Trilogía de artículos del pozuelero Santiago Gómez sobre el deterioro del casco urbano del Centro: Pese a los fracasos obtenidos por culpa de la política, se debe volver a intentar (III)
ANÉCDOTA Y OTRA HISTORIA:
“El jinete del caballo blanco iba vestido con un traje ostentoso y bárbaro. Su rostro oriental se contraía, como si husmease las víctimas. Mientras su caballo seguía galopando, él armaba el arco para dispersar la peste…” (Vicente Blasco Ibáñez, “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”). (Este presagio no es más que una curiosa anécdota en estos malditos, tristes, terribles y, esperemos tiempos históricos, en que nos encontramos).
Pero volvamos de nuevo a lo nuestro. Creo que tenemos que cambiar por necesidad, y basándonos en lo que ya funciona, implementar nuevos sistemas o métodos en nuestro pequeño negocio, o bien, crear algo nuevo, paralelo, solo o en grupo, con otras fronteras, que dé apoyo y vida a nuestro estático comercio, y nosotros del mismo modo, con nuestra experiencia y saber profesional prestarle el servicio requerido, con un desarrollo autónomo que esté más cerca del cliente garantizándole calidad, confianza y un servicio integral e inmediato.
Con los precarios sistemas que había a finales de los años 80, algo de eso intentamos agrupados en la primera y extinta Asociación de Comerciantes (ACPA).
Aquel proyecto no salió adelante por tres motivos, el primero porque nuestros comercios eran fuertes, el segundo, porque nuestra histórica y lastrada genética individual no temía al futuro, y tercero y más penoso, porque nuestros políticos nos traicionaron con sus promesas y actitudes, mental, física y hasta documentalmente.
Después de recoger el reto lanzado de forma soberbia y mezquina por el propio Alcalde, en un tenso Pleno Municipal ordinario, firmamos un escrito fuera del mismo, (craso e ingenuo error), con los representantes de todos los Partidos para la cesión del único terreno comercial que tenía en ese momento el Ayuntamiento, con el compromiso de presentar un rápido y completo Proyecto sobre la viabilidad del mismo.
En 15 días, cuando todos, Arquitectos, Economistas, Abogados, etc. trabajábamos en el tema, otro acuerdo tomado por todo el Pleno Municipal, sin escisiones, cambia de uso la parcela y la vende al ESIC.
A partir de entonces nos dimos cuenta que nunca íbamos a ser escuchados, que jamás nos iban a aceptar como interlocutores válidos, y que lo único que podíamos hacer era ponerle algún pleito al Ayuntamiento, (David contra Goliat, pero en este caso siempre gana Goliat), patrocinar alguna cosa, convocar alguna mesa redonda, participar en la Cabalgata de Reyes, y en 1992, poco antes de la Navidad, en el primer año de guerra en Bosnia, promover, organizar y llevar in situ 60 toneladas de ayuda humanitaria. (Uno de los hechos de mi vida que merecen vivirse y que son difíciles de olvidar).
Hoy todo es más complejo, pero si se sabe lo que se quiere, al menos debemos de volver a intentarlo. Esto ya no es Ciencia Ficción, es una realidad, o la tomas o la dejas, no existe ninguna prescripción, es lo que funciona y lo que no. No existe ninguna Profecía.
Lo que si existen son impactos tecnológicos, con mensajes directos y subliminales que nos manejan y cambian la vida de las personas y de la sociedad en general, con transformaciones sociológicas, materiales y espirituales muy positivas, pero también con sus inconvenientes, amenazas y peligros que empujan, entre otras cosas, al cambio.
Ahora bien, el cambio no puede ser solo nuestro, también debemos de exigir que ante la alarmante e imprevisible situación en que nos encontramos, para que se pueda producir una transformación rápida que ayude a mantener el empleo de los pequeños negocios, mayoritarios en este país, se requiere que con la misma atónita velocidad, cambien su mentalidad y estructura, los Estamentos Políticos, Organizaciones Empresariales y Organismos Oficiales, que financia el ciudadano y que deben de estar a la altura requerida. (En este momento, por la maldita Pandemia, más que nunca).
Mientras que lo hacen o no, como de costumbre, deberíamos seguir al pie de la letra la definición del Principio de Subsidiaridad, (recogido en Derecho): “La Ley dispone que un asunto debe de ser resuelto por la autoridad más próxima”, que aunque suena a broma, aquí es donde hay que agarrarse, para exigir a quien corresponda y al poder político más próximo, que escuche, comprenda, atienda nuestras demandas, y sea el catalizador de todas las demás.
No nos engañemos, tanto a nivel individual como en grupo lo que cuenta es nuestra fuerza, imaginación y trabajo, aunque desgraciadamente, por unas circunstancias u otras, estamos ligados a esa calamidad que siempre nos persigue llamada política, concepto que todavía no he comprendido, y que si por mi experiencia e ingenuidad, además hago caso a la definición que hace, el ya muchos años fallecido, profesor Sánchez-Agesta, “ la política es lo que San Agustín del saber de su tiempo, sabemos lo que es pero no podemos definirlo”, no lo voy a comprender jamás.
Santiago Gómez Lozano