El virtuoso vice Ignacio Aguado debe dimitir urgentemente: Se la coge con papel de fumar y niega un acuerdo de su “Gobierno” con Vox (los que le hicieron vice) para bajar impuestos
Hace unos días recibimos con regocijo el anuncio de una bajada de impuestos en la Comunidad de Madrid. En palabras de nuestra presidenta “la mayor bajada de impuestos de la historia”. En fin, ya sabemos que la hipérbole es la figura retórica preferida por Ayuso.
Pero es verdad que, a falta de presupuestos, el gobierno de la Comunidad había presentado un proyecto de Ley en el que, efectivamente, se regulaban algunas deducciones fiscales. De hecho este es el único proyecto de Ley que el ejecutivo ha presentado desde que comenzó la Legislatura.
No era esta una rebaja fiscal así como para tirar cohetes pero sí era una propuesta que asentaba las bases de hacia dónde quiere ir este gobierno en materia económica y que supone continuar la senda de rebajas fiscales de los anteriores gobiernos del Partido Popular en Madrid.
Javier Fernández-Lasquetty, como titular de la cartera de Hacienda y en representación del gobierno, se puso manos a la obra para conseguir los apoyos necesarios para aprobar la Ley en la Asamblea, esto es, los 12 votos de VOX.
Y lo consiguió.
La única condición que VOX puso para apoyar la Ley fue que se realizase una reducción del gasto en similar cuantía a la que se dejaría de ingresar por la rebaja impositiva. Tasaban la cantidad en unos 16 millones de euros y lo justificaban para evitar una eventual intervención estatal en la economía de la Comunidad, cosa que, no nos engañemos, el gobierno de Sánchez está deseando.
En palabras del Consejero de Hacienda, el acuerdo alcanzado con VOX era un buen acuerdo.
Pues miren ustedes por donde, una vez cerrado dicho acuerdo, el virtuoso vicepresidente Aguado “porqueyolovalgo” dice que no quiere pactos con VOX.
¡Qué no quiere pactos con VOX!
Dejando a un lado la soberbia imprudente del prócer Aguado que está en el gobierno precisamente gracias a VOX, es inmoral el desprestigio al que ha sometido a su propio gobierno, dejando al consejero de Hacienda llegar a un pacto para luego despreciar el acuerdo alcanzado.
Cuando alguien negocia debería tener la garantía de que tendrá el apoyo del gobierno al que representa, vicepresidente incluido.
Aguado y su troupe, con el judas Garrido a la cabeza, están en lo que ellos creen que interesa a su partido, sin importarles lo que interesa a los ciudadanos, pero a los ciudadanos de verdad, no a esa pandilla de alegres muchachos y muchachas (que luego se me cabrean las feministas) que se esconden detrás del color naranja a falta de otra seña de identidad.
Sr. Aguado, si no está dispuesto a negociar con VOX debería practicar esa integridad de la que tanto presume y renunciar a su puesto, porque si no, ese gobierno que usted vicepreside con tanto ornato y perifollo, valdrá menos que la palabra de Ábalos en el Delcygate.
Dracarys