El sábado nos dimos un homenaje. Fuimos a comer tortitas con nata y mucho, mucho chocolate. Batidos con cookies. Chocolate. Chocolate. Nata. Lo hacemos dos veces al año. Es un pecado de gula y cintura. Lo sé, pero… ¡nos encanta! Es una promesa que hicimos no recuerdo por qué y mi prima Paqui, mi amigo Manolo y yo vamos a tope. Sin límites. Y sin parejas, claro.

Manolo quiso sonsacarme de qué iba a escribir hoy. La verdad es que tenía dudas. Pero pensaba vincular el 23F de hoy con el 23F de hace 35 años. Ambos me dijeron que estaba loca. Que ni se me ocurriera. Que aquello pasó y pasó. 35 años. Éramos unos bebes.

No entendieron que lo que pretendía era escribir sobre Andrés Calvo Sotelo y se me había ocurrido que… Pero vi que no les agradó mi idea. No entendieron ni juego de situaciones… Y es que lo de Andrés el jueves pasado en el Pleno del Ayuntamiento fue gordo… Qué ridículo más espantoso. Pero nada. Así que me puse en sus manos a ver de qué les apetecía que escribiese.

Paqui me preguntó si había visto el nuevo programa de Susana Griso con Cristina Cifuentes. Sinceramente, le dije que si aunque soy más de Bertin Osborne que de la Griso. No me llama demasiado la atención un programa que parece salir del otro. Me gusta más el original que la copia… Pero, como se trataba de Cifuentes, este tuve que verlo…

La verdad es que disfruté viéndola en Pontejos. En la misma mercería a la que llevo yendo años y años de mi vida. Me encantó verla cosiendo. Pero me mosqueó que no usara dedal. Fallo. Presumió de coser mucho, pero no llevaba dedal. Las costureras usamos el dedal sí o si… Y mi cabeza empezó a jugarme malas pasadas. A ver si va a ser que no es lo que pensamos. A ver si Cristina es solo apariencia. A ver si va a ser más de lo mismo. Manolo me dijo que no le diera vueltas. Que lo que sea, se sabrá antes o después. Que deje de darle tanta importancia al dedal. Si lo usa o no, me dijo, no es lo importante. Lo importante es que sepa dar las puntadas correctas.

Aunque Manolo llevaba razón, me quedé un poco mosqueada. Es cierto que por ahora está dando casi todas las puntadas correctas. No me quiero volver loca. Seguirá siendo mi apuesta para la renovación del PP madrileño. Aunque, insisto, me mosquea que no use dedal y que siga apoyando a su amiga la “Ya olvidada” a pesar de todo lo mal que lo hizo y a pesar de los resultados obtenidos en Pozuelo gracias a ella y a pesar de ser la culpable de que Susana Pérez Quislant sea la Alcaldesa Accidental de los pozueleros.

Pero salvo por estas cuestiones menores para el mundo pero muy graves para los vecinos de esta ciudad, sigo siendo fan de Cifuentes.

Manolo se pidió el tercer batido de chocolate y comenzó a beberlo casi con ansiedad. Mi prima y yo nos reímos porque estaba más que animado a seguir atiborrándose de calorías. Y de repente nos soltó el motivo de su ansiedad y las dos nos quedamos absolutamente mudas.

Manolo no me dejaría que escribiera nada sobre su vida personal, pero esta vez me he permitido esta pequeña licencia y sé que lo entenderá.

A pesar de su edad, Manolo tiene una mujer que está en edad aún de procrear. Tanto es así que desde que su mujer, Anita, se ha enterado del regalo que hace el Ayuntamiento a todas las familias por tener hijos, se ha propuesto quedarse embarazada este año. Y Manolo está agotado. ¡Qué ojeras, Manuel…!

Y, de pronto, le sonó el móvil. Era su Anita. Nos miró con cara de resignación y se despidió de nosotras.

Según salió de la cafetería, Paqui y yo no pudimos contenernos. Nos miramos y estallamos las dos en una sonora risotada que hizo que todos los clientes de las mesas cercanas se volverán hacia nosotras… Como fue tan escandaloso, una camarera se nos acercó para preguntarnos si nos pasaba algo… Le dijimos que no, que era un tema personal…

Paqui, que es muy lanzada, le preguntó a la chica si sabía lo de los 2.000 euros por niño que naciera en Pozuelo… Nos dijo que sí pero que no vivía en Pozuelo… Y una mesa que había al lado, en la que estaban varias mujeres, también quisieron intervenir en la conversación… Y allí se montó un debate fantástico sobre el tema…

A unas les parecía muy bien a otras no tanto. Unas lo iban a intentar y a otras les parecía poco 2.000 euros…

Me desesperé… Y casi sin darme cuenta me levanté de la mesa y con voz fuerte y autoritaria dije: NO CON MIS IMPUESTOS…!

Todas se me quedaron mirando en silencio. Creo que llegaron a pensar que estaba loca o que en los batidos me habían servido algo más que leche y chocolate. Cualquier cosa pudieron pensar. Yo, muy dignamente, recogí mis cosas y le dije a Paqui: «Vámonos, la gente se ha vuelto loca…»

Por la noche, ya tarde, Paqui me llamó por teléfono y me dijo: Y si en lugar de 2.000 euros fuesen 5.000 por niño… ¿lo intentarías? Le contesté, de nuevo, que, con mi dinero, risas las justas… Y le colgué…

No estoy para bromas con medidas demagógicas y zapateristas…

Sira Q.