Breve análisis de la evolución política de la oposición en Pozuelo, aprovechando el ‘Black Friday’, y tras un primer trimestre en el que los errores del Gobierno se lo pusieron fácil
Termina noviembre. Viernes. Black Friday. Somos tan catetos que los yanquis terminarán imponiéndonos todas sus costumbres. No me quejo. La culpa es nuestra, así que no derramaré ni una sola lágrima.
El caso es que hoy es el viernes negro. El día en que los comercios, en USA y ya en España, pasan de números rojos a negros y empiezan a ganar dinero porque comienza la campaña de Navidad y con ella la gran pasión consumista. Bienvenida sea. Consumo es riqueza, le pese a quien le pese.
Y aprovechando que el arroyo Meaques pasa por Pozuelo, creo que un viernes como éste es un buen momento de pasar a limpio lo que ha sido el primer trimestre político en Pozuelo de Alarcón. Sobre todo pensando en que estamos a una semana del comienzo de una campaña rara. O, al menos, sui generis, a una importantísimas elecciones generales. Es bueno, por tanto, analizar ya si los grupos político-pozueleros andan en número rojos o negros en su quehacer de oposición.
Es cierto que la vida política en Pozuelo empezó en junio pero aquello no cuenta o , mejor dicho, ya está muy contado.
Como contada está la gestión política de Susana Pérez Quislant como alcaldesa. Dios nos coja confesados. Porque durante estos tres meses solo puede calificarse entre lo manifiestamente mejorable y lo nefasto. Pero tranquila, alcaldesa, su labor durante este último trimestre es suficientemente conocida por los lectores de El Correo de Pozuelo y no voy a volver a repetirme. Si hay algún lector nuevo o alguno de los habituales quiere refrescar su memoria solo tiene que clicar en el botón “Pozuelo” de la portada del periódico. Puf…
Hoy, me interesa más hablar de la oposición. Una oposición que ha ido de menos a más. Que empezó algo perdida y deslumbrada por el trato amable y considerado de la alcaldesa: Pedid y se os dará, y que ha terminado poniéndose las pilas por lo que se le ha negado un poco de ayuda para cubrir unos mínimos gastos. Lógico. Política “adradiana” Pero una oposición que no ha sabido, a mi entender, sacar todo el jugo político que los errores del Gobierno han propiciado. Errores gordos, dicho sea de paso.
Pero vayamos por partes, como decía Jack el Destripador:
Empecemos por Somos Pozuelo, como ocurre en los Plenos. Somos Pozuelo es una UTE política que empezó siendo uña y carne entre Podemos e IU y que, tras la dimisión de uno que se les coló de rondón y las guerritas de sus mayores, ya parecen de distintas familias. Hay muchos datos que lo prueban. El último, la defensa de sus enmiendas que cada uno de los dos subgrupos hicieron (supongo que sería legal) en el Pleno de los Presupuestos Generales del Municipio.
Esta división se acentuará estos días que vienen cuando empiece la campaña electoral porque, aunque defienden prácticamente lo mismo, la lucha entre ellos es lo normal en la izquierda. Siempre priman los personalismos por encima de las ideas.
¿Hasta dónde llegará esta división después de las elecciones? Dependerá de la paciencia que muestre Maite Pina. El joven impetuoso está muy atacado por esa enfermedad que se cura con los años.
Creo que el Grupo, en cualquier caso, muestra un grave defecto: ven a Pozuelo por un agujerito. Y eso les impide tener una visión global. Y eso es una pobre manera de hacer política.
Como en el Pleno, insisto, ahora es el turno del PSOE. Del Grupo Municipal Socialista. De la gente de Ángel G. Bascuñana, empezaré diciendo que esperaba mucho más. Lo han hecho bien. Van a su tran-tran. Pero yo esperaba más. Han presentado buenas mociones en el Pleno. Incluso, hecho histórico, han conseguido dos acuerdos con el Gobierno en dos mociones muy importantes para la ciudad pero que no creo que se lleven a cabo.
Pienso que su planteamiento está siendo, como oposición, más teórico que práctico, aunque sus preguntas para respuesta escrita sean muy interesantes. Pero creo que pueden dar más de sí. Y no tengo muchos argumentos para defender mi tesis. Tal vez sólo porque esperaba mucho más de ellos. No sé. Admito que puedo estar equivocado. Pero yo creo que deberían meter una marcha más y hacer más política fuera del Pleno.
Por último, Ciudadanos. El Grupo Municipal Ciudadanos sí ha evolucionado desde septiembre. En tres meses, la gente de Miguel Ángel Berzal ha dejado ser familia del Gobierno para, a mi entender, convertirse en su oposición más dura. Algo que se nota mucho más porque el Gobierno no acaba de creérselo. Se ve en los Plenos. En las caras de incredulidad de los miembros del Gobierno cuando tienen que debatir con ellos. Sobre todo desde que en Ciudadanos entendieron que no podían intervenir todos.
Empezaron siendo muy tímidos y han terminado el trimestre siendo atrevidos, algo descarados y con posturas políticas muy claras que le ganan al PP en su propio terreno ideológico. Tantas que, aunque es raro que alguien del Gobierno piense dos minutos sobre mis reflexiones, si yo fuera la alcaldesa de Pozuelo reuniría a mis concejales y les diría que se acabaron los vacaciones. Como sigan tan pasotas y enfrentándose a ellos con los temas sin preparar, van a recibir revolcones a mansalva, como de hecho ya están recibiendo.
Resumiendo: Escaso futuro de Somos Pozuelo, necesidad de que los socialistas se dejen ver más fuera del Pleno y proyección importante de Ciudadanos. Estos últimos sí que han entendido que la oposición se hace fuera de la sede consistorial y a las pruebas mediáticas me refiero.
El Capitán Possuelo