Las atendidas por adicción al cannabis se triplican y se duplican los alcohólicos en la Comunidad de Madrid

(13-05-15) Los drogodependientes que recibieron tratamiento en 2014 por su adicción al cannabis y el alcohol se multiplicaron respecto al año anterior en la red asistencial de la Comunidad de Madrid: concretamente, los adictos al porro pasaron de 2.166 a 6.985 (+222,5%), mientras que los alcohólicos pasaron de 4.332 a 9.255 (+113,6%), según los datos de la Memoria Anual de la Agencia Antidroga regional.
La multiplicación de los adictos al cannabis y al alcohol que estuvieron en tratamiento en 2014 se compensa con la caída de los tratados por cocaína (pasaron de 12.565 a 10.011, un 20,3% menos) y heroína (de 7.365 a 6.451, un 12,4% menos).
El 28,9% de los nuevos atendidos en la Agencia tienen menos de 30 años.
Detrás del aumento del consumo entre los jóvenes está la ausencia de la percepción del riesgo que implica el consumo de las conocidas como ‘drogas blandas’.
El paciente actual es un chico promedio de 17 años de familia media y adaptado socialmente, que va al colegio y tiene grupo de amigos, al aumentar el consumo suele comenzar a tener inconvenientes serios tales como el abandono escolar, problemas legales, con la familia, o la comisión de delitos.
En el total de pacientes de 2014, la red asistencial de la región atendió a 22.247 personas, un 2,7% más que los 21.664 de 2013. Se trata de la primera subida desde 2010. La suma de consumidores atendidos no equivale a la suma de las atenciones por las diferentes drogas, ya que la mayoría de los pacientes consumen más de una sustancia.
Entre los nuevos pacientes de 2014 (aquellos que se atienden por primera vez en la red asistencial), un 48,2% consumen cocaína (frente a un total del 45%): un 11% la consume además de heroína (frente al total del 12,7%) y un 37,2% consume cocaína prescindiendo de heroína (frente al 32,3% del total).
La Agencia Antidroga ha detectado un cambio paulatino en el perfil del drogodependiente: cada vez hay menos adictos a la heroína y más a drogas ‘sociales’ como el alcohol y la marihuana. Esto lleva a que el drogodependiente madrileño de hoy no cause alarma social, a diferencia de lo que ocurría cuando la heroína era la reina de las drogas y los adictos mostraban un notable deterioro físico, además de que solían tener problemas de delincuencia.
El alcohol es la segunda sustancia más consumida por los pacientes de la red asistencial con un 41,6%, mientras que el cannabis es la tercera con un 31,4%. La heroína, que va en franco retroceso, ya está en cuarto lugar, con un 29%.
El cambio en el perfil del drogodependiente también muestra un auge del policonsumo: los adictos ya no se limitan a una sustancia. De hecho, este es el perfil más habitual. En 2014, el 62% consumía más de una droga.
En cuanto a la estratificación social, los cambios hacen el problema más difícil de detectar: si antes se solía vincular a la drogadicción con problemas sociales, ese perfil ha quedado obsoleto.
Casi el 90% de los atendidos en 2014 por la red asistencial de la región viven en una vivienda, no son marginales, y el 40% tiene trabajo. La edad media de los toxicómanos con tratamiento es de 37,4 años.