hacer cuando dimitió de su cargo pero ¿ahora? Esperemos, al menos, a su muerte, aunque mi deseo es que su vida la guarde Dios muchos años.
Lo de llamar Estados Unidos a una calle de Pozuelo sin que medie tampoco justificación alguna es incompresible también. Y lo digo desde una visión pro yanqui.
¿Por qué el Gobierno de Pozuelo ha perdido su vieja tradición de elegir, salvo casos excepcionales, nombres inocuos a sus calles. Nombres sacados de las enciclopedias sobre cosas y lugares?
Se nota demasiado que la mayoría del Gobierno no es de Pozuelo ni sabe sus tradiciones aparte de que la moción demuestra una falta de imaginación tremenda. Toma nota, Augusto.
¿Y qué decir de la moción de apoyo a la Ley de Amnistía aprobada en la Asamblea Nacional de Venezuela e inste al Gobierno de España para que traslade al Gobierno de Venezuela la solicitud de liberación inmediata de Leopoldo López y todos los presos políticos?
Nada. Qué es un absurdo tan grande como El Torreón. Recuerdo una canción del grupo de pop-rural ‘No me pises que llevo chanclas’ sobre Japón y en cuya letra cantaban “Qué lejos está Japón. Japón. Qué lejos está Japón”. Pero vamos a ver, señores del Gobierno, que Venezuela está muy lejos. Que esa es una cuestión del Gobierno de España y que Pozuelo ahí ni pincha ni corta.
Además, ya es la segunda vez, en un año, que Pozuelo apoya la democracia en Venezuela. Hace un año, el 26 de marzo de 2015, el Pleno del Ayuntamiento de esta ciudad ya lo hizo a instancias del Grupo Municipal Popular. Un pleno en el que, salvo Tejero y Oria, estaban los mismos concejales que estarán el día 21. Toma nota, Augusto, y diles algo. Que no te cuenten más lo de la Democracia y tal. Esto lo que denota es que el Grupo Municipal Popular tienen menos imaginación que un conejo de ARPO.
Sobre la moción relativa a la Adhesión de Pozuelo a la Carta de compromiso con el deporte para la educación y la salud no diré nada. Da igual. Esto se hace y ya está. Además, es una de esas tonterías que se montan para ocupar a gente ociosa y justificar sueldos. Y se puede uno adherir, simplemente, por decisión de la Junta de Gobierno o por decreto de Presidencia o porque sí… Valiente tontería. Ese no es un tema de debate político-pozuelero que haya que llevar a un Pleno, aunque dado que estamos en campaña electoral, la oposición lo convertirá. Toma nota también, Augusto. Vaya, toalla.
En fin, mi gozo en un poco. Y yo que empezaba la columna tan contento.
El Capitán Possuelo
Estimado Capitán Possuelo:
Habiendo leído su columna, he de realizar algunas puntualizaciones acerca de D. Augusto González.
Lo primero, es una persona trabajadora, mejor dicho, muy trabajadora. Es la antitesis del “Hay que trabajar para vivir”.
En segundo lugar, es una persona con una sólida formación jurídica, nada de un leguleyo de tres al cuarto. Desde luego, es un “fichaje” de primer orden para esa municipalidad. Vamos, un Cristiano Ronaldo o un Messi en el ámbito funcionarial. Pero… Porque siempre tiene que haber un pero, no todo puede ser color de rosa. La “cara negativa” de esta persona es que, en el ámbito de las relaciones laborales, es un completo desastre. En su último destino dentro del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (y no en el de Economía como se mencionaba en un artículo del pasado 5 de abril), este señor dejó un reguero de cadáveres a su paso en los escasos 2 años y medio que estuvo en el Instituto de Turismo de España. Despótico, casi rayano en la tiranía, respecto de sus subordinados. Tampoco se andaba con remilgos en relación a sus “pares”, dada la protección que le brindaba su “valedora”, la Secretaria de Estado de Turismo (quien, antes de acceder a dicho puesto, fue Concejala de Urbanismo de Pozuelo de Alarcón -como dicen los franceses “Cherchez la femme”-). Buscando un símil cinematográfico, Augusto González sería el Teniente William Bligh de “Rebelión a bordo”, la película que contaba el amotinamiento de la tripulación del HMS Bounty. En conclusión, desconozco si este señor podrá solucionar los problemas de Pozuelo de Alarcón. Desde luego, pondrá todo su empeño en ello. Pero de lo que no me quepa duda alguna es que, de hacerlo, será poniendo en pie de guerra a todo el funcionariado municipal. Sino, tiempo al tiempo…
Muchas gracias por su participación y por sus aclaraciones y puntualizaciones. Tomo nota de todo. Saludos