Comienza la cuenta atrás: Falta un año para el 28 de mayo de 2023, fecha de las próximas elecciones locales y, tras una legislatura yerma, ningún concejal ha pasado el corte en Pozuelo
Comienza la cuenta atrás. Queda un año. La legislatura más yerma de la democracia en Pozuelo se acaba. Dentro de un año justo se habrá acabado un tiempo político pozuelero que, posiblemente, no se vuelva a repetir. Y mira que empezó con toda la esperanza del mundo…
El resultado de las elecciones locales de 2019 trajeron un mandato popular esperanzador: El pueblo habló y pidió cambio al dejar al PP de Susana Pérez Quislant sin la mayoría absoluta. Pozuelo entraba en un tiempo político apasionante…
Pero ese tiempo político apasionante duró lo mismo que “duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks”, que diría Sabina, y la política pozuelera no fue capaz de ascender y se quedó en tercera división. Como el CF Pozuelo. Y, posiblemente, habiendo perdido para siempre, insisto, el tren del ascenso.
Los vecinos de Pozuelo votaron en 2019 contra la posibilidad de que la elegida por el PP como cabecera de lista en aquellas Elecciones Municipales llegase a ser la alcaldesa y sus votos, por primera vez, dejaron a la aspirante pepera en minoría… Votaron cambio. Pero…
En Pozuelo siempre hay un Pero y no hubo cambio. Y rememorando lo que escribí en aquellos días, recordé al legendario cantante americano Don McLean cuando compuso el tema titulado “American Pie”, en el que se habla de cómo la sociedad americana vivió totalmente ajena al “día en el que la música murió”. Aquel momento yo lo recordé como “el Día en el que la Política murió en Pozuelo”…
Entonces escribí que, cautiva y desarmada la Oposición pozuelera, las tropas de Quislant habían conseguido sus últimos objetivos. La legislatura había terminado…
¿Qué pasó para dar por terminada la legislatura?
Pasó que la Oposición, con mayoría absoluta (no debe olvidársenos), no supo unirse por un estúpido prurito de mirarse el ombligo, algo que la listilla Quislant aprovechó para inocularles el virus de la pasta contra el que no hay vacuna posible en política.
Así de fácil. Pasta y Política, un dúo muy dinámico e inquebrantable.
Y, a partir de aquel momento, todo el mundo se echó la siesta en el Ayuntamiento de Pozuelo, de la que aún no se ha despertado… Pero ya están sonando los clarines del miedo para que, en menos de un año, el pueblo arrase con tanta mediocridad política…
Y digo en menos de un año porque a esos teóricos 12 meses que faltan para el 28 de mayo de 2023, hay que restarle los dos meses de verano más las fiestas de la Consolación. Y los 20 días de Navidad. Y los dos meses de precampaña en donde ya no hay política sino administración. Y, finalmente, los quince días de campaña.
En total cinco meses y medio perdidos con lo que apenas quedan 6 meses y medio de legislatura y, pasito a paso, los partidos con representación en el Pleno se presentarán ante los ciudadanos con las manos vacías… Si es que los partidos creen que alguno de sus concejales merece la pena repetir…
Y no solo por no haber hecho nada en estos cuatro años sino por haber perdido la enorme oportunidad que tuvieron de haberle dado un vuelco a una ciudad dormida, sin ideas claras de lo que quiere ser y ajena a cualquier intento mínimo de transformación, que exactamente ha sido la política de Quislant.
¿Por qué la Oposición (con mayoría absoluta) no le ha apretado las tuercas al Gobierno del PP en esta legislatura y la autócrata Quislant no ha hecho nada?
Solo los grupos municipales lo saben… Creo. Dicen, en su descargo, que ha sido una legislatura complicada por la pandemia y por la nevada Filomena pero yo creo que eso solo son lamentos de cornudos, que diría el tango.
Todo el mundo vio la incapacidad de Gobierno de Susana Pérez Quislant. Todo el mundo vio que, en la pandemia, ELLA empezó tarde y dando bandazos y que su gestión consistía en poner en práctica caprichos y ocurrencias. Aún recuerdo aquella de los 85.000 tests que iba a hacer en Pozuelo, por poner un ejemplo.
Caprichos y ocurrencias que, en 2020, dejaron más de 14 millones de euros de déficit y que la Oposición (con mayoría absoluta) miró como las vacas miran pasar el tren… Imbuida, al parecer, de un estúpido Fair Play. Juego limpio con el dinero de los demás. Así cualquiera.
Después vino Filomena y, si la pandemia había demostrado la inutilidad de una alcaldesa inútil, la gestión de la nevada fue demencial por parte de esta señora que solo sabe dar voces y aturullar a sus concejales echándoles la culpa de su torpeza política… A Paquito, dicen, lo hizo llorar. A alguno más, creo.
Y, claro, el déficit de 2021 puede ser de aurora boreal. Tenían que haber presentado la liquidación a finales de marzo y a finales de mayo las dos interventoras que pagamos a precio de oro aún deben estar cuadrándolo a martillazos…
Cuento todo esto (que ya he contado muchas veces) porque no quiero que se olvide. La política tiene memoria de pez y tiende a olvidarlo todo. Pero eso no se puede consentir en esta villa. O, al menos, mientras El Correo de Pozuelo siga saliendo a diario. Estos 25 políticos no se pueden presentar a las elecciones de dentro de un año como si nada hubiera pasado… No sería justo. Está por ver que los presenten sus propios partidos pero, en cualquier caso, no son dignos de repetir. Ninguno ha pasado el corte, que se dice en golf.
Y el caso es que ya ha comenzado la cuenta atrás. Tenemos un año (6 meses y medio) para repetir hazañas y recordarle a los contribuyentes que, al menos ninguno de estos, tiene perdón…
Amén.
El Capitán Possuelo