Pozuelo Prestigio: Reivindicación de la figura del insigne arquitecto Fernando Higueras y reconocimiento de su obra tan ligada a esta villa, entre las que destaca la Iglesia de Caná
Hace unos días Anacleto Rodríguez, director de este periódico me informó de que aquí, en la villa de Pozuelo, estaba a la venta La Macarrona, la casa construida por el genial arquitecto don Fernando Higueras donde había vivido la bailarina conocida por ese nombre.
Anacleto Rodríguez me dio ese informe porque sabe que tuve el honor de ser honrado con el título de amigo por don Fernando y me invitaba a escribir unas páginas sobre él y/o su obra.
Como la obra de Higueras es muy extensa me centraré en hablar de sus tres muestras en Pozuelo. Lo hago con el recuerdo doloroso por lo mal que lo pasó anímicamente don Fernando por la última de ellas.
Fernando Higueras (Madrid, 1930– 2008), es un casi perfecto desconocido (al igual que sus otros geniales colegas) para la gente del común, españoles de la segunda mitad del siglo XX, cuya obra es estudiada en todas las escuelas de arquitectura del mundo. Lola Botia, su compañera durante muchos años, se ha esforzado en dar a conocer su obra. ¿Lo ha conseguido?
Aquí en Pozuelo de la que más se habla es de la iglesia de Caná, conocida vulgarmente como La Catedral de Pozuelo.
Fernando Higueras parecía un artista del Renacimiento por la variedad de su obra. Componía música con la guitarra, esculpía, pintaba (unos de mis tesoros son los dos cuadros que me dedicó) y decía que no bailaba porque ya estaba algo viejo.
En cualquier caso, lo que Fernando más amaba y por lo que luchaba sin descanso era por el que consideraba el bien más preciado del hombre: la libertad. Libertad para vivir sin molestar a nadie, libertad para elegir el emplazamiento, para emplear en sus obras y proyectos todo tipo de materiales, así como el volumen y la luz adecuados. Todos sus proyectos -por ese uso de la libertad- eran modificados sobre la marcha. El uso de la libertad le dio numerosos disgustos: el último, con el que murió, lo tuvo aquí en Pozuelo, en la iglesia de Caná que no le dejaron terminar.
De entre las numerosas obras y proyectos de don Fernando Higueras (hasta 165 cuentan los expertos entre obra realizadas y proyectos) nosotros hablaremos ligeramente de los tres que están en Pozuelo:
(1). La Casa Santonja. (2). La Macarrona. (3). Iglesia de Santa María de Caná.
CASA SANTONJA, 1964
La Casa Santonja (1964) está situada en Somosaguas, en una urbanización privada y no visible desde el exterior
Su proyecto no podía ser más sencillo: el matrimonio Ernesto Miró y Nelly Pflücker, sin hijos, pretendía convertir un semisótano en estudio de ingeniería.
En el proyecto intervinieron Antonio Martínez Santonja, Fernando Higueras y como figurón Antonio Miró (hermano de Ernesto). Santonja fue el principal redactor del proyecto; por eso el edificio se llamó así; pero fue Fernando Higueras quien lo llevó a cabo, aunque con bastantes modificaciones del proyecto original.
Higueras con su capacidad para adaptarse el solar usó materiales corrientes tales como el granito y la madera de pino (son casi los únicos materiales empleados en la obra).
Su calidad, su color natural y las formas atrevidas de la construcción, se adaptaban perfectamente a las otras edificaciones del entorno. La originalidad estuvo en las sucesivas terrazas que se apoyaban en un manto de espinos lo que hacía la casa pareciera flotar. Desde ella se contempla sin ningún tipo de obstáculos la Casa de Campo.
LA MACARRONA, 1971
En 1971 se le encargó a Fernando Higueras que rehiciera la que en Somosaguas había sido residencia circunstancial (cuando venía a Madrid) de la genial bailaora jerezana Juana Vargas más conocida como La Macarrona por ser descendiente de los cantaores de flamenco el tío Juan Macarrón y su hermano el tío Vicente Macarrón. La Macarrona había fallecido hacía ya más de veinte años, pero su recuerdo en la zona era imperecedero. Higueras terminó la casa en 1976.
Higueras quiso que la arquitectura de casa recordara la figura de la bailaora. Para ello levantó unos llamativos voladizos como recuerdo a los gráciles brazos de la Cantaora y que son la señal distintiva y propia del edificio La Macarrona. El giro de las escaleras interiores recuerda los vestidos y los pasos de la bailaora.
Las largas vigas desnudas y entrecruzadas y los acogedores voladizos dicen los expertos que en cierto modo recuerdan a la arquitectura japonesa.
Ahora, se vende. Y yo he jugado al Euromillones para ver si tenía suerte y me la podía comprar. La Macarrona es una maravilla. No la hubo.
IGLESIA DE SANTA MARÍA DE CANÁ. 1995-1999
Es posiblemente la obra más amada por Fernando Higueras y con certeza la más dolorosa para él.
En 1995 el arzobispo de Madrid le encargó al sacerdote don Jesús Higueras Esteban que hiciera una nueva parroquia en el lugar que el común de los pozueleros llama el barrio de la colonia de Europa.
Don Jesús era sobrino carnal del arquitecto Higueras e hijo del aparejador de éste, don Jesús Higueras Díaz. Así que no tuvo que pensarlo mucho: De levantar una nueva iglesia se encargarían a su tío y su padre.
Antes de comenzar, don Fernando le dio un curso de construcción con ladrillo al maestro de obras que iba a tomar parte el ellas. El arco-escuela aún se conserva en el exterior. El arquitecto Higueras planteó un templo en planta de cruz griega que tuviera el aspecto de “algo de antiguo, intemporal e insustituible, capaz de envejecer con el paso del tiempo dignamente y con el mínimo deterioro”.
Y todo lleno de luz natural. “Luz de luz. Cuando Dios dijo: Hágase la luz nació el mundo”, remarcaba una y otra vez don Fernando.
Para conseguir este fin en las paredes abrió ventanas alargadas cubiertas con cristal blanco, parecen cirios.
En el centro del techo de las cuatro bóvedas tabicadas del crucero hizo tragaluces, también de vidrio, que semejan una cruz de luz que cubre toda la iglesia.
En el centro del crucero y bajo la cúpula (que tiene veinte metros de altura) situó el altar mayor. Tenía pensado que sobre ese altar estuviese como flotando en el aire un gran crucifijo.
Sobre la puerta mayor de la iglesia levantó la torre.
Don Fernando Higueras, tal como había hecho siempre, iba modificando y mejorando el proyecto original según avanzaban las obras, lo que hacía que el presupuesto original fuera encareciéndose.
Por ese motivo, en 1999 se produjo una desavenencia, que llegó a tener repercusión judicial, entre el señor Higueras y la parroquia (arzobispado, párroco, consejo parroquial) que terminó quitándole a don Fernando la dirección de la obra, lo que fue uno de los mayores disgustos de su vida porque hizo que las relaciones con su hermano y aparejador se deteriorasen.
La nueva dirección de la obra no tuvo en cuenta el proyecto de entrada al sótano del complejo parroquial, ni el desarrollo de ese sótano. Y lo que acaso sea más grave: ni se atrevió a instalar en la torre las campanas (labor que Fernando había reservado para última hora), ni la cruz flotante en el aire sobre el altar mayor.
En resumen: la iglesia de Santa María de Caná es una iglesia sin terminar.
Los pozueleros que amen las obras de don Fernando Higueras aún pueden contemplar otras dos de ellas que están relativamente próximas a nuestro término municipal.
Nos referimos al Colegio Estudio, que está en el barrio de Valdemarín en Aravaca y al Centro de Restauraciones o Sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España, popularmente llamado “Corona de Espinas” por su forma, que está en la Ciudad Universitaria de Madrid.
Domingo Domené
Postdata:
Para conocer su obra, visitar la Fundación Fernando Higueras
https://www.youtube.com/channel/UCxgdQ4Ry6sKU9-IkciW80kQ
En una vivienda, estética y funcionalidad tienen que estar a la par. Y en mi opinión, por lo que se aprecia en las imagenes y y en el video de Santoja, las casas de Higueras se ve que tienen mucho de lo primero y poco de lo segundo.
(Esto es algo en lo que también coincidia Esperanza Aguirre en su frase célebre aquella captada por un micrófono abierto frente a las cámaras de tv, en la que opinaba sobre el arquitecto y el edificio que estaba inagurando en ese momento. )
Muchas gracias por su participación. Saludos