Dura crítica a la pomposa iluminación navideña (al menos en la Estación) y de la que presume, incomprensiblemente, Quislant con la esperanza de que, de verdad, sea la última
Estimado director,
No sé lo que ha costado la instalación del millón de bombillas que lucen esta Navidad ya que es algo imposible de averiguar pero me imagino que debe ser mucho. Este es el último año de la alcaldesa Susana Pérez Quislant y todo hace pensar que ha tirado la casa por la ventana.
Pero, ¿qué quiere que le diga? Puede que yo sea un tipo raro pero a mí me parecen compradas en una tienda de chinos ya que son catetas, no aportan nada nuevo (se supone que esta ciudad es el Gran Pozuelo de Alarcón) y, si me fuerza, le diré que a lo lejos parecen luces de bar de carretera…
Le mando un par de fotografías de las luces navideñas que se han puesto en el barrio de la Estación.
La verdad es que me gustaría saber su opinión, pero me la puedo imaginar.
La mía, para que no me acusen de derrotista, está a la altura de las obras que aún nos asolan. O de la paella del verano, de aquella servida con 35 grados a la sombra. O con la piscina del Carlos Ruiz que parecía la piscina de una cárcel en régimen semi-abierto rodeada de vallas… O las olvidadas obras de la piscina cubierta del propio Carlos Ruiz, aquella que la alcaldesa Quislant puso pomposamente la primera piedra con el Consejero David Pérez…
Les falta añadir los Papa Noel subiendo a las ventanas o subidos a los árboles.
No sé quien asesora a la alcaldesa en esta cosas de la estética pero me huele que sea su propio marido (ya la asesoró en aquellas elecciones en las que el PP perdió la mayoría absoluta en Pozuelo) por la horterada que nos ha mostrado.
Desde luego, si quieren animar a las fiestas y a los vecinos están produciendo el efecto contrario. A mí, depresión y desanimo. Este no es el Pozuelo que yo quiero.
Y menos mal que, al final, este año no han llevado a cabo una idea que tenía: Poner un hilo musical con villancicos…
Estas luces me están produciendo un efecto similar al de escuchar en Nochevieja el típico suspiro de la gente más mayor: “En fin, creo que este es mi último año, lo noto”.
Y yo también noto, por fin, que en 2023 nos libraremos de este castigo de alcaldesa que nunca debió venir a Pozuelo…
En fin, Feliz Navidad a todos los lectores. Y que pasen cuanto antes.
Ricardo Reis