Cuando no se llega al día a día, nada mejor que procurar objetivos lejanos: 2050 de Sánchez para los socialistas expañoles y 2030 de Quislant, nuestra alcaldesa, para los pozueleños

La tournée que desarrollará el Pinocho de la Moncloa por nuestra geografía nacional, mostrando las excelencias del 2050: utopía para todos y todos calvos. Es un fiel reflejo que cuando no se puede con el presente hay que jugar con el pasado y con el futuro.
El pasado, lo sabemos todos, lo están retorciendo de tal forma, que ya solo falta que digan que Negrín y Prieto no se fueron con los cuartos y el Vita camino de Méjico, tras posibilitar una guerra ganada por Franco, que ya los había salvado en la insurrección del 34 en esa República tan idealizada como trágica para todos los expañoles.
Y el futuro, ya que los 140,000 muertos por el virus chino – con ribetes Useños –, ya “no existen” en las noticias y los miles de millones de la UE llegarán cualquier día, pero no están claros, hace que lo fíen todo a treinta años vista que, entre que los unos no llegaremos y el resto olvidados; aquí paz y después gloria o muerte ciudadana.
En Pozuelo, ya nos habíamos adelantado y visto que año tras año empeorábamos: ora en seguridad ciudadana, ora en vivienda pública, ora en infraestructuras, ora en ayudas sociales, ora en renta…, nuestra alcaldesa, Susana, sacaba pecho frente a los iluminados del gobierno de Expaña, poniendo en marcha la concejalía para el Desarrollo Sostenible, que visualizaba el Pozuelo del 2030 – dentro del paraguas Expaña 2030 -.
Reconozco que no presagiaba nada bueno ese proyecto de junio del pasado año, al fijar la responsabilidad del mismo en Eduardo Oria, pues, no se hace fácil hacer crecer un Municipio en el que ni se vive, ni se conoce. Pero bueno, ya sabemos que las soluciones de los políticos – más allá de los colores que representen – se sostienen por garantizar su futuro y no el de los gobernados.
Y en esas estamos, preparando el 2030, sin ver salida para el 2021 con una Plaza del Padre Vallet ayer hundida, hoy cancha de fútbol; un centro de Salud pendiente y que nunca se acaba de poner en marcha; una remodelación del casco de La Estación que nunca se remata; sin saber qué hacer con el Parque Adolfo Suárez; sin mejorar las ayudas para los libros de texto, cuando no sin pagarlas; con déficit de viviendas asequibles para que nuestros jóvenes puedan emprender vida propia e historia…y, por supuesto, los continuos ceses de los Directores Generales, porque no es fácil convivir con nuestra alcaldesa y agregados. De sostenibilidad…ni hablamos.
Ilusión y ganas, eran las premisas del proyecto en boca de SPQ como fundamento de la solución sostenible que nos anunció en junio del 2020 – casi cuando el César de la Moncloa, nos comunicaba urbi et orbe que habíamos doblegado al virus –, poco sabe ella que sin el condimento del talento y de los profesionales adecuados, añadidos al esfuerzo diario, nada es posible y que una Concejalía nacida para el humo, por mucho que, un año después, vuelva a coincidir con el vendedor de tales de la Moncloa, no va a solucionar los problemas actuales. No podemos imaginarnos cómo, los del futuro.
Y eso es lo que queremos los ciudadanos de Pozuelo de nuestros electos concejales: soluciones para hoy que sirvan de puente para alcanzar el mañana, porque el 2030 y qué decir del 2050, ni están ni se les espera… hasta que lleguen.
Alejandre