¿Se acerca su fin político?: Ciudadanos entra en coma político con la debacle electoral de Andalucía: Incluso, Ignacio Aguado sale de su tumba y pide la dimisión de Inés Arrimadas
Ciudadanos entra en coma político tras una derrota inapelable en la palestra andaluza. Los de Juan Marín lo han dado todo en una campaña con sonados momentos como el ‘torrijazo’, pero no ha sido suficiente para que el centro político conserve su representación en el Parlamento andaluz. Los resultados dejan a Ciudadanos en estado de letargo.
La herida naranja es doble. Por un lado, sale del tatami de los gobiernos autonómicos -Andalucía era el último bastión- y, por otro, se deja de tener visibilidad en el Parlamento que representa a la región más poblada de España. La catástrofe electoral del partido de Inés Arrimadas ha sido un bofetón demasiado duro para un partido renqueante que aspira a consolidar el centro político.
En el seno de Cs aspiraban, al menos, a conservar el escaño de Juan Marín para seguir teniendo voz en Andalucía . Incluso cabía la posibilidad de que fuera determinante para que el PP formara Gobierno de quedarse Juan Manuel Moreno Bonilla a un asiento de la mayoría absoluta. Los más optimistas se agarraban a una posible reedición del “Gobierno del cambio”, como vaticinó el diputado Miguel Gutiérrez tras los sondeos a pie de urna. Nada más lejos de la realidad.
La supervivencia de Ciudadanos en Andalucía podría haberse traducido en la supervivencia del partido. El escaño de Francisco Igea en Castilla y León fue el electroshock que permitió al muerto respirar, aunque con dificultad. De haber ganado un escaño en Andalucía, se podría decir que el centro político se había consolidado en España tras su período de brutal crisis. Una vez tocado fondo, podía aspirarse a ascender. Sin embargo, la desaparición naranja del Parlamento andaluz hace sonar de nuevo a los ecos de la incertidumbre, y convierte a Ciudadanos en un funambulista a punto de caer.
Los votantes de Ciudadanos han vuelto en masa al Partido Popular en estas elecciones. El electorado de centroderecha y centroizquierda ha querido asegurar la mayoría del partido ante una posible reedición de lo ocurrido en Castilla y León, donde se ha cambiado un Gobierno de coalición de PP-Ciudadanos por uno de PP-Vox.
Cabe preguntarse si la marcha de Juan Marín es la mejor metáfora del fin del centro político en España, que parece destinado a morir y renacer en un ciclo sin fin.
La sombra de UPyD es alargada, y el partido naranja quiere evitar a toda costa repetir su historia. Sin embargo, el futuro de Cs tiene un color oscuro casi negro. El electorado penalizó en primer lugar la decisión de Albert Rivera de no formar gobierno con el PSOE, y la estrategia de Arrimadas para echar al PP de Murcia supuso la estocada definitiva al proyecto de centro.
Y, como es natural, empiezan a surgir voces contra la dirección del partido. Incluso, Ignacio Aguado sale de su tumba pidiendo la dimisión de Inés Arrimadas.
El exvicepresidente de la Comunidad de Madrid ha reaccionado a la desaparición de la formación naranja en Andalucía con un duro mensaje en Twitter:
«Los resultados de Ciudadanos en Andalucía exigen la dimisión inmediata de toda la Ejecutiva, la convocatoria de un Congreso extraordinario urgente y la conformación de una gestora hasta su celebración». «No hay otro camino, salvo la extinción», ha sentenciado Aguado.
Los resultados de @CiudadanosCs en Andalucía exigen la dimisión inmediata de toda la Ejecutiva, la convocatoria de un Congreso extraordinario urgente y la conformación de una gestora hasta su celebración.
No hay otro camino, salvo la extinción.
— Ignacio Aguado (@ignacioaguado) June 20, 2022