Las preguntas de la oposición para respuesta oral solo sirven para que los concejales del Gobierno monten numeritos ya que saben de sobra que ganarán siempre los debates
Del Pleno del jueves pasado me quedaban por comentar las preguntas de la oposición para respuesta oral del Gobierno. Esas preguntas que se hacen en el apartado de Ruegos y Preguntas, tras los debates de las mociones políticas y en las que, se haga lo que se haga y se prepare el tema lo que se prepare, siempre gana el Gobierno ya que siempre tiene la última palabra. El Reglamento del Pleno está hecho para ganar y se gana.
El Gobierno está tan seguro de ganar esos debates que llegan a producirse situaciones extrañas, generalmente basadas en la soberbia que suelen amparar las mayorías absolutas, como las que se dieron la semana pasada en el Pleno de Enero.
En ellas, y ya lo ha venido exponiendo El Correo, la señora Paloma Tejero, usando esa inocencia falsa con la que debate, se hinchó de insultar y de menospreciar a la oposición. Hasta el punto que Miguel Ángel Berzal pidió amparo a la Alcaldesa Quislant al terminar el Pleno. También podría haberlo hecho Helio Cobaleda o Maite Pina porque de ellos también se burló. No sé dónde habrá aprendido esta concejala a debatir de esa manera despreciando a sus adversarios. Y valiéndole todo. Incluidas mentiras o datos falsos. Se nota que se siente amparada por el poder y que a la alcaldesa le encanta ese proceder entre pijo y poligonero.
La Oposición, que ya ha dejado de hacer Ruegos, terminará por no hacer preguntas para respuesta oral y llevará todos sus requerimientos a las preguntas para respuesta escrita. Yo, al menos, lo haría. Con la ventaja de que la respuesta escrita queda escrita, aunque sea una perogrullada. Porque, al final de la película, con esta figura del Reglamento solo se consiguen los pies fríos y la cabeza caliente. Al menos, en las mociones, el concejal que la presenta tiene la palabra final, aunque se pierda en la votación, cosa numérica por otra parte. Al menos, se salva la cara y nadie osaría comportarse como Paloma Tejero sabiendo que hay un turno final.
De las cinco preguntas para respuesta oral que se llevaron a cabo el jueves, tres iban sobre urbanismo y a las que respondió sobrada Paloma Tejero; una iba sobre la verificación de las listas de asociados de asociaciones, que presentó el concejal González Andino, de la que no me enteré. Como sería la cosa que creo que Mónica García Molina tampoco se enteró de la pregunta y por eso le perdonó la vida. Pienso que el concejal de Ciudadanos debería asistir a algunas clases de oratoria intensiva. Y lo digo por su bien.
Y la quinta pregunta fue onanista, esa vergonzosa manera que tiene el Gobierno de darse autobombo. Iba sobre la Cabalgata de Reyes. Sí, la Cabalgata de Reyes del 5 de Enero. La hacía Diego de Aristegui y la respondía Carlos Ulecia.
No tenía ningún sentido. Todo el mundo sabe que la Cabalgata de Reyes en Pozuelo fue un éxito. Lo es desde hace tiempo y no tenía ningún sentido recrearse en ella casi un mes después. Pero alguno de esos genios políticos que tiene el Gobierno en la sombra pensó que era una buena ocasión para establecer paralelismos entre la Cabalgata de Madrid y la de Pozuelo. Se nota que o tienen pocas ideas o tienen el sentido de la actualidad atrofiado. No tocaba. Creo que esto último.
Pero lo que es peor es que, además, su puesta en escena fue ridícula. Le tocó preguntarla a Diego de Aristegui y quiero creer que le daba vergüenza porque no se le oyó. No sé si no funcionaba el micrófono o que él movía los labios haciendo como que hablaba. Tuvo que ser lo segundo porque, hasta anteayer, él era el encargado de la técnica en el Gobierno.
Carlos Ulecia, como siempre, estuvo encantado de haberse conocido. Pero ya nadie le hizo demasiado caso. Era la última pregunta y se llegaba por las voces de la alcaldesa haciendo eco aún en el Salón de Plenos.
Aquí se la dejo para saquen sus propias conclusiones.
Y ahora sí. Ahora sí he terminado de comentar el Pleno del pasado jueves. Tuvo mucho que comentar.
Quedan las preguntas para respuesta escrita. Pero de ellas se encargará, a partir de ahora, Juan Manuel Sánchez, un nuevo colaborador del periódico.
El Capitán Possuelo