Hoy se celebra la pegada de carteles en un Pozuelo que no tiene donde pegarlos ni los partidos ideas políticas que exhibir en ellos
(07-05-15) Esta noche es la pegada de carteles electorales. La mítica noche de la pegada de carteles anunciadores de que la campaña electoral se ha puesto en marcha. Bueno, era. Ahora se pega poco. Solo se amaga. Es un simulacro. Así es la vida, aunque algunos recordemos con nostalgia aquellas noches de papel y engrudo que terminaba pegándose en las manos. A decir verdad, supongo que lo que algunos echamos de menos es la edad que teníamos entonces…
‘In illo tempore’, la pegada de carteles era como una especie de clarín que anunciaba que iba a pasar algo real por lo que habíamos luchado mucho tiempo… Sentíamos mariposas revolotear en la tripa de pura emoción… Sabíamos que no había marcha atrás… Soñábamos que se hacían realidad los sueños y no queríamos que se acabase la noche…
Aquellas noches eran Noches de Reyes políticas en las que los partidos escribían sus cartas en las paredes de las ciudades… El despliegue de medios de comunicación era fantástico para cubrir la información de aquellas cabalgatas de ideas y de ideales… Era la gran noche de la política.
Esta noche, en cambio, me acostaré pronto.
No sé qué pasará hoy en Pozuelo, pero tampoco tengo especial interés en saberlo. No me llama la atención. Creo que sé lo que se va a decir y lo que se va a hacer. Algunos partidos harán un remedo de pegar carteles, por mantener la tradición, y después se irán a casa a hacer declaraciones y a poner fotos en el muro de Facebook o en la pared virtual de Twitter.
Es así. Los tiempos lo exigen y hay que amoldarse a ellos.
Otros partidos, en cambio, pugnarán por pegar sus carteles reales en una ciudad que no tiene donde hacerlo. Extraña paradoja. Política trampa. Inútil. El PP de Pozuelo no quiere competencia y, con la excusa de no ensuciar la ciudad, lo ha prohibido todo. No hay pareces en Pozuelo en los que pegar carteles. Lo único que ha hecho, en realidad, es provocar que se pongan más y en lugares más prohibidos. Pasa siempre. Es una incitación a ello.
Pero la lucha política no está en los carteles que se pongan esta noche. ¿De qué sirve luchar por pegar carteles esta noche si no se tiene nada que decir en ellos?
La lucha política está en las ideas. Y Pozuelo de Alarcón las necesita.
Pozuelo necesita un cambio de filosofía política y no tengo claro que sea lo que esta noche ofrezcan los partidos. Espero equivocarme.
Lo he dicho muchas veces. Esta ciudad necesita algo que la despierte. Ya no es una ciudad dormitorio. Ya no puede seguir siendo anodina e intrascendente. Isla de calma. Pero me temo que esta campaña no nos traerá ideas. Escasamente propondrá soluciones menores.
Entre otras cosas, porque los programas electorales solo han recogido cotidianeidad en la calle y en los whatsapp. “En mi calle hay varios baches. En mi acera hay tramos sin farolas… Había que recortar las fiestas. Había que bajar los impuestos”. Soluciones a problemas cotidianos. Soluciones válidas pero que entran dentro de la normal gestión de los servicios… Creo que los partidos en esta ciudad confunden participación de los vecinos con egoísmo vecinal.
Lo que se necesita son ideas y eso es distinto. Y las ideas, generalmente, no se encuentran en la calle. Las ideas políticas no nacen en entrevistas-asalto de 3 minutos ni en mensajes de whatsapp. Nacen de la reflexión y el debate en los propios partidos. Lo demás es márquetin.
Y en Pozuelo, los partidos ya no tienen ‘hambre’ de ideas nuevas para debatir sobre ellas. En Pozuelo lo tenemos todo. Y, ante esa desgana, los partidos se limitan a hacerse trampas en el solitario. Los vecinos están contentos. No quieren cambiar. Estamos bien. Bajemos los impuestos. Mantengamos la calidad de vida. Quieren esto. Quieren aquello. Es lo que nos han dicho en la calle. Es lo que quieren los vecinos. Y su conciencia quedará a salvo.
Si se habrá perdido el ‘hambre’ por cambiar que, a 24 horas de la campaña electoral, ayer se debatía con acritud sobre las flores que este año se están poniendo en los parterres de las rotondas. Con el perdón de los debatientes, yo creo que eso es decadencia política. Y es sólo un ejemplo. Pero no es un ejemplo baladí. Indica que el Pozuelo político esta camino del cardiograma cero. Que su corazón está débil y no hace que la sangre suba al cerebro y le haga proponer ideas globales de cambio.
Ideas que nos hagan ser una ciudad referencia. De verdad.
El Capitán Possuelo