Juanelo Turriano, el genio español de Milán
(01-07-15) Juanelo Turriano nació en Cremona ( Milanesado) en 1501 y murió con 84 años en Toledo, el 13 de Junio de 1585. Fue ingeniero e inventor.
Juanelo llegó a España, en 1529, llamado por Carlos I de España y V de Alemania.
Hay que recordar que, después de la batalla de Pavía, en 1529, el Milanesado pasó a ser un estado más bajo la dominación del Emperador Carlos. Fue anexionado como ducado en 1535, nombrando Duque de Milán a su hijo, el futuro Rey futuro Felipe II.
Esta anexión fue rubricada por el Tratado de Cateau – Cambrésis entre España, Francia e Inglaterra, en 1559
El ducado de Milán siguió siendo parte de la corona española durante 150 años, hasta la Paz de Utrecht en 1713, cuando pasó a manos de los Habsburgo Austriacos.
Se puede decir que desde que llegó a España, Turriano fue un miembro más de la corona española como lo fueron tantos europeos de la época entre los que se encontraban: Cristóbal Colon, Alejandro Farnesio, Doménikos Theotokópoulos (El Greco), Ambrosio Spínola, etc.
Fue nombrado relojero de la corte de Carlos I y construyó para él famoso Cristalino, reloj astronómico donde se indicaba la posición de los astros en cada momento.
Construyó Juanelo también parte del palacio de Yuste, donde el Emperador se retiró los últimos años de su vida
Felipe II, por su parte, lo nombró Matemático Mayor.
Juanelo participó en la reforma del calendario que hizo el Papa Gregorio XIII, calendario llamado gregoriano y de aplicación actual.
Diseñó las campanas del Monasterio del Escorial por petición de su constructor Juan de Herrera.
Vivió en Toledo hasta su muerte y allí construyó un autómata en madera llamado el Hombre de Palo.
Diseñó una especie de ametralladora y algunas máquinas voladoras.
Pero su obra más conocida fue el Artificio de Turriano, una máquina hidráulica capaz de subir el agua desde el río Tajo hasta el Alcázar en Toledo.
Su funcionamiento está sujeto a controversias, pero lo cierto es que elevaba el agua unos 100 metros, desde el río Tajo hasta el Alcázar (Cualquiera que haya ido de vista a Toledo, y se haya asomado al río desde el Alcázar, se puede hacer una idea de la dificultar que este Ingenio presentaba para su realización con la tecnología de la época).
Basado en la energía hidráulica, que el propio río proporcionaba, el Artificio consistía en una serie de equipos que, engranados entre sí, se iban pasando el agua de unos a otros, cada vez a mayor altura, hasta superar el desnivel existente entre el río y el punto de llegada. Se dice que podía subir entre 16 y 17 metros cúbicos por día.
Pero el hecho de incluir a este personaje la serie de españoles olvidados está basado en una historia personal del que esto escribe.
Hace ya algunos años, cuando estaba haciendo mi servicio militar en las Milicias Aéreas Universitarias en Burgos, llegó a mis manos una historia relacionada con el Ejército del Aire donde prestaba mi servicio.
Al terminar la última Guerra Civil, el 7 de Octubre de 1939, se creó el Ejército del Aire, era pues un ejército muy joven.
Poco después, en 1940, se inicia la construcción del Valle de los Caídos,en Cuelgamuros, cerca del Escorial, entre esta ciudad y el pueblo de Guadarrama.
En el pueblo de Nambroca en Toledo, y en una cantera cercana, se encontraban cuatro columnas esculpidas en una sola pieza de 1,5 metros de diámetro y 11 metros de altura que habían sido labradas por Juanelo.
Después de acabarlas en la cantera y, antes de contar a nadie como penaba transportarlos o para que las destinaba, Juanelo murió y las columnas se quedaron arrinconadas en la cantera durante más de 350 años, una en la misma cantera y otras tres en el cercano pueblo de Nambroca adonde logro moverlas antes de su muerte.
Nadie sabía cómo moverlas y tampoco para que destinarlas.
A principios de Abril de 1940, un guardia civil jubilado, Dámaso Garoz Fernández, envió una carta al Jefe del Estado haciéndole saber la existencia de los olvidados Postes de Juanelo, recomendando su instalación en el Valle de los Caídos, entonces en construcción.
El problema residía en cómo proceder al traslado desde su ubicación al citado Valle.
Se procedió a consultar a los Ingenieros Aeronáuticos del Ministerio del Aire que estaban siendo responsables de la construcción del Aeropuerto de Barajas.
La respuesta fue que era posible trasladarlos. El joven Ejército del Aire consideró un reto la realización de dicho traslado.
Se habilitaron varios camiones de las obras del aeropuerto con unas plataformas especiales articuladas para su transporte con 22 ruedas cada una. Uno a uno los gigantescos monolitos fueron depositados en unas cunas adecuadas formados por cables de forma que ninguno de ellos tocara con la plataforma y así poder soportar los vaivenes del camino.
El estado de las carreteras y los medios usados no permitirán al convoy circular a una velocidad superior a los 15 Km/hora, además había que sortear enormes dificultades al paso de pueblos con calles y carreteras estrechas, curvas con radios imposibles de tomar para el tamaño de los vehículos, puentes que no resistían el peso de los transportes, etc., pero el E.A. y sus ingenieros supieron resolver los problemas que iban surgiendo.
El primer Juanelo llegó al Valle el 28 de septiembre de 1949. En sucesivos traslados fueron llegando los otros tres.
Fueron colocados en la zona de Buenavista, flanqueando la carretera que sube a la Basílica desde el pueblo de Guadarrama, donde pueden ser admirados hoy en día.
José Colmenar
Para saber más:
- Hay mucha información de Juanelo y de las columnas en Internet
- También es posible conocer su historia y ver el trasporte en el NO-DO de la época