La Junta de Gobierno de Pozuelo de hoy (a finales de julio y cuando Quislant ya sabe que no será candidata) aprueba definitivamente el proyecto de reparcelación de Montegancedo

Hoy es un día raro para Pozuelo de Alarcón. Y también para mí, por qué no decirlo.
Por un lado, la Junta de Gobierno Local da el paso que faltaba para que eche a andar definitivamente la polémica urbanización de Montegancedo.
Se supone que dicha Junta tendrá ya todos los requisitos necesarios para hacerlo. No lo supongo, los tiene. Lo sé.
Y por otro lado, se confirma la capitulación de un grupo de vecinos entusiastas que creían que con reunirse unos cuantos con pancartitas y cánticos en la puerta del Ayuntamiento iban a conseguir detener un proyecto multimillonario de una poderosísima empresa. Cosas de la inocencia. Y también de la Oposición pozuelera que se unió tarde y mal a la batalla reivindicativa.
Se lo dije hace mucho tiempo a los del “Salvemos Montegancedo”. No me escucharon. No entendieron que no se puede ir a una guerra tan importante con tirachinas.
Y bien que lo siento.
Pero lejos de sorprenderme (era un problema de tiempo que se aprobase), esta decisión político-administrativa me cabrea. Y me cabrea porque, en este momento, no es más que una nueva ratería política de la alcaldesa Susana Pérez Quislant.
Podía haber tomado esta decisión hace meses. La empresa urbanizadora había ido presentando o renovando los papeles e informes que se les pedía pero ELLA decidió esperar. Lo había hecho otras veces. Sabe de sobra que la aprobación de esta tremenda urbanización en medio del bosque, aunque legal, no era popular en Pozuelo y ELLA siempre juega a su conveniencia política-personal. No le gustan los líos.
Tan poco le gustan que, incluso, decidió iniciar el proceso bajo una presunta sugerencia de la empresa de llevarla a los tribunales por prevaricadora si no los iniciaba. Aquí lo publicamos hace mucho tiempo.
De hecho, aprobó algunos asuntos relacionados con Montegancedo en Junta de Gobierno con muchas dudas legales durante la pandemia… Alguna vez llegué a pensar que esas dudas estaban presuntamente provocadas aposta para intentar detener el proceso administrativo. No lo sé. Han pasado tantas cosas… También lo publicamos hace tiempo.
Ahora, Quislant, insisto, podría haber tomado la decisión de aprobarlo definitivamente hace meses pero no le convenía…
Tenía que esperar. Necesitaba saber si era elegida de nuevo para encabezar la lista electoral del PP en las elecciones municipales de 2023 y, por lo tanto, aspirar a ser nuevamente alcaldesa… Esa era la clave. Y así lo publicamos también en El Correo de Pozuelo y así se lo comenté personalmente a muchas personas interesadas en el tema.
Si Susana Pérez Quislant era nombrada aspirante a seguir como alcaldesa en la siguiente legislatura, no se aprobaría nada referente a Montegancedo hasta después de las elecciones, arriesgando a ser denunciada por prevaricar… Pero lo asumía.
Si Susana Pérez Quislant NO era nombrada aspirante a seguir como alcaldesa, se aprobaría antes de la precampaña electoral. Solo por joder. Solo para que le cayera la bronca al aspirante elegido… ELLA es así…
Y así ha sido. Quislant ya sabe (desde la semana pasada) que no será candidata del PP a la alcaldía de Pozuelo y hoy se aprueba definitivamente el proyecto de reparcelación del APR 2.6-02 «UE-2 MONTEGANCEDO” en la Junta de Gobierno Local. Y, en septiembre, si acaso, se aprobará el comienzo de la urbanización pero ya sin posibilidad de volver… Y el que venga detrás que arree…
Y, además, como Quislant carece de escrúpulos políticos, la aprobación definitiva la lleva a cabo hoy 20 de julio, en pleno verano para que no se entere casi nadie, con lo que también trata de salir indemne de la decisión… Nadie ahora va a montar ningún pollo… Y menos con el calor que hace…
En fin, Paulita… Esto es lo que hay…
Y este es el Orden de día…
Cabe destacar también la decisión de aplicación en el ámbito del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón de las medidas en materia de revisión excepcional de precios en los contratos de obras del sector público contenidas en el Título II del Real Decreto-Ley 3/2022, de 1 de marzo.
En otras palabras: Como las obras están paradas porque, aparte de cobrar tarde, mal y nunca, algunas certificaciones de obras, las empresas contratadas se están quejando de que no pueden mantener los precios de adjudicación a causa de la inflación y la subida de los materiales, la Junta de Gobierno de hoy se acoge al Real Decreto-Ley 3/2022, de 1 de marzo que permite esa revisión… Cinco meses después…
Amén.
El Capitán Possuelo