Las prelaturas personales de la alcaldesa Quislant o la ocasión perdida para haber intentado conseguir una Administración moderna en Pozuelo
(06-07-15) Es su turno. Me quedaban por analizar esas Coordinaciones del Gobierno de Pozuelo de Alarcón que dependen de la propia alcaldesa Quislant, que yo he denominado prelaturas personales, y hoy les toca. A fin de cuentas, creo que es una dignidad que Quislat le concede a sus concejales respectivos.
Como ya dije en su día, son dos:
1- Coordinación Territorial a cargo de Pablo Rivas. De ella dependerá la concejalía de Atención al Ciudadano, que también dirigirá Rivas.
2- Coordinación de los Servicios de la Ciudad a cargo de Pablo Gil. De ella dependerá la concejalía de Obras y Servicios que dirigirá Gil.
¿Y por qué la señora Quislant ha querido distinguir a estos dos concejales del resto?
Creo que porque oyó campanas pero no supo de donde venían. Al menos, en el caso de la Coordinación Territorial.
La Coordinación Territorial, y lo hablé varias veces con la Olvidable, era la concejalía más importante de su futuro Gobierno porque iba a significar un gran avance en la administración pozuelera, debido a que le daría transversalidad a la gestión. De ella colgaría la Atención al Ciudadano pero entendida como Participación Ciudadana. Esa participación que tanto se reclama ahora en la política general. Y a mí me parecía muy interesante la idea.
Esta concejalía que se llamaría, casi con toda seguridad, de Participación Ciudadana iba a tener una gran jerarquía. Posiblemente, sería la Primera Tenencia de Alcaldía para poder tener autoridad sobre las demás. Desconozco a quién se la pensaba dar pero muy probablemente a Pablo Rivas. El tema Smart City tendría mucho que ver en la designación así como todo lo que fuese digitalización de servicios, a lo que habría que unir la compensación a la gran actividad que Rivas tuvo en la campaña electoral.
¿Qué pasó, entonces, con esa “ventanilla única” que llamaba Adrados?
Pasó que Quislant, como decía, oyó campanas y creó Participación Ciudadana, pero dándosela, incomprensiblemente, a Andrés Calvo Sotelo que es el concejal de Empleo, Desarrollo Empresarial y Distrito II. A Pablo Rivas, sin embargo, le dio Atención al Ciudadano, cuando Participación Ciudadana y Atención al Ciudadano no pueden ser dos funciones más complementarias. Incluso, iguales.
¿Por qué están separadas estas funciones, Susana? No creo que lo sepa ni ella.
Pero, además, con el agravante de que Atención al Ciudadano la dejó como una concejalía fantasma ya que no tiene presupuesto y creo que ni funcionarios.
O sea, que de ser una concejalía importantísima para Adrados ha pasado a ser una concejalía estupidez con Quislant. Supongo que todo se debe a que la nueva alcaldesa no se enteró de qué iba la cosa porque no estuvo en la campaña. Eso sí, la hizo depender de ella misma. Supongo que porque alguien le diría que así tendría cerca al ‘peligroso’ Rivas y lo controlaría.
En definitiva, ocasión perdida por la alcaldesa Quislant para haber intentado lograr una Administración moderna en Pozuelo. Con Rivas o sin Rivas. Lo importante son las ideas.
¿Y qué pasó, por otra parte, con la Coordinación de los Servicios de la Ciudad a cargo de Pablo Gil?
Esta prelatura personal de la alcaldesa es, con toda seguridad, un favor personal que le pidió la Olvidable. No se entiende de otra manera. Gil le había pedido a Adrados la concejalía de Obras por motivos personales. Adrados por su relación personal con Gil se la había concedido pero, con su nombramiento de Presidenta de la Asamblea, lo dejaba en el limbo. Paloma, dile algo a Susana. Un último favor, Susana, cuídame a Pablo Gil. Dale Obras. Lo necesita. Sin problemas, Paloma. Cuenta con ello.
Pérez estaba tan agradecida a Adrados que no solo se lo concedió sino que lo convirtió en prelatura personal. Gil, tú conmigo. Lo suyo es que la concejalía de obras colgara de Isabel Pita pero no, cuelga directamente de la alcaldesa. Los favores se pagan.
¿Y cuál es el tema persona del Pablo Gil para querer Obras?
Muy fácil. Su futuro. Pablo, cuando termine esta legislatura, llevará 16 años de concejal. Vaya toalla. Y se habrá metido casi un millón de euros en la buchaca. Pero no creo que repita dentro de cuatro años como concejal. Y él lo sabe. Y, tal y como están las cosas en la calle, Gil tiene menos futuro que un conejo de la M40.
Pablo Gil es Ingeniero Superior de Minas y necesita entrar en contacto de nuevo con la sociedad civil relacionada con su mundo profesional. Y para ello, nada mejor que la concejalía de obras. Hablo siempre de un contacto desde la pulcritud político-profesional más exquisita. Nada de malos rollos. Pablo Gil es un tipo honrado a carta cabal. Lo tiene archidemostrado. Pero, al final de la legislatura, llevará fuera de cacho 16 años y lejos del Ayuntamiento hace un frío del carajo.
En definitiva y resumiéndolo todo, que la alcaldesa Quislant no debió pensarse demasiado su equipo de Gobierno. Lo hizo a su manera y le salió un magnífico gazpacho. Eso sí, fresquito. Que tampoco está mal con esta calor.
El Capitán Possuelo