Susana Díaz espera que Rajoy le eche una mano porque, de no hacerlo, podría verse obligada a repetir elecciones

(15-04-15) Susana Díaz confía, quién lo iba a decir, en Rajoy más que la dimisión de Griñán o Chaves para salvar su presidencia.
Ahora resulta que es Rajoy el que tiene que hacer un gesto para que gane la lista más votada pero sin el compromiso de que el PSOE haga lo mismo a partir de ahora en Madrid y Valencia.
Vuelve la ley del embudo: si Rajoy no es coherente, será el culpable de que Susana Díaz no sea presidenta. Si lo es… el PSOE no lo será… porque ellos nunca han dicho que gobierne la lista más votada.
La realidad es simple: Díaz quiere carta blanca. Por ahora nadie se la da sabiendo cómo se las gasta la presidenta, que convocó elecciones huyendo del efecto Podemos, aprovechando el mal efecto de Rajoy e intentado aprovecharse del hundimiento de IU. Pero el resultado no fue la mayoría absoluta. Y ahora ha provocado una situación de inestabilidad política que fue la excusa por la que celebró elecciones.
¿Realmente alguien tiene interés en llegar a un acuerdo antes de las municipales y autonómicas? No parece.
¿Por qué? Porque al PP le conviene que Ciudadanos muestra su cara. Si apoya al PSOE sabe que perderá votos a su derecha. Podemos, porque haría un frente de izquierdas. Y si no se logra un acuerdo, porque Susana va a quedar en evidencia con un victoria más agria de los esperado. Queda un mes para que el Supremo puede solucionar los problemas imputando a Chaves y Griñán, pero visto lo visto no parece lo más probable, aunque ni ellos se pongan de acuerdo al hablar sobre los ERE ¿Gran fraude o no?
Podemos tampoco puede establecer alianzas claras porque sus bases no verán con buenos ojos eso de pactar con la casta… si no es para gobernar ellos, que entonces siempre se pasa del Pujol enano habla castellano a hablar catalán en la intimidad. En todas las formaciones. Ciudadanos tampoco tiene prisa. No quiere perder el impulso. Y a Susana, aunque diga que Andalucía no puede esperar, lo cierto es que tampoco le angustia un impasse que también da tiempo al PSOE para evitar pactos.
Lo que sí debe decidir en 24 horas es el reparto de la Mesa del Parlamento. La idea de Susana es dejar al PP en una situación de clara inferioridad… Lo que no se entiende si luego se le pide compromiso.
Los socialistas quieren quedarse la presidencia y dos puestos de los siete sillones que hay en este órgano.
El PP (33 diputados) quedaría con un representante, exactamente igual que Ciudadanos (9), Podemos (15) e Izquierda Unida (5) a pesar de la diferencia de escaños con estas formaciones. El Reglamento indica que todos deben tener un sillón.
Dos semanas después, Díaz puede celebrar el pleno para su investidura como presidenta. A partir de ahí, si en segunda vuelta no obtiene mayoría simple contará con dos meses para seguir intentándolo. Tiene hasta junio. Si no habría nuevas elecciones.