Los sueños de princesa del PP de una cenicienta llamada Susana Pérez Quislant (III)

Dejábamos a nuestra cenicienta en el artículo anterior soñando en colores.
Adrados había hecho la lista electoral de Pozuelo mientras se trabajaba con Cifuentes salir de esta ciudad. La lista de Paloma no cambiaría nada. Sería la misma lista de 2011 para que no hubiese sorpresas, con algún retoque obligado (uno de ellos de la propia Pérez Quislant) y con Susana de Primer Teniente de Alcalde para que llevase el peso de la alcaldía mientras ella hacía política en la Asamblea de Madrid.
El trabajo de Adrados dio su fruto y Cristina Cifuentes la puso de número 4 en la lista… Demasiado arriba… Eso le complicaba la vida. Pero ya no había vuelta atrás…
Y en ese momento Susana Pérez Quislant, que conocía y conoce como nadie al PP por dentro y sabía de las guerras que ya se estaban produciendo entre Cifuentes y Aguirre, empezó a soñar en colores… La cenicienta terminaría siendo princesa… Lo sabía.
Susana apenas participó en la campaña electoral. Ese es un trabajo pesado. Además, en Pozuelo iba a ganar el PP por mayoría absoluta. Así que lo mejor era dedicarse a preparar el terreno de lo que intuía podría pasar y consiguió que la destinasen a Génova para trabajar en la asesoría jurídica del PP. Era un trabajo pesado también porque había que revisar todas las listas y todos los detalles, pero le servía para conspirar y hacer relaciones públicas que, a la postre, serían muy interesantes.
Y así pasaron los días de la campaña electoral de las municipales y autonómicas con Paloma Adrados aspirando a ser algo más que alcaldesa de Pozuelo. Incluso se montó en una bici junto a Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. Iba en segunda o tercera fila pero allí estaba ella haciendo méritos. Aquella foto de ciclistas hizo que Susana tuviese ya la certeza de que iba a ser princesa. Incluso, empezó a pensar en mudarse a vivir a Pozuelo. Una alcaldesa de Pozuelo tendría que vivir en Pozuelo.
Y llegaron las elecciones municipales. Y el PP ganó en Pozuelo por la suma de los restos. Pero perdió tres concejales. A Susana le da igual. Ella era la número dos y los movimientos de Adrados le hacía concebir que llegaría a ser princesa. Estaba segura. Adrados ya tenía la cabeza en la Comunidad. Era muy posible que Cifuentes la nombrase consejera y se fuese de Pozuelo.
Los días de espera se hicieron eternos. El tiempo no pasaba. Susana tenía que disimular su entusiasmo y se entretenía pensando en la distribución de funciones que tendrían los miembros de su Gobierno.
Hay gente que dice que, en un momento dado, Adrados le sugirió que se iba. Hay quien asegura que no que Adrados estaba descompuesta porque no sabía nada. Algún día lo contará la arrepentida Paloma Adrados. La culpable real de todo el desaguisado que se está viviendo en Pozuelo.
Y dos días antes de la toma de posesión de Adrados como alcaldesa de Pozuelo salta la sorpresa. Cristina Cifuentes, después de negociarlo con Ciudadanos, propone a la Asamblea de Madrid que Paloma Adrados sea la Presidenta de la Asamblea de Madrid.
Adrados lo sabía desde la tarde anterior. Y se lo dijo a Susana Pérez Quislant y a Elvira García, la secretaria del Pleno. Era un secreto de Estado. Paloma iba a ser la Presidenta de la Asamblea, un cargo impensable pero había que ser muy discretos porque todo se podía venir abajo ya que el cargo dependía de Ciudadanos.
Adrados quedó con Elvira en que le presentaría por la mañana muy temprano un escrito de renuncia a su escaño como concejala. Y, si salía nombrada, se le daría entrada en el registro del Pleno. De lo contrario se rompería el documento…
Con nuestra cenicienta, Adrados no quedó en nada… No hacía falta, ella sabía lo que significaba esperar… Esperaría… Ya era una princesa del PP.
Continuará…
Juan Manuel Sánchez