El Fantasma de don Agustín, ante los giros y contorsiones políticas que se están produciendo el Ayto., pide reposo y aprender gallego: En la alcaldía ya están buscando un profesor nativo
Lo había oído, pero no me lo acababa de creer. Y, como Tomás el apóstol, no tenía más remedio que verlo para creerlo. ¡Y pardiez que era cierto!
Tengo que reconocer, no sin bochorno, que mi probada malicia para estos asuntos esta vez no estuvo a la altura. Me impuse una severa penitencia y me juré a mi mismo que no volvería jamás a dudar en asuntos como ese.
Pero dejemos a un lado este descargo de conciencia y vayamos a lo substancial. Porque lo mollar es, ni más ni menos, que en “la Casa” se ha desatado una epidemia de esguinces y torceduras. Una epidemia, por llamarlo de alguna forma, que está afectando exclusivamente a los concejales y cargos de confianza del Grupo Popular.
Aquí, muchos se están haciendo cruces ante la rápida transmisión que está experimentando y, como no, ya han surgido apuestas acerca de quienes se pueden estar viendo más afectados. Si embargo, de lo que nadie alberga la más mínima duda es de la causa que ha originado todo esto.
¡Y es que han sido días muy duros!
Unos días duros que han llevado a que muchos hayan empezado a toda velocidad, y sin calentamiento previo, a empezar a realizar rápidos movimientos y giros atolondrados, que en algunos casos son casi de contorsionistas, para adaptarse lo más rápido posible a la nueva realidad política.
Y tanto movimiento en tan poco tiempo, y además sin entrenamiento previo, no puede conducir nada más que a situaciones como esta.
Se les ha aconsejado a los dolientes cierto reposo, pero siguen empecinados en seguir realizando las mismas o mayores actividades. Ya se sabe que lo primero es el propio futuro, mantener las expectativas y no ver trucada la posibilidad de mantener el puesto o, si esto no fuera posible, de alcanzar otro. Y si eso conlleva alguna que otra “avería”, ¡que se le va a hacer!, al final son cosas del oficio.
Quién más y quién menos quiere recuperarse pronto. El mes de abril está, como quién dice, a la vuelta de la esquina, y es menester hallarse en las mejores condiciones posible para entonces. Es poco tiempo, pero hay que aprovecharlo al máximo para alejarse de cualquier “tufillo” que pueda hacer recordar la huerta murciana.
Por eso no me extraña nada el último rumor que ha empezado a correr, y con mucha rapidez, por estas dependencias. Por lo que parece, y todo lo que he venido oyendo me lleva a pensar que es así, desde el pasillo del infierno ya se han dado las instrucciones pertinentes a contratación para que, de forma rápida y urgente, se hagan las gestiones oportunas para hacerse con los servicios de un profesor de lengua gallega.
Hay prisas porque el tiempo apremia. Pero si son ágiles, unas semanas pueden bastar para, por lo menos, poder decir que se es capaz de hablar gallego en la intimidad.
Don Agustín “el Fantasma del Torreón”