Cuando la ideología y el yo se transforman en patología: Y en eso llegó Pedro Sánchez como gran ejemplo para seguir siendo Presidente de Expaña a costa de lo que sea y como sea
El 11 M significó el inicio de un cambio de régimen; pasamos de un contador de nubes con talante – pena del talento – que solo visualizó un abuelo; a una sociedad plagada de anti-franquistas muy beligerantes, eso sí, treinta años después de su muerte ¡qué valientes! y sesenta y cinco después de su victoria.
No parecía fácil sustituir a Zapatero, el hombre que recordando no habría ningún atentado más de los terroristas etarras, hoy socios del PSOE en Navarra y en el Congreso, explosionaban una bomba en la T4 asesinando a Carlos Alonso y a Diego Armando aquél fatídico 30 de diciembre de 2006. No siendo óbice dicho atentado para frenar la aproximación a los asesinos etarras…, “el diálogo”, también llamado, por el ujier de Maduro.
Y llegó Mariano, el héroe del bolso microfonado, que mantuvo con su fiel Soraya la ley de violencia de género y de memoria histórica – él nunca se dio por enterado, ni de las Chekas, ni del bombardeo de Cabra, para qué del oro de Moscú…- que había prometido derogar – imagino que para castigar a los liberales de su partido…- y que prefirió no dimitir y que llegara CumFraude a tener que elegir entre Saenz de Santamaría o Cospedal, incluso el adelanto de C’S, aunque la causa que provocó la moción de censura abochorne al juez De Prada hasta su muerte.
Y en eso llegó Pedro que mezcla “su” ideología y yo en un mismo significado: hacer lo que haga falta para seguir siendo Presidente de Expaña.
Y no me digan que no juega fuerte, porque disponer de los once avisos de Seguridad Nacional y permitir que mujer y madre vayan a jalear el 8 M…, con las consecuencias que conocemos…es de ¿valientes o temerarios?
Cincuenta y tres mil fallecidos después y tras confirmarnos el 4 de julio que se había vencido al virus y que reactiváramos vida y haciendas. Volvemos al punto de partida.
Al trágico punto de partida con un objetivo que se llama MADRID y como él y sus voceros: Illa, el mentiroso de las mascarillas y Simón, el médico que no es doctor, al verse superados por la ley (TSJM) y por la evolución de las medidas aplicadas por Ayuso; aplican el rodillo y cercenan libertad a la ciudadanía, sin aplicar las mismas decisiones en otras comunidades con datos peores (Navarra, sin ir más lejos), ni les importa, por cierto.
Es el diálogo del yo conmigo mismo y de la ideología socialcomunista: miseria, terror, propaganda y mentira, siempre en beneficio propio.
Nos recuerda Bernabé Tierno la creciente oleada de seres sin emociones, sin alma y sin conciencia entre nosotros, causantes de un enorme sufrimiento denominados: “psicópatas integrados”, cuyo único objetivo es sacarle partido a los demás.
¿A quién/es les recuerda tal descripción?
Pongámoslos frente al espejo para poder hacerles frente con sus mismas armas, antes que a Madrid y a su Comunidad no las reconozca “ni la madre que las parió”. De Expaña, ni hablamos.
Eso sí, no obviemos nuestra responsabilidad, materializada en la votación, porque cuando vengan a por nosotros no quedará nadie para defendernos.
Alejandre