“Se estima que a cada pozuelero le corresponden unos 100m2, aproximadamente, de espacio verde”, un artículo de Raúl G. Beneyto
Esta cifra, según se estima en un reportaje especial en la web del Ayuntamiento de Pozuelo, es la que nos corresponde a cada vecino. Para ello han sumado todos los metros cuadrados de los 53 parques y jardines con los que cuenta Pozuelo y también de los “tres grandes parques periféricos”, a pesar de que en la misma web, en otro reportaje especial, aparecen que son cuatro y no tres los parques periféricos.
Errores aparte, que esperemos se solventarán con la nueva web, los vecinos de Pozuelo podemos estar orgullosos de nuestro entorno verde, ya que comparándonos con otras ciudades estamos muy arriba en cuanto a espacios naturales en los que disfrutar. La Organización Mundial de la Salud recomienda unos 15 metros cuadrados, por lo que superamos esa recomendación. Además hay que destacar que en Pozuelo tenemos 16.000 metros cuadrados de parques infantiles con zonas de juegos para los más pequeños, lo que sin duda aumenta nuestra satisfacción.
Todo es genial si no fuera por un pequeño detalle… el mantenimiento de los mismos, que en ocasiones deja mucho que desear. Es el caso del Parque de las Piedras, en el entorno de la Estación, el cual, y ya en repetidas ocasiones, ha sido blanco de las críticas de los ciudadanos, esta última, hace pocos días a través de las redes sociales, en la que nos mostraban unas imágenes del mal estado del parque, con excrementos de animales y colillas repartidas por el suelo.
He de reconocer que Eduardo Oria, Concejal de Medio Ambiente, ha estado atento y ha procedido a enviar imágenes tras la limpieza efectuada en el parque, asegurando que aumentarán el cuidado del recinto. Pero ¿el problema es del ayuntamiento o es a consecuencia de la mala educación o falta de civismo de los vecinos?
Pues creo que todos tienen su parte de culpa, el ayuntamiento por no procurar una mayor supervisión de los parques y por no hacer cumplir la ley que prohibe fumar en áreas infantiles y por otro lado los vecinos usuarios del parque que, en un alarde incívico, ni recogen los excrementos de sus mascotas ni les preocupa tirar colillas al suelo, sin pensar en las consecuencias que esto pueda ocasionar en los niños que van a jugar en estos recintos, que no se si serán incluso los suyos.
En fin…les daremos una segunda oportunidad
Raúl G. Beneyto